El arzobispo de Varsovia, Henryk Hoser, enviado especial de Francisco a Medjugorje para estudiar e informar sobre todos los aspectos pastorales del fenómeno (no sobre cuestiones doctrinales o sobre la autenticidad) ha concedido una extensa entrevista concedida a la agencia polaca eKai. En ella afirma que las apariciones podrían ser reconocidas por la Santa Sede antes de final de año, según recoge Cari Filii News:
"Todo camina en la dirección correcta", señaló, añadiendo que "todo apunta a que las apariciones serán reconocidas, es posible que incluso este año".
Monseñor Hoser destacó dos características específicas de Medjugorje respecto a otros lugares donde se ha aparecido la Virgen María, como Fátima, Lourdes, Lisieux y Czestochowa: por un lado, "la dinámica de crecimiento enorme de este lugar" y, por otro, "la gran creatividad de las obras que se ponen en marcha allí". En particular, señaló las "obras de misericordia", como la Aldea de María para huérfanos, la Casa del Padre Misericordioso para ex drogadictos, ex delincuentes o ex alcohólicos o la Casa Madre para madres solteras o mujeres embarazadas; y también las "obras espirituales" que allí toman aliento, como el Cenáculo o la Comunidad de las Bienaventuranzas.
Destacó asimismo el espíritu de "oración, silencio y adoración eucarística" que se respira en Medjugorje y la frecuencia de devociones como la Adoración al Santísimo, el Via Crucis y el rezo del Rosario. También "el acento puesto en la formación cristiana mediante seminarios organizados por los franciscanos" para "hacer más profunda la fe de los peregrinos".
Pero, por encima de todo, según el obispo Hoser, "el gran fenómeno de Medjugorje es la confesión", con largas colas para recibir el sacramento ante decenas de sacerdotes que escuchan las confesiones en varios idiomas: "Hablé con varios confesores y me dijeron que se producen conversiones reales, confesiones generales de personas que llevaban sin hacerlo docenas de años".
Monseñor Hoser recuerda que él no tiene por misión juzgar sobre la autenticidad de las apariciones o su contenido, lo que ya ha hecho la comisión presidida por el cardenal Camillo Ruini, cuyo informe está en poder del Papa desde 2015. Quita importancia al hecho de que los dos obispos competentes sobre Medjugorje, los sucesivos obispos de Mostar, Pavao Zanic (19801993) y Ratko Peric (desde 1993), hayan declarado que las apariciones no son auténticas sino "un fraude".
Hoser cree que "seis videntes no pueden mentir durante 36 años". También considera que "no hay errores doctrinales" en los mensajes y que si en ocasiones suenan "extraños" es porque los videntes "carecen de formación teológica y se expresan como sienten y pueden". Tampoco considera "un obstáculo importante" su abundancia (se acercan a lo cincuenta mil).
A la pregunta de si recomendaría visitar Medjugorje, contesta que "absolutamente": "Es una peregrinación que transforma espiritualmente, convierte y fortalece la fe".
Monseñor Hoser considera cumplida su misión de "evaluar si el ministerio pastoral que allí se realiza es consistente con la doctrina y el magisterio de la Iglesia, y si es eficaz y está bien organizado: llegué a la conclusión de que es así", y entiende que los problemas canónico-administrativos que pueda presentar el reconocimiento pueden resolverse.