El periodista catalán Salvador Sostres, uno de los comunicadores más políticamente incorrectos de España, ha escrito una columna en el diario ABC, que títula Contra el Corán no te atreverías

Sostres escribe este artículo ha propósito de la polémica que se ha suscitado por la declamación de una Padrenuestro blasfemo en un acto institucional del Ayuntamiento de Barcelona, refrendado posteriormente por la propia alcaldesa, Ada Colau. 

Religión en Libertad ha informado ampliamente de este desagradable ataque a las creencias religiosas:

Rahola, Caram, obispo Saiz y E-Cristians protestan a la alcaldesa Colau por el padrenuestro blasfemo

70.000 ciudadanos piden a la alcaldesa de Barcelona que se disculpe por el padrenuestro blasfemo

Leen una versión blasfema del Padrenuestro en un acto institucional presidido por Ada Colau

Abogados Cristianos denuncia a Ada Colau y la artista Dolors Miquel por el padrenuestro blasfemo

Sostres le reprocha a Ada Colau que no se hubiera atrevido a insultar a la religión musulmana. "Claro que no. Sólo se atreven contra nosotros y me parece muy bien".

Por su interés reproducimos el texto del columnista catalán:


«Es extraordinario que hasta nuestros peores haters sepan que somos los de la libertad y los de la compasión, y que siempre vamos a perdonarles. Es un logro de La Civilización que hasta los bárbaros entiendan nuestras coordenadas. Se atreven contra nosotros porque saben que no vamos a responderles y que vamos a quererles exactamente igual. Siempre para ellos tendremos abiertos los brazos. Dios sólo nos enseñó a amar.

»Y ellos lo saben, claro que lo saben. Lo han sabido siempre. Por eso se atrevieron con Jesucristo. Por eso todos los sentimientos están resumidos en el Calvario, y principalmente el amor.

»Contra el Corán no se atreven porque hasta los Ada Colau han entendido que sólo hay una Civilización, que adquirimos la fuerza de lo que conquistamos, y que fuera hace mucho frío.

»Es una excelente noticia que hasta las expresiones más bajas de nuestra sociedad identifiquen nuestras virtudes y se beneficien de ellas. Es un buen paso en la correcta dirección. Tal vez algún día lleguen a comprender el mecanismo, y se incorporen a la gran rueda del amor, de la piedad y de la ternura como metáfora de la solución universal.

»Está muy bien que vengan a insultarnos. No hay que despreciar el progreso: hasta hace muy poco venían a matarnos. Sabemos poner la otra mejilla y sabemos que no saben lo que se hacen. No puede haber ofensa, sólo compasión. Que nos enfademos como respuesta es como rezar otro Padrenuestro blasfemo, y lo que es peor, equivocado. No fue esto lo que Él nos enseñó.

»No tengáis miedo, nos dijo Juan Pablo II. Deus caritas est, nos dejó escrito Ratzinger en su primera y bellísima encíclica. Nosotros somos los de la Cruz. Los que sabemos convertir en el viejo dolor en amor para legarlo solemnemente a la Historia. No hay nada más revolucionario que el amor y el perdón es la gran prerrogrativa de Dios. Ellos lo saben y por eso se atreven a decirnos cualquier cosa; y nosotros tendríamos que no olvidarlo cuando estemos tentados de transitar los estériles caminos del odio».