El Grupo Parlamentario de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea presentó un proyecto a la Comisión Constitucional del Senado español pidiendo que el Gobierno elimine el crucifijo y la Biblia de la toma de posesión del presidente y los ministros.
Excepto el PP, todos los grupos parlamentarios presentes (PSOE, Grupo Mixto -formado en esta comisión por una senadora de Coalición Canaria y otra de Convergència Democràtica-) y Esquerra Republicana, han votado a favor de ocultar estos elementos religiosos.
Según Europa Press, el Grupo Parlamentario Popular propuso una enmienda al texto de la moción que planteaba «reafirmar el compromiso del Estado de garantizar el principio de neutralidad». Pero eso no bastó a los otros grupos y rechazaron la enmienda.
La senadora del Grupo Popular, Cristina Ayala, ha insistido en la necesidad de respetar las creencias de cada persona incluida las de los ministros que deciden jurar su cargo ante una Biblia y un crucifijo y ha asegurado que el tratamiento sería el mismo si el ministro en cuestión fuese de otra religión.
Así, ante la pregunta del portavoz del Grupo Parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, Joan Comorera, sobre si la opinión del Grupo Popular sería la misma si un ministro fuese musulmán y pidiese jurar ante el Corán, la senadora popular ha respondido afirmativamente.
«Estoy convencida de que si alguno de los ministros hubiera decidido tener una luna o una estrella de David, hubiera sido el mismo tratamiento», ha concretado.
A su juicio, las tomas de posesión son «actos personales» y decidir tener delante una Biblia o un crucifijo es «un plus» de compromiso. En este sentido, ha puesto como ejemplo la jura del presidente de EEUU, Donald Trump, sobre dos ejemplares de la Biblia.
«En EEUU, que casualmente es el paradigma de Estado que separa Iglesia y Estado, hubo un evento religioso y Trump juró sobre dos biblias y el anterior presidente, Obama, también lo hizo. Desde 1789 todos los presidentes americanos juran encima de la Biblia porque entienden que adquieren un compromiso superior, no solo el del valor cívico sino además en sus creencias personales y eso es un plus, no significa para nada una merma, y nadie allí lo ve como algo oscuro, antiguo, retrógrado», ha expuesto la política del PP.
Por otra parte, Ayala ha corregido al Grupo Parlamentario de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea porque, a su juicio, confunden laicismo -«considerar que solo en el ámbito privado deben darse las cuestiones religiosas»- con aconfesionalidad que, según ha precisado, es lo que recoge la Constitución cuando dice que no hay ninguna confesión oficial del Estado pero que este debe mantener relaciones con todas las religiones.
«Difícilmente se puede comprometer la laicidad del Estado cuando este Estado no es laico, es aconfesional. Confunden la realidad con el mundo platónico, lo que ustedes quieren con lo que realmente es», ha reprochado a la formación morada.
Por su parte, el senador del PSOE, Antonio Julián Rodríguez, ha mostrado su postura favorable al texto de la moción porque considera que los crucifijos y la Biblia «están de más» en los actos de toma de posesión de presidente y ministros.
Si bien, ha invitado a fijarse en el hecho de que estos cargos cumplan lo que juran, más que en cómo lo prometen, con o sin símbolos religiosos.
Según ha defendido, en una sociedad cada vez más plural debe ir eliminándose esta simbología de las ceremonias públicas e instituciones.
En concreto, los socialistas piden que los símbolos presentes en los edificios de carácter público se retiren previa catalogación o dictamen, excepto aquellos ubicados en lugares destinados al culto o que formen parte de elementos estructurales artísticos.
El portavoz del Grupo Parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, Joan Comorera, ha calificado de «grave error» el hecho de «confundir las creencias con la función institucional» así como «apelar a la tradición para seguir manteniendo la simbología religiosa en los actos públicos».
Por ello, ha pedido que las tomas de posesión se realicen exclusivamente ante la Constitución y que se supriman los honores civiles a santos o vírgenes. «Con todos mis respetos, sigo sin ver cuál ha sido el papel de la Virgen del Rocío en la salida de la crisis», ha señalado.
Asimismo, la portavoz del Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana Laura Castel ha indicado que es «obvio» que las instituciones han de ser «neutrales» porque, a su parecer, si se muestran símbolos religiosos en actos públicos, ciudadanos de otras confesiones pueden sentirse «menoscabados» en su representación.
María Teresa Rivero (Convergència) quiere que las convicciones religiosas se expresen solo "en la intimidad"
En esta línea, la senadora de Convergència, del Grupo Mixto, María Teresa Rivero ha coincidido en que «jurar el cargo delante de una Biblia o un crucifijo no aporta neutralidad a los poderes públicos» y aunque, según ha precisado, a ella no le ofende verlo, considera que «no es necesario».
Además, ha apuntado que esto no está reñido con que cada persona pueda expresar sus convicciones religiosas «en la intimidad».