Aprovechando su presencia en internet, Patxi Bronchalo ha escrito una carta al líder del partido izquierdista Podemos, Pablo Iglesias, que ha tenido gran repercusiòn en las redes sociales, a raíz de sus palabras en las que pedía eliminar la Misa de La 2 de Televisión Española. En ella, este cura explica a Iglesias por qué es importante para decenas de miles de personas que se siga emitiendo cada domingo la Misa. Además, recuerda al líder podemita que él también es de su misma generación y conoce los problemas y dificultades que hay en España por lo que sabe de lo que habla.
"De primera mano puedo asegurarte que es muy grande la cantidad de personas que están deseando que empiece la Misa del domingo de La Dos. Para muchos será el único consuelo de ese día. Muchos solo encontrarán paz y compañía ahí. Muchos no tendrán más alimento para su espíritu que ese. Muchos han pasado una vida de fatigas, de penurias y ahora están solos, y solo les queda Dios. Muchos están sufriendo con dolor los azotes de la crisis en sus hijos y nietos, hacen y avalan lo que pueden, y solo les queda Dios. Muchos se sienten condenados y abandonados por sus propias familias, tan metidas en su sociedad de bienestar, y solo les queda Dios", le recuerda Patxi a Iglesias.
Y yendo al terreno del líder de Podemos, este cura le pregunta: "¿No tiene el estado el deber de velar por el bienestar de sus ciudadanos? ¿No es el alma una parte fundamental a cuidar para que la persona esté bien? ¿Podemos obviar que aunque vivamos en un estado aconfesional son cientos de miles los católicos de nuestra bella tierra? ¿Por qué dices que hay que quitarles la Misa?"
Por ello, este cura acaba la carta con la clave de la cuestión de su intento de eliminar la misa: "Dime Pablo, de corazón, que no es por ideología". Y tras esto se despide de Pablo Iglesias recordándole que reza por él todos los días.
A continuación, publicamos la carta íntegra de Patxi Bronchalo publicada en su blog:
Estimado Pablo.
Me presento. Mi nombre es Patxi Bronchalo, tengo treinta años, y soy cura. Como tanta gente de mi generación de los ochenta, sufro la desilusión de no saber a quién votar, me escandalizan los casos de corrupción, veo con dolor las consecuencias en la gente sencilla de una economía que ha endiosado al dinero y dado de lado a la persona (como imaginarás, una parroquia es lugar que trata de cerca los dramas de la falta de comida, de vivienda, de empleo, etc).
Aunque en realidad hoy no te escribo por eso. He visto en Youtube las declaraciones que has hecho pidiendo que la Misa no tenga cabida en la televisión publica, amparándote en la Constitución, el documento del que tantas veces los españoles echamos pestes y alabamos a partes iguales.
Yo nunca veo la Misa el domingo en la tele. No estoy dentro de ese millón largo de personas que el otro día si lo hicieron. Ni siquiera tengo tele. Podría verla por internet, pero es que la hora me viene mal. Los domingos la Misa la vivo "in situ" en mi parroquia. Normalmente celebro dos de ellas, y suelo oír el murmullo lejano de otras dos desde mi confesionario, entre persona y persona que se acerca con sus problemas y alegrías.
Ya ves. Como cura tengo un lugar privilegiado en la Misa, desde mi posición se ve todo. Hay muchos tópicos sobre que todo el mundo en la iglesia se duerme, se distrae, etc. Yo los veo. Veo a quien se duerme, veo a quien se distrae. Veo mucho más. Veo a quien llora, a quien se estremece, a quien tiene un gran sufrimiento, a quien encuentra un gran alivio y consuelo. Soy un privilegiado por ver y conocer las historias de dolor y paz de quienes vienen a Misa a mi parroquia.
La Misa que emite los domingos por la mañana La 2 triplica la audiencia media de la cadena
Y también están las historias de los que no van, que son muchos. Muy a su pesar, muchos se tienen que quedar en casa. No pueden venir. La edad se lo impide. La enfermedad física no les deja moverse del sillón. La minusvalía hace que tenga que depender de otros en todo. La depresión les condena a no salir de la cama. La soledad les hace aterrarse de salir al mundo. Conozco a muchos de ellos. Son muchos los que visitamos desde la parroquia. Y se que hay muchos mas. Cualquier cura te diría lo mismo.
De primera mano puedo asegurarte que es muy grande la cantidad de personas que están deseando que empiece la Misa del domingo de La Dos. Para muchos será el único consuelo de ese día. Muchos solo encontrarán paz y compañía ahí. Muchos no tendrán más alimento para su espíritu que ese. Muchos han pasado una vida de fatigas, de penurias y ahora están solos, y solo les queda Dios. Muchos están sufriendo con dolor los azotes de la crisis en sus hijos y nietos, hacen y avalan lo que pueden, y solo les queda Dios. Muchos se sienten condenados y abandonados por sus propias familias, tan metidas en su sociedad de bienestar, y solo les queda Dios.
No nos engañemos: el alma necesita alimento. Y estas personas no encuentran consuelo en los animalitos que salen después de comer, ni en las peleas que salen en los realitys, ni en las entrevistas de Chester, ni siquiera en vuestros debates desde el Congreso que nos cuentan las noticias. El alma necesita otra cosa. Negar a Dios es mutilarnos.
¿No tiene el estado el deber de velar por el bienestar de sus ciudadanos? ¿No es el alma una parte fundamental a cuidar para que la persona esté bien? ¿Podemos obviar que aunque vivamos en un estado aconfesional son cientos de miles los católicos de nuestra bella tierra? ¿Por qué dices que hay que quitarles la Misa? Dime Pablo, de corazón, que no es por ideología.
Gracias por tu lectura. Sinceramente te digo que rezo por ti.
Saludos cordiales.
Patxi Bronchalo. Un cura de pueblo y ciudad