La Unesco, la agencia de la ONU encargada de velar por la educación, la ciencia y la cultura, se ha convertido en un instrumento más para imponer la agenda LGTBI a todo el mundo, especialmente a los más pequeños. De este modo, con el informe que acaba de publicar sigue la estela de Naciones Unidas y su objetivo prioritarios de crear “nuevos derechos” para este colectivo.

El informe se presenta como una iniciativa contra el acoso a los homosexuales en el mundo de la educación que busca generar una respuesta que se traduzca en políticas aún más favorables a los LGTBI. La propia presentación del texto de la Unesco ya avisa de que “una campaña importante de movilización y sensibilización se llevará a cabo a nivel mundial”.

Sin embargo, tras la apariencia de lucha contra la discriminación se ocultan otros intereses que pasan por el adoctrinamiento de los niños. Y es que uno de los puntos principales del informe se basa en conseguir un mandato de la Asamblea General de Naciones Unidas en el que se exija que se inserten materiales LGTB en los programas de todas las etapas escolares, “a partir de una edad temprana”.


Entre estas exigencias se encuentran otras relacionadas como que en los planes de estudio se “proporcione a todos los estudiantes el acceso a información no crítica y precisa sobre la orientación sexual y la identidad/expresión de género”.

Del mismo modo, el texto publicado por la Unesco pide que se garantice que tanto en los programas escolares como en los materiales de aprendizaje que se utilicen haya contenido amistoso con el colectivo LGTBI y que esto quede de manifiesto tanto en el contenido de estos programas como en las ilustraciones. Además, exige que se elimine cualquier contenido “inexacto y estigmatizante”.


Pero estas exigencias se deben dar en todas las edades y en todos los ámbitos de la educación. Es decir, el informe quiere que los contenidos LGBTI estén adaptados a la edad de los estudiantes y a su cultura. Y por otro lado que sean contenidos transversales y se inserten en temas de historia, política, lengua, literatura, educación sexual, salud, educación cívica y derechos humanos.

El informe justifica todas estas exigencias asegurando que “los estudiantes LGTB” están más predispuestos a ser acosados y a ser víctimas de la violencia. “Los estudiantes que son percibidos que no se ajustan a las normas que prevalecen tanto sexuales como de género, incluyendo aquellos que son lesbianas, homosexuales, bisexuales o transgénero son más vulnerables”.


Para realizar tales afirmaciones sobre la discriminación, denuncia el Center for Family & Human Rights (C-Fam), el informe de la agencia de la ONU utiliza datos controvertidos y sospechosos que son proporcionados directamente por grupos LGTBI y que incluyen encuestas anónimas y online cuyos datos no son verificables pero que son vendidos como una investigación independiente.


La Unesco es la agencia de la ONU para la educación, cultura y ciencia

Tanto la fiabilidad de la encuesta como la implicación directa del propio lobby LGTB restarían, por tanto, mucha credibilidad al informe. Y es que en el texto de la Unesco se da las gracias directamente a las aportaciones realizadas por ILGA (Asociación Internacional de Gais, Lesbianas, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales), el principal y más subvencionado lobby LGTB a nivel europeo.

El informe cita hasta en cinco ocasiones los datos de una encuesta encargada por la Fundamental Rights Agency (FRA), una agencia de la UE, y que ‘cocinó’ directamente el lobby LGTB ILGA. Ya en el momento de su publicación se denunció que dicho sondeo estaba preparado previamente para que dijera que los homosexuales son discriminados en el mundo. “Dada la manera en que se diseñó el estudio, el resultado ya está pre-establecido: la gran mayoría de las personas LGBT se enfrentan a la "discriminación". Los reclamos son predecibles: las leyes necesitan ser cambiadas, los privilegios otorgados, la opinión disidente perseguida como ´discurso de odio´. Ahora los ´hechos´ tienen que ser fabricados. FRA y Europa ILGA han asumido su trabajo", denunciaba en su momento la European Dignity Watch.


Ahora la ONU da como válidos y eleva a categoría de hecho consumado una encuesta sin validez científica que contenía una muestra sesgada, categorías confusas, sólo los que se autodefinían LGBT podían responder, los activistas respondían más, era anónima y seguía hechos no verificables, consideraba "discriminación" cualquier cosa (por ejemplo, no recibir niños en adopción), etc...


ILGA se ha convertido en uno de los grandes grupos de presión

Pero las deficiencias no se quedan sólo en la utilización de fuentes cuyos datos son más que discutibles sino que además realiza afirmaciones falsas. De este modo, C-FAM denuncia que el informe asegura que el “Convenio sobre los derechos del niño reconoce también los derechos de los niños LGTBI”. Sin embargo, ni dicho convenio ni ningún tratado de la ONU sobre derechos humanos afirma tal cosa.


Las críticas al informe van más allá y se acusa a la ONU de utilizar la discriminación como pretexto para imponer a todos los estados miembros sus criterios pro-ideología de género entre los niños. Precisamente, la Unesco no ha hecho referencias a niños con discapacidad, los que pertenecen a minorías religiosas o los inmigrantes cuando todos ellos pueden ser también víctimas del acoso y la discriminación.

Sin embargo, no debe sorprender dicho informe puesto que esta agencia lo único que ha hecho es seguir la senda marcada desde hace años por la ONU. De hecho, acaba de crearse la figura del nuevo comisario de Naciones Unidas para los LGTBI, un activista proLGTB.


Tal y como aparece en la ficha del texto de la Unesco, éste ha sido financiado por el gobierno de Holanda que ha pagado 396.802 dólares por un proyecto en el que se incluye este informe.

Precisamente Holanda es uno de los países que de una manera más clara defiende la ideología de género y las leyes de ingeniería social. Desde el 2001 tiene ley de matrimonio homosexual, leyes que quiere exportar a los cinco continentes, motivo por el cual financia este tipo de informes.

Además, Holanda es pionero en leyes como las de la eutanasia, donde se permite morir a menores de edad y que mediante el Protocolo de Groningen permite a los médicos que maten a bebés recién nacidos que tengan enfermedades graves.