Felaciones, masturbaciones, relaciones sexuales explícitas… Esto es lo que todo el pasee por La Marina de Valencia, niños incluidos, verá en plena calle en una muestra de supuesto arte organizado por el Gobierno de la Comunidad Valenciana, gobernada por el PSOE y la extrema izquierda de Compromís.

Las esculturas metálicas realizadas por Antoni Miró están levantando una enorme polémica y quejas de muchas personas, entre ellas las de padres que se toparon con ellas mientras caminaban junto a sus hijos pequeños.

Provocación innecesaria en un lugar público

Se encuentran junto al edificio Veles e Vents y entre el agua y la antigua base del Alinghi. Es una hilera de más de una docena planchas metálizas de gran tamaño -tanto la figura como su molde- evocan desde este fin de semana el arte griego con volúmenes en los que se distinguen penes, senos o genitales femeninos y que representan escenas en plena masturbación, a punto de realizar una penetración o una felación o practicar sexo anal.

Pese a las críticas, Fernando Castro, comisario de la exposición, ha mostrado su sorpresa por la polémica sobre estas piezas que recrean el arte clásico y ha sostenido que "parece que preocupa más el erotismo" que la corrupción o el terrorismo.

Contra la ley de protección del menor

No lo ve así el Foro de la Familia, que ha exigido la retirada inmediata de estas esculturas con alto contenido sexual explícito. Así lo ha asegurado su delegado en Valencia, Vicente Morro, que afirma son inadecuadas para ocupar espacio público y pueden vulnerar la Ley Orgánica de Protección del Menor.

Para Morro, “la exposición en la vía pública de estas figuras que representan felaciones, masturbaciones, con genitales expuestos y reproduciendo diversas prácticas sexuales, con alto contenido sexual explícito y de muy dudoso gusto, podría vulnerar la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, al exponer a éstos, sin ninguna protección ni información previa o aviso, a escenas inadecuadas para su edad, y sin que los padres que lo deseen puedan pasear libremente por la zona si quieren evitar su visualización”.

No es una clase de educación sexual

Desde el Foro de la Familia, “rechazamos frontalmente las declaraciones sectarias del comisario de la exposición, Fernando Castro, que se arroga el poder imponer a los padres cómo educar a sus hijos. Si la excusa es el “arte”, que sería su cometido, debería distinguir entre el uso artístico del cuerpo humano desnudo, como hace, precisamente Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, entre otros ejemplos posibles, y las prácticas sexuales explícitas”. Pero, además, “el señor Castro pretende justificar su iniciativa de invadir la vía pública como una especie de ‘clase de educación sexual’, lo que resulta inadmisible”.

“El señor Castro debería saber que la educación en moral y valores corresponde a los padres, y a aquellos en quiénes éstos deleguen ese derecho. Asimismo, la educación sexual adecúa sus contenidos a la edad de los alumnos, mientras que la exposición está a la vista de todos.”

“Si estuvieran en un museo, sería responsabilidad y decisión de cada familia y cada ciudadano el acudir o no. Estas esculturas se han impuesto a todos los valencianos que quieran aprovechar el buen tiempo para pasear por La Marina”.