Este domingo se produjo un cambio significativo en la actitud de la Santa Sede ante el caso de Charlie Gard, el bebé de diez meses afectado de una grave enfermedad a quien los jueces tanto del Reino Unido como de la Unión Europea han negado la posibilidad de un tratamiento experimental curativo, abocándole a una muerte por desconexión de la respiración artificial.

El portavoz vaticano, Greg Burke, afirmó que "el Santo Padre sigue con afecto y conmoción la situación de Charlie Gard, y expresa su propia cercanía a sus padres. Reza por ellos, abogando por que su deseo de acompañar y cuidar a su propio hijo hasta el final sea respetado".

Con esto, Francisco respalda la petición de los padres del pequeño, Chris Gard y Connie Yates, quienes en un vídeo que se hizo viral expresaban su impotencia y desesperanza ante la negativa del hospital a poder hacerse cargo del bebé para que muriese en casa. La campaña mundial bajo el hashtag #JeSuisCharlieGard y la propia presión de los padres arrancaron finalmente de las autoridades hospitalarias una prórroga para la muerte del niño.

Las palabras del Papa suponen un cambio importante en la actitud del Vaticano. El presidente de la Pontificia Academia por la Vida, el arzobispo Vincenzo Paglia, aunque mostrando su solidaridad con los padres ("estamos rezando por y con vosotros"), se había referido al caso de una forma que parecía suponer que los Gard proponían un ensañamiento terapéutico con su hijo. Expertos como el doctor Domenico Coviello han cuestionado en este sentido la actitud de los médicos del pequeño, alegando que dicho "ensañamiento" no puede existir porque no se le está aplicando ninguna terapia: Charlie está vivo y simplemente se le está manteniendo con vida.

Ya el viernes el mismo Papa parecía corregir esa actitud de distancia y envió un tweet claramente interpretable como referido al caso Charlie Gard: “Defender la vida humana, sobre todo cuando está herida por la enfermedad, es un compromiso de amor que Dios pide a todos los hombres”.


 
Su respaldo expreso ahora, por mediación del director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, a la principal petición de los padres del bebé ha llenado de satisfacción al conocido como "ejército de Charlie", miles de personas movilizadas en todo el mundo en una cadena de oración por la vida del pequeño.