El arzobispo Georg Gänswein, que durante muchos años fue asistente personal de Benedicto XVI y que vive con él, ha querido defender y explicar la respuesta del Papa emérito ante un informe sobre abusos en la Arquidiócesis de Múnich, en el que se le acusa de no haber manejado bien cuatro casos cuando fue arzobispo allí, entre 1977 y 1982.
Considera que ha habido una hostilidad exagerada contra benedicto, sobre todo en la prensa alemana, y sospecha que no es casual que coincida con el llamado "Camino Sinodal" alemán, porque, dice, "algunas metas que el Camino Sinodal busca son algo para lo que la persona y el trabajo de Benedicto se interponen”, constata Gänswein.
Georg Gänswein lo ha hecho entrevistado en exclusiva por Andreas Thonhauser, de la cadena católica EWTN. La entrevista completa se difundió el lunes 14 de febrero en el programa “Vaticano” de EWTN. La entrevista se realizó el 11 de febrero.
Benedicto olvidó una reunión que sucedió hace 42 años
Benedicto XVI, de 94 años, envió una declaración a Múnich respondiendo a unos investigadores de la casa de abogados Westpfahl Spilker Wastl que realizaban un informe sobre abusos. Uno de los cuatro casos mencionados por el informe era el del sacerdote Peter Hullerman, acusado de abusar de al menos 23 menores entre 8 y 16 años entre 1973 y 1996.
En su declaración firmada, Benedicto XVI indicó que no estuvo presente en una reunión en 1980, hace 42 años, en la que se habló de transferir a Hullerman de la diócesis de Essen a la de Múnich. Pero unos días después, Benedicto XVI afirmó que sí había estado en esa reunión (y que a Hullerman no se le asignó ninguna misión pastoral).
Gänswein explica a EWTN que el error se dio cuando el Papa Emérito revisaba el borrador de su declaración. Gänswein dice que Benedicto comentó, al repasar la declaración: “Esa famosa reunión del 15 de enero de 1980 no la recuerdo. Pero si se dice que estuve ausente, entonces la ausencia está probada o se probó entonces con el documento de la reunión”.
“Y allí es donde ocurrió un error”, señala Gänswein, quien dice que se sorprendió cuando aparecieron pruebas de que sí estuvo en esa reunión hace 42 años. “Se lo dije al Papa Benedicto y él dijo: ‘Tenemos que decir inmediatamente que fue un error de nuestra parte’. No fue intencional así que no fue mentira, las mentiras se dan a propósito. Fue un error”.
Benedicto XVI decidió escribir una carta personal en respuesta al informe (aquí completa en español en Vatican.va). Pidió que fuera acompañada por “una respuesta a los cargos contra mí, y no solo a los cargos sino a las insinuaciones, sustentada en el material de archivo”.
Francisco telefoneó a Benedicto y le expresó su apoyo
Gänswein, que vive con Benedicto desde 2013, cuando renunció al Pontificado, dice a EWTN que el Papa Francisco telefoneó a Benedicto para apoyarle. “Él [Francisco] fue muy claro. Llamó y le aseguró su solidaridad, su confianza absoluta, su confianza fraterna y su oración. También dijo que no puede entender por qué han sido tan duros con él”, indica.
“Cuando el Papa Benedicto escribió su carta, se la envió al Papa Francisco antes de que se publicara. Le agradeció por la llamada telefónica y le preguntó si estaba bien”, añade.
“Dos días después, llegó una hermosa carta del Papa Francisco para el Papa Benedicto: una carta en la que le aseguró nuevamente y con palabras muy emotivas su apoyo, su solidaridad, compartiéndole que contaba con él”. Esta carta de Francisco no se puede publicar porque es “confidencial y privada”, pero Gänswein afirma que sí está autorizado a hablar de ella.
Medios de comunicación con sesgo negativo
Gänswein señala que la prensa alemana respondió a la carta de Benedicto con negatividad. “Pude observar un gran sesgo, a veces exagerado, contra su persona, algo que iba en paralelo a la no menos moderada ignorancia de los hechos”, lamenta. “O no los sabes [los hechos] o no quieres tomarlos en serio porque no se corresponden con la narrativa que se ha creado”.
Gänswein cree que, simplemente, se han “mantenido vivas” las mentiras sobre Benedicto XVI. “Con eso quiero decir que existe este deseo de atacarlo y eso es simplemente chocante para mí”, señaló.
Gänswein recuerda que Joseph Ratzinger, como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, fue quien desde 2001, por encargo de Juan Pablo II, dio grandes pasos para combatir los abusos en entornos eclesiales en todo el mundo.
“No solo tuvo un papel decisivo, él fue la figura decisiva, el hombre decisivo, el que no solo alentó la transparencia sino que dio pasos concretos hacia la transparencia. Se puede decir que él es el ‘padre de la transparencia’, y así también logró convencer al Papa Juan Pablo II”, señala Gänswein.
Joseph Ratzinger fue elegido Papa en 2005 y su pontificado duró casi 8 años, durante los que los casos de abusos de todo el mundo siguieron remitiéndose a Roma: expulsó a cientos de acusados de abusos del estado clerical. En sus viajes Benedicto a menudo organizaba encuentros con víctimas de abusos, y escribió una firme carta pastoral en 2010 ante los datos de los abusos en Irlanda.
Gänswein protesta porque ve que que “el hombre que, en este importante asunto, todo este asunto de los abusos y la pedofilia, alentó e implementó los instrumentos decisivos para ayudar, como prefecto o como Papa, es acusado ahora de algo que contradice 25 años de su labor”.
“Solo espero que la gente que lee y ha leído la carta, la gente que conoce al Cardenal Ratzinger, al Papa Benedicto, no se deje influir o convencer por estos juicios sesgados”, añade.
Benedicto molesta a algunos en el "Camino Sinodal" alemán
"Algunas metas que el Camino Sinodal [alemán] busca son algo para lo que la persona y el trabajo de Benedicto se interponen”, constata Gänswein.
En esta peculiar serie de reuniones de obispos, clérigos y laicos de Alemania -la Iglesia más rica, por su peculiar impuesto religioso, llena de funcionarios con sindicatos- del 3 al 5 de febrero llegaron a votar a favor de abolir el celibato sacerdotal, ordenar mujeres sacerdotisas, bendecir a parejas del mismo sexo y cambiar la enseñanza católica sobre la homosexualidad.
Así, Gänswein advierte: “Podemos especular hasta qué punto todo esto [la hostilidad mediática contra Benedicto] está ligado, temporalmente o como causa", con "el Camino Sinodal en Alemania y otros movimientos”.
“Existe un gran, gran peligro de que todo lo que tiene que ver con la pedofilia y los abusos se tome ahora monocausalmente, por decirlo de algún modo, para abrir este camino primero y luego seguir. La semana pasada vimos que se aprobaron textos y vimos adónde se supone que lleva todo esto”, advierte Gänswein.
“Siempre se ha dicho que las víctimas del abuso son el centro. Y eso es totalmente cierto. Sin embargo, también está el concepto del ‘abuso del abuso’. Y eso es precisamente el peligro que subyace”, reflexionó Mons. Gänswein.
“No debemos olvidar que siempre que se trata de manipular a alguien o algo, lo que intentan en realidad es alcanzar una meta escondiéndola detrás de otra realidad, por decirlo de algún modo, hasta que se cree que se logró la meta”.
8.000 páginas digitalizadas, 2.000 páginas de informe... y Benedicto, con 94 años
Gänswein explica con detalle las cifras que implican esta investigación sobre los casos de Múnich hace 42 años.
“Al Papa Benedicto se le preguntó si estaba dispuesto a participar en este informe. Él dijo: ‘No tengo nada que esconder, lo haré con gusto’”, dice Gänswein.
Entonces los investigadores enviaron al anciano Papa emérito 20 páginas de preguntas detalladas, que exigían la revisión detallada de unas 8.000 páginas de archivos diocesanos digitalizados, según Gänswein.
Para ayudar a Benedicto, el sacerdote alemán y experto legal en Roma, Stefan Mückl, repasó esos archivos durante 3 semanas, tomando notas a mano, ya que no se podía “copiar y pegar”.
Después, llegó el informe final sobre abusos en Múnich...¡casi 2.000 páginas! “El informe tenía 1.983 páginas, incluida la declaración de Benedicto y la declaración de otros cardenales que respondieron. Imagine esa enorme cantidad de texto: 2.000 páginas, ¡y todos esperando que [Benedicto] responda inmediatamente! Era simplemente imposible”, señala Gänswein.
“Una semana después, (el actual Arzobispo de Múnich), el Cardenal Marx anunció una rueda de prensa en Múnich. Y el Papa Benedicto dijo ‘tengo que leer esto primero, quiero leerlo primero. Y le pediré al equipo que lo lea y luego responderé’. Tiene que admitir ante cualquiera, que a cualquier hombre de cualquier edad esto le toma tiempo”.
Con ayuda de juristas, Benedicto XVI respondió al informe con un texto de 82 páginas en lenguaje jurídico. "A las preguntas legales, que con frecuencia son complicadas y escritas en una forma ondulada –si se puede decir así– solo se puede responder usando el mismo lenguaje”, señala Gänswein. Pero entonces muchos se quejaron, como señala el mismo arzobispo, de que era una respuesta muy jurídica y que no se oía "la voz de Benedicto".
La salud de Benedicto
Gänswein explica que a Benedicto, después de unos días de tensión, ha retomado el día a día. “Le va bien, ya no hay presión, gracias a Dios y después de la publicación de su carta con el chequeo de los hechos. Pero puedo decir que él siempre está tranquilo y lleno de confianza en Dios”, añade. “Esta mañana hemos celebrado Misa juntos, como todos los días. Hemos rezado Laudes y desayunamos. Y luego él se dedicó a sus cosas y yo estoy aquí ahora”, detalla.
“Por supuesto, una cosa es resistir la presión y otra distinta es sobrellevarla internamente. Pero gracias a Dios ha logrado hacerlo, está calmado y, sobre todo, nunca ha perdido el sentido del humor”, añade.
Y da mucha importancia al párrafo final de la carta de Benedicto, cuando escribió: "tengo buen ánimo porque confío firmemente en que el Señor no solo es un juez justo, sino un amigo y hermano que ha sufrido por mis faltas, pero que es también mi abogado, mi ‘Paráclito’”.
Ese párrafo, dice Gänswein, fue escrito “en la presencia de Dios” y “es tal vez la clave para todo”.