George Soros no es un mito. Los tentáculos de sus sociedades, fundaciones y organizaciones subvencionadas se extienden por todo el mundo y siempre con el mismo objetivo: crear sociedades más débiles para que personas como él puedan gobernar a la sombra. Esto lo explica perfectamente Carlos Astiz en su libro El Proyecto Soros y la alianza entre la izquierda y el gran capital (Libros Libres).
Un ejemplo muy gráfico se ha producido recientemente. Soros es un declarado abortista y uno de sus principales objetivos es extender el aborto por todo el mundo, por lo que las iniciativas provida son incómodos obstáculos en su camino.
Por ello, Soros ha lanzado a una de las organizaciones que financia, Open Democracy, para atacar y desacreditar la reversión del aborto tras la toma de la píldora. Muchas mujeres se han arrepentido de usar la píldora abortiva y han podido revertirlo gracias al esfuerzo de médicos y profesionales provida. Recientemente en ReL hemos publicado el testimonio de una de estas mujeres y que a día de hoy disfruta de su hijo.
De este modo, esta plataforma bajo el paraguas de Soros ha intentado por todos los medios desacreditar la tecnología de reversión de la píldora abortiva, aunque sin aportar ni una sola prueba del supuesto mal que generan.
Para ello, activistas de Open Democracy se hicieron pasar por mujeres que habían tomado la píldora llamando a las líneas de Heartbeat Internacional. Durante las 24 horas del día atienden a mujeres que piden ayuda y de inmediato se movilizan para revertir los efectos del aborto químico, pues el tiempo corre en contra de la mujer que desea seguir con el embarazo.
Las activistas de Soros ocuparon las líneas mientras las enfermeras las atendían con paciencia. Pero al final del procedimiento estas mujeres decían que no se arrepentían del aborto y colgaban. En realidad intentaban buscar argumentos para desacreditar este procedimiento provida.
Tal y como recoge LifeNews, Heartbeat International ha salvado ya la vida de 2.000 bebés tras lograr revertir el aborto químico. “George Soros, así como otras organizaciones proaborto, financian Open Democracy, que se describe a sí mismo como periodismo de investigación feminista en la lucha de primera línea, y están buscando formas de luchar contra aquellos que están en contra de lo que ellos llaman derechos de las mujeres”, denuncia la portavoz de Heartbeat, Andrea Trudden.
Así, explica que las enfermeras escucharon a estas activistas encubiertas y les explicaron lo que tenían que hacer para obtener la reversión del aborto. “Cada una de ellas (las activistas), justo antes del paso final de ponerlas en contacto con una clínica, decían: ‘no, ¿sabes qué? He cambiado de opinión’”. Y colgaban.
Trudden se lamentaba de que estas mujeres quitaran tiempo a las enfermas y que personas que sí necesitaban esa ayuda pudieran quedarse sin atención. Pero pese a que Open Democracy no encontró nada contra la reversión publicó un estudio atacándolo por poco ético y peligroso. Aunque para ello tuvieran que citar a políticos y grupos abortistas.
Pese a todo, la intoxicación informativa de la plataforma financiada por Soros ha brindado a los políticos un objetivo a eliminar: esta ayuda concreta a la mujer. Pese a que se llevan años revirtiendo abortos y son miles de mujeres las que han salvado así las vidas de sus hijos, Open Democracy ha hecho creer que es algo experimental.
En el reportaje de esta plataforma abortista, la diputada laborista Nadia Whittome dice estar sorprendida de que esto esté ocurriendo en Reino Unido y afirmaba que “las mujeres no deben ser utilizadas como conejillos de indias por los activistas antiaborto. La línea directa debe cerrarse de inmediato".
La píldora abortiva puede ser revertida si se actúa con rapidez. Y esto es lo que quieren evitar los grupos proaborto
"Es completamente inaceptable", agregaba también Munira Wilson, diputada y portavoz de los demócratas liberales para la atención médica y social. "Los reguladores deben investigar esto con urgencia y poner fin a esta práctica nociva".
Así funcionas Soros y sus satélites para conseguir sus objetivos. La verdad queda en un segundo plano.
En realidad, el procedimiento de reversión de la píldora abortiva es claro, sencillo y seguro. Actúa contrarrestando el fármaco abortivo mifepristona, uno de los dos que se suelen tomar juntos para abortar y luego expulsar al feto. La mifepristona hace que el útero sea inhóspito para una nueva vida al bloquear la hormona de la progesterona. El procedimiento de reversión implica administrar a la madre dosis de progesterona para contrarrestar el fármaco abortivo. El procedimiento de reversión de la píldora abortiva no funciona después de que la madre toma el segundo medicamento, misoprostol, uno o dos días después.
Los investigadores y los expertos médicos indican que el procedimiento es seguro y eficaz. La Asociación Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos Pro-vida lo respalda, e incluso un prestigioso médico de la Facultad de Medicina de Yale le dijo al New York Times que el tratamiento "tiene sentido biológico" y que se lo recomendaría a su propia hija.
Sin embargo, estudios realizados por dos universidades sí destacan los efectos secundarios de la píldora abortiva, relacionándola con problemas de depresión y de ansiedad.
Estas píldoras contienen mifepristona, que mata al feto al interferir con las hormonas de la madre, y el misoprostol, que induce fuertes contracciones uterinas que hacen que la mujer expulse a su bebé. Esta última puede causar sangrado muy abundante, calambres severos, náuseas, vómitos y mareos que los pacientes describen como similar a un aborto espontáneo temprano, pero algunas mujeres que se han sometido al procedimiento lo consideran mucho peor.