Ciudadanos ha convertido su empeño en legalizar los vientres de alquiler en una de sus principales banderas como partido. Si ya era un firme defensor de esta práctica, con la llegada al Gobierno de Pedro Sánchez, ha dado incluso un paso más.
Este partido pretende mostrar un elemento diferenciador con respecto al PSOE, que oficialmente se opone a los vientres de alquiler. Para ello quiere mostrar su “progresismo” legalizando ya la maternidad subrogada.
De este modo, los líderes de Ciudadanos han intensificado sus declaraciones públicas, sobre todo a través de Begoña Villacís, líder de la formación en el Ayuntamiento de Madrid, y Patricia Reyes, diputada y responsable del área de mujer y LGTB.
"Existen otros modelos de familia"
Villacís ha asegurado que su partido quiere aprovechar el Orgullo Gay y cualquier otro escenario “para reivindicar que existen otros modelos de familia, que ser padres te lo da el querer un hijo, cuidarlo, y reivindicaremos la gestión altruista”.
La concejal agregó que “mucha gente no acepta que este país progrese, que no acepta los nuevos modelos de familia” asegurando que “no es solamente para personas LGTB sino para mujeres que han padecido cáncer y que no han podido gestar por ellas mismas”.
Incluso llegaba a afirmarque “no consiento que nadie nos diga a las mujeres lo que podemos o no podemos hacer con nuestro cuerpo. Eso es una cosa pasada, de otras épocas y, a día de hoy, lo justo es entender que las mujeres tenemos el suficiente discernimiento para decidir por nosotras mismas”.
Más allá de las proclamas propagandísticas de Villacís preocupa incluso más la argumentación utilizada para defender los vientres de alquiler que realiza la diputada Patricia Reyes en El Español.
La gestante no es madre
El sentimentalismo se convierte para ella en un elemento prioritario a la hora de legislar sobre los vientres de alquiler, puesto que “cuando la gente conoce casos concretos, muchas veces se cambia de opinión. Eso me pasó a mí”.
Las consecuencias para los niños, utilizados como un producto comercial, y el de la madre gestante no cuentan para nada.
Pero todo queda mucho más claro cuando llega a asegurar que “la gestante no es madre. No hay material genético por su parte. El óvulo no es suyo”. La apuesta de Patricia Reyes y la de Ciudadanos es la siguiente: “la ruptura del esquema mental: disociar la maternidad de la gestación. La mujer que gesta ayuda, pero no es la madre. Lo tiene que tener muy claro”.
Otro de los patinazos de la diputada de Ciudadanos es considerar un derecho ser madre y que éstos se crean por generación espontánea. “Los derechos los creamos con las leyes. Ahora mismo no lo es, pero si podemos ayudar a muchas personas a cumplir sus sueños, ¿por qué no vamos a regularlo?”.
Esto dice Ciudadanos, y la ciencia, ¿qué dice?
Ciudadanos cree que la historia del bebé empieza únicamente tras el parto y la entrega a los padres que han alquilado el útero de una mujer. Obvian la relación que se genera entre el feto y la madre, así como las consecuencias de la separación radical del bebé una vez nacido. Es considerado a grandes rasgos un mero producto comercial.
Ibone Olza, desde sus conocimientos médicos, explica las consecuencias negativas de los vientres de alquiler
Sin embargo, la ciencia entiende cada vez mejor la importancia de los lazos que se establecen entre el bebé y su madre gestante. Ibone Olza, doctora en Medicina y especialista en Psiquiatría infantil y perinatal así como directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal ofrece una serie de argumentos sobre estos aspectos que deberían leerse en Ciudadanos (ReL recogió aquí estos ocho puntos).
Esta especialista explica que el embarazo conlleva una transformación biológica muy potente y en cierto sentido irreversible. Incluso si el óvulo no es de la mujer que gesta al bebé, la embarazada puede interferir en la expresión genética del bebé, haciendo que se expresen unos genes u otros por mecanismos de epigenética. Es decir, no es cierto que si el óvulo no es de la gestante no va a haber conexión genética entre la mujer embarazada y su bebé.
Por otro lado, el bebé gestado por subrogación no conoce otra madre que la mujer que le ha gestado. Incluso si el óvulo proviene de una ovodonación, él o ella no sabe eso. Ser separado de su madre nada más nacer, y casi no volver a verla, equivale a que su madre muera en el parto. Es decir, son bebés que nada más nacer tienen que afrontar la muerte psíquica de su madre, por así decirlo.
Pinche aquí para conocer más argumentos que Ciudadanos debería conocer sobre los vientres de alquiler.