Uno de los múltiples organismos del lobby LGBT, el llamado "Observatorio Español contra la LGBTfobia" (www.stoplgbtfobia.org) quiere llevar al banquillo de los acusados al arzobispo de Granada, Javier Martínez, por una homilía del 14 de febrero (puede leerse aquí) en la que criticó la ideología de género.
El "Observatorio", especializado en presentar denuncias, ha interpuesto una este lunes día 20 ante la Fiscalía Provincial de Granada con copia a la Fiscalía Especializada en Delitos de Odio de la provincia.
“Desde el Observatorio consideramos esta ‘Homilía del Odio’ donde se nos tacha poco menos que ‘enfermos y tarados’ una grave injuria y una humillación fomentando un discurso del odio que propugna la exclusión social, la discriminación y injusticia contra las personas LGBTI”, ha declarado Paco Ramírez, director del organismo denunciante.
Lo cierto es que en la homilía no aparece ni la palabra "homosexual" ni "transexual" en ningún momento, y lo que se critica es una ideología: la ideología de género.
La frase exacta de la homilía es: "Pienso ahora mismo en todas las implicaciones de la ideología de género, que, además, trata de imponerse como ley en la educación de los niños. Hay una patología detrás de eso. Hay una cortedad y una torpeza de la inteligencia".
Queda claro en el texto que la patología, la cortedad y la torpeza están detrás de la ideología: no se refiere a ninguna persona concreta ni ningún colectivo.
La posibilidad de que prospere una "denuncia por odio" contra una homilía que critica a una ideología es escasa, y en el "observatorio" lo saben bien porque acumulan fracaso tras fracaso, al pretender resucitar los delitos de opinión, algo que encaja mal en las leyes españolas.
El mismo lobby admite que la justicia archiva este tipo de denuncias que solo pretenden amedrentar a los obispos para que no hablen de estos temas. La nota del "Observatorio" lo expresa con esta perorata: “Es inaudito que la Justicia española archive una y otra vez, todas las denuncias sobre discurso del odio realizado por numerosos miembros de la Jerarquía católica y el ‘lobby del odio’, basándose en la libertad de expresión y la libertad de religión, cuando ambos derechos deben tener unos límites determinados, sobre todo cuando ejerciendo esas libertades ataca, acosa, humilla y desprecia a todo un colectivo poblacional como es el colectivo LGBT. Esperamos sin duda que aparezca de una vez ese juez valiente y consecuente con nuestras leyes, y las aplique de forma expresa y ejemplar, para acabar de una vez con esta lacra injusta del discurso del odio bajo un disfraz de falsa libertad de expresión y falsa libertad de religión”, enfatiza Paco Ramírez, portavoz del "Observatorio".
La nota del lobby gay luego entra en temas de exégesis bíblica y espiritualidad, contraponiendo "el verdadero mensaje del Evangelio, que es un mensaje de amor, concordia, hermandad y justicia" con "una interpretación fundamentalista de la moral sexual cristiana, no sólo es una concepción simplista y discriminatoria de la sexualidad, sino que continúa provocando futilmente mucho dolor, exclusión y heridas espirituales en muchos creyentes”.
En realidad, la homilía del arzobispo de Granada (que puede leerse aquí) habla de la complementariedad del hombre y la mujer. Seleccionamos algunos de sus párrafos:
La homilía puede también escucharse en podcast aquí en ArchidiocesisGranada.es.
[Hombres y mujeres] Somos iguales en dignidad, ¿cómo no lo vamos a ser? Pero no somos intercambiables más que para los intereses del mercado, y del Ministerio de Hacienda. Pero nada más. En la vida, en la vida real, somos iguales en dignidad, hermanos y compañeros, y tenemos el mismo destino: participar de la vida nueva en Cristo. Pero, en todo lo demás no reaccionamos igual, no pensamos de la misma manera. Pero hasta eso, perdemos el contacto con lo natural y una ideología puede enseñarnos las cosas más inverosímiles. Y por lo tanto, necesitamos de la gracia de Cristo también a veces para descubrir que la naturaleza, por ejemplo (por poner otro ejemplo que no tenga que ver con la ideología de género), que la naturaleza no es simplemente una cantera para explotar, que cuando la tratamos como una cantera para explotar terminamos destruyendo la naturaleza y destruyéndonos a nosotros mismos. [...]
Necesitamos el espíritu de Dios para vivir esa relación nueva, donde es posible una amistad verdadera; donde es posible con la gracia de Dios una relación y una amistad pura entre hombres y mujeres, y una colaboración buena para el fin del mundo, para el bien de los hombres; donde es posible el amor entre el hombre y la mujer, no como una pasión de luchas de poder, o de usar al otro para satisfacer necesidades mías afectivas, sexuales, del tipo que sean, sino deseando que el otro, que es diferente, que la otra, que es diferente, pueda cumplir su vocación, su participación plena en la vida de Dios. [...]
Todos deseamos ser amados así. Ninguna mujer desea ser mirada con lascivia, ninguna. Le horroriza. Ninguno de nosotros deseamos que se nos mienta, o que se nos insulte, ninguno. Y sin embargo, no somos capaces de querernos como el Señor nos quiere. Danos tu espíritu, para que podamos mirarnos así, querernos así, tratarnos así. [...]
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