Holanda comenzó a aplicar la eutanasia en 2002 bajo el pretexto de que se realizaría exclusivamente en casos muy concretos. Aquel año murieron por esta ley 1.882 personas. Quince años después, en 2017, la cifra se había disparado ya a 6.585, un 250% más. Lo que antes eran casos muy específicos, poco a poco se fueron abriendo al simple deseo de la persona o al criterio de otro.
Alcohólicos, personas deprimidas, con demencia o alzheimer mueren ahora en Holanda por la eutanasia, en lo que es un claro ejemplo de pendiente resbaladiza. Además, un estudio del New England Journal of Medicine asegura que no se informa del 23% de los casos de eutanasia. Aquí entrarían muchos de los casos de abusos que se producen, que en muchos casos son tolerados y no se investigan a fondo pese a haber una comisión específica con tal cometido.
Primer procesamiento en 16 años
Este lunes se ha conocido que por primera vez desde que entrara en vigor la ley de eutanasia la Fiscalía holandesa procesará a un médico por negligencias al practicar la eutanasia a una mujer con demencia, sin la autorización expresa de la paciente.
Según recoge la agencia EFE, la anciana tenía 74 años y en el pasado había confirmado a su marido su deseo de recurrir a la eutanasia cuando la ingresaran en una residencia de mayores, pero también precisó que ella debía decidir cuándo.
"No habría tenido sentido preguntarle"
Durante la investigación médica, el facultativo declaró que cuando llegó el momento de practicar la eutanasia “la paciente estaba tan confundida que no habría tenido sentido preguntarle” sobre su deseo de morir, por lo que “asumió que la mujer todavía mantenía” su decisión tomada en el pasado.
La Fiscalía asegura que “la mujer dijo varias veces que quería morir, pero también dijo regularmente lo contrario. El médico debía discutir la situación con ella. Que tenga demencia no cambia esto”.
El Ministerio Público, que analiza todos los casos de eutanasia considerados “descuidados” por parte del Comité Regional de Revisión, explicó que el especialista en geriatría ignoró la "falta de claridad»" en la declaración de “consentimiento” por parte de la paciente y siguió adelante con el proceso para terminar con su vida.
La paciente padecía un deterioro avanzado de su capacidad mental y, según los informes, el especialista en cuidados de mayores —que compareció antes de verano ante el Consejo de Disciplina Médica— cometió dos negligencias: autorizar la eutanasia sin autorización expresa y llevar a cabo un proceso rodeado de irregularidades.
La marcha atrás de uno de los líderes proeutanasia
El caso de Holanda ha hecho incluso replantear su posición a algunos que tuvieron un papel importante en su implantación. Theo Boer, docente de la Universidad de Utretch, era un convencido defensor de la eutanasia y fue miembro durante nueve años de la Comisión de control encargada de vigilar la ejecución de la ley. Ahora advierte al resto de países: “no cometáis nuestro error” y admite que los que se oponían a esta normativa acertaron de lleno.
En la actualidad, Boer describe la eutanasia como “el homicidio de una persona” y habla de una Holanda “en la que la caridad ha desaparecido” y de una ley que “tiene efectos sobre toda la sociedad”, explicando por qué sus adversarios tenían razón “cuando decían que Holanda se podría encontrar en un peligroso plano inclinado”.
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