Un grupo de vecinos lleva casi ocho meses haciendo guardia en torno a la cruz para evitar que operarios municipales lleguen y la retiren, tal y como exige el Ayuntamiento, gobernado por PSOE, IU y Podemos. Para éstos, la cruz es un monumento franquista aunque para muchos vecinos es simplemente un símbolo cristiano.
Alrededor de la cruz, tal y como informa el Diario Información, los vecinos se dedican a rezar y por ello nunca les falta el Rosario. Cerca también tienen su teléfono móvil por si hubiera que pedir refuerzos en caso de que llegasen las gruas con el objetivo de derribar este monumento.
El grupo se va turnando y aguanta bajo el sofocante calor que estos días supera tranquilamente los 35 grados de temperatura. Además, ahora están más en alerta todavía puesto que muchos vecinos se encuentran actualmente de vacaciones.
Durante estos meses, los vecinos ya han logrado parar in situ el derribo de la cruz y han recogido más de 8.000 firmas que han sido completamente ignoradas por el alcalde, perteneciente al PSOE.
Así fue el primer intento de retirada de la cruz, el del miércoles 14 de diciembre
¿Qué significa la cruz para los callosinos? El párroco, Juan Bautista lo explica: “Muchísimo. La cruz es algo suyo. Ha estado presente en bodas, bautizos y comuniones de varias generaciones durante 70 años. Muchísimas familias se han fotografiado junto a ella y guardan su recuerdo”.
Juan Bautista recuerda que “no hay combatientes ni nadie que acudiera al frente” entre los 81 nombres que figuran en el monumento. “Todos murieron en el pueblo o se los llevaron”, apunta.
“Fueron asesinados bien por sus creencias religiosas –de hecho, figuran dos sacerdotes que están en proceso de beatificación–, bien por su ideología. Callosa de Segura fue zona republicana durante la guerra. Y el monumento se edificó de manera privada como iniciativa de las familias de las víctimas”, asegura por su parte Manuel Fernández, de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Cruz.
Posteriormente, se realizó la inscripción de Primo de Rivera, ya durante la dictadura. Ése es el único elemento que podría servir para que la iniciativa del Ayuntamiento se amparase dentro de la Ley de Memoria Histórica”, añade. Pero no es la primera vez que el debate surge en el municipio. “Ya se produjo a finales de los años ochenta, y todos los partidos decidieron no retirar la cruz. Era un debate zanjado”.