La Iglesia Católica vuelve a ser víctima de una nueva ofensiva para que por fin sucumba a la ideología de género y el abortismo. En esta ocasión la ONU se ha aliado con un grupo católico progresista para presentar un informe que pretende eliminar la Humanae Vitae de Pablo VI presionando a la Iglesia para que acepte los anticonceptivos, la masturbación o las relaciones homosexuales. En un artículo publicado en Actuall, Javier Lozano analiza este documento que se presentado la semana que viene:
La Iglesia Católica es uno de los pocos enemigos que les queda a los poderosos lobbies que quieren imponer el aborto y la ideología de género en el mundo. De hecho, la Iglesia lleva décadas resistiendo los envites de estos grupos, tanto externos como internos. Y la encíclica Humanae Vitae de Pablo VI supuso un punto de inflexión.
El ahora beato firmó un valiente texto, en 1968, en el que dio la voz de alarma condenando la anticoncepción al advertir que no puede disociarse la sexualidad de un contexto de amor, señalando además que este hedonismo se podría traducir en la destrucción de la familia.
El anticonceptivo no era inocente, venía a decir la encíclica. Porque destruía el significado procreativo del abrazo conyugal y también el signficado nupcial. Introducía una cláusula de egoísmo en el matrimonio: yo te quiero a tí, exceptuando tu fertilidad.
Los fuertes interesados creados de la industria del anticonceptivo se encontraron en el Vaticano con un formidable enemigo que iba a aguarles la fiesta. Y entonces comenzaron los ataques.
Desde entonces el papa Montini fue duramente criticado y ridiculizado tanto fuera como por una parte de la Iglesia.
Sin embargo, este escrito papal fue profético e hizo tres predicciones sobre lo que pasaría si la anticoncepción se adoptase en todo el mundo. Y se han cumplido completamente.
- En primer lugar Pablo VI afirmaba que se abriría el camino a la “infidelidad conyugal” que llevaría a la destrucción de la familia.
- La segunda pasaba por la cosificación de la mujer, “al considerarla un simple instrumento de goce egoísta”.
- Y por último se preguntaba “quién impediría a los gobernantes favorecer y hasta imponer a sus pueblos, si lo consideran necesario, el método anticonceptivo que ellos juzgaren más eficaz”.
A pesar de ello, los enemigos de la Iglesia vuelven al ataque con la ayuda de ese sector eclesial que ya intentó dinamitar la Humanae Vitae. De hecho, la próxima semana la ONU va a patrocinar la publicación de un documento en el que se presiona a la Iglesia para que abrace no sólo los métodos anticonceptivos, sino también el aborto y las prácticas homosexuales.
El texto ha sido publicado por el Wijngaards Institute, dirigido por el exsacerdote de origen alemán John Wijngaards, un ‘católico’ progresista que pretende dinamitar el Magisterio de la Iglesia. Y mientras tanto, la ONU hará de gran altavoz de este grupo cuyo fin es destruir la esencia del catolicismo.
Bajo el título Declaración de académicos católicos sobre la ética del uso del anticonceptivos, más de 100 ‘expertos’ que se denominan “católicos” han firmado este documento que se ha realizado “como preparación del aniversario de la publicación de la Humanae Vitae”.
El texto pretende desmontar la encíclica de Pablo VI de la que dicen que no es “infalible” puesto que “no hay fundamentos ni en la Biblia ni en la naturaleza, que soporten la actual enseñanza oficial católica, según la cual todo acto tiene un significado y una finalidad de procreación, y por consiguiente el uso de anticonceptivos ‘artificiales’ con fines de planificación de la familia es siempre incorrecto, o ‘intrínsecamente deshonesto’”.
Además, los firmantes afirman que “por el contrario, la opción del uso de anticonceptivos para la planificación de la familia o con propósitos profilácticos puede ser una decisión responsable y ética e incluso un imperativo moral”.
Por otro lado, el documento asegura que “la gran mayoría de actos sexuales carecen de la capacidad biológica de procrear, y por lo tanto no pueden tener un ‘significado’ y una ‘finalidad’ de procreación”.
Y añade que puede ser “moralmente digno” y “ético” la decisión “usar anticonceptivos modernos” en las relaciones sexuales cuyos motivos no sean la concepción sino “el placer, amor, consuelo, celebración y compañía”.
Las tesis defendidas por el Wijngaards Institute manipulan de manera grotesca el Magisterio de la Iglesia y la Humanae Vitae de Pablo VI en todo lo que hace referencia a la procreación. El texto se empeña en separar los dos aspectos de la relación conyugal, el unitivo y la procreación.
Pero la encíclica destaca que ambos aspectos, unión y procreación, son “inseparables”. De hecho, el acto conyugal es en primer lugar una entrega de “amor mutuo y verdadero”, es decir unitivo, y en segundo lugar debe estar abierto a la vida, o sea, procreativo. Y este importante matiz es sistemáticamente ocultado.
Pero la cosa no queda ahí y este grupo de “católicos” pretende también que la Iglesia modifique el resto de su Magisterio ajustándolo a su ideología pidiendo así que se les pregunte sobre “otros ámbitos de la ética sexual católica que probablemente se verán afectados por una revisión de la enseñanza actual prohibiendo el uso de anticonceptivos para la planificación familiar, tales como la evaluación negativa de la masturbación, las relaciones homosexuales y la fecundación in vitro”.
No es casualidad que sea precisamente Naciones Unidas la que vaya a hacer de altavoz de este texto supuestamente “católico” pues la Iglesia es posiblemente uno de los últimos muros de contención que está encontrando para imponer el aborto.
Pero no sólo el informe del Wijngaards Institute será presentado en la sede de la ONU en Nueva York sino que además tres de sus agencias, el Fondo de Población, ONU Mujeres y ONU SIDA, se han volcado especialmente con este lobby progresista con el fin de doblegar a la Iglesia.