El pasado martes 9 de julio Twitter anunció que censurará o pedirá la eliminación de los mensajes "de odio o que deshumanicen a otros debido a sus creencias".
En una entrada en el blog oficial de la compañía (aquí en español), los responsables de Twitter explicaron que, tras meses de conversaciones con el público, expertos externos y los propios trabajadores de la firma, han decidido incluir en la lista "lenguaje que deshumanice a otros en base a su religión".
Twitter puso en su comunicado algunos ejemplos de mensajes "deshumanizantes":
- "Tenemos que exterminar a las ratas. Estos (grupo religioso) son aberrantes",
. Los "(grupo religioso) son un virus. Están poniendo enfermo a este país"
- Los "(grupo religioso) deberían ser castigados. No estamos haciendo lo suficiente para deshacernos de estos sucios animales".
Lo común en estos mensajes es que el grupo criticado es considerado "no humano", se compara con animales, bichos o virus y por lo tanto se anima a ser "exterminado", "deshacernos de ellos".
Twitter incluso enlaza con dos webs que estudian estos temas: Discurso Peligroso, de la doctora Susan Benesch y una investigación reciente de Nick Haslam y Michelle Stratemeyer sobre deshumanización.
Susan Benesch se ha convertido en una autora de referencia para Twitter,
pero ella misma admite que controlar el "discurso peligroso" es difícil
Susan Benesch es la creadora del concepto "discurso peligroso" que tiene dos partes: una es deshumanizar al otro, declarando que es "un virus" o un "animal" ("insectos, animales despreciados, bacterias, cáncer, si ves a otras personas como cucarachas o microbios es aceptable librarte de ellos"); la otra es amenazar que "los otros van a ir a por nosotros si no vamos nosotros antes a por ellos". Sus estudios señalan que al combinar ambas cosas, en países y circunstancias muy distintas, se repiten estallidos de violencia física muy similares.
En su comunicado Twitter detalla que "el año pasado, pedimos feedback [...] y en dos semanas, recibimos más de 8.000 respuestas de personas provenientes de más de 30 países".
Un debate global, con 2 grandes tendencias
El debate sobre los límites de libertad de expresión aplicados a la religión, la política, los grupos étnicos o sexuales es global.
Hay básicamente dos grandes escuelas de pensamiento, también entre los cristianos:
1) Una escuela tiende a pedir que no haya limitaciones a la libertad de expresión, o sean mínimas; piensan que las mismas normas con las que se combaten las blasfemias e insultos se usarán para combatir el libre debate de ideas; muchos cristianos creen que el cristianismo aguanta bien bajo un debate libre, incluso bajo insultos groseros, mientras que el Islam o la ideología de género son insostenibles en un debate abierto de ideas y razones, y lo que se necesita es libertad para debatir
2) Otra escuela piensa, como Susan Benech, que hay que limitar la libertad de expresión para evitar una escalada de tensiones que llevan al odio y la violencia física; además, groserías que antes eran locales, y escuchaban 30 borrachos en un bar, ahora se hacen virales y llegan a millones de personas
En este caso, Twitter opta por prohibir una cosa muy concreta: no el debate de ideas, sino la "deshumanización": comparar con animales o bacterias, incitar a exterminar.
La clásica caricatura que llama a los curas "cucarachas" o que los compara con parásitos insectoides que chupan sangre o con cerdos que maman del pueblo, entraría en esta línea.
Pero no está claro si entrarían las infinitas viñetas groseras y satíricas que sugieren que muchos curas, o todos los curas, son pederastas.
Un ejemplo comunista de deshumanización
Recuerda Martin Amis en su libro Koba el terrible que Lenin escribía a Maxim Gorki, el literato de la nueva Rusia sin Dios, así: "Toda idea religiosa, toda idea de Dios, es una abyección indescriptible de la especie más peligrosa, una epidemia de la especie más abominable. Hay millones de pecados, hechos asquerosos, actos de violencia y contagios físicos que son menos peligrosos que la sutil y espiritual idea de Dios".
Epidemia, contagio físico, abyección... así hablaba Lenin de "la idea de Dios"... e hizo ejecutar 16.000 clérigos en 7 años
Aquí Lenin no habla de "grupos religiosos", pero compara la idea de Dios con "epidemias, contagios físicos, abyección". Pasando de las palabras a la obra, en los 7 años que Lenin gobernó, desde la Revolución Rusa en 1917 hasta su muerte en 1924, unos 25.000 eclesiásticos ortodoxos fueron encarcelados y 16.000 ejecutados, según un estudio de 2004 del doctor en Ciencias Matemáticas Nikolay Yemelianov, de la Universidad Humanitaria San Tijon. Lo mismo sucedió con los clérigos católicos, que eran mucho menos numerosos y cuyo caso está mucho menos estudiado.
Un ejemplo nazi de deshumanización
En su libro de 1987 Historia de los Judíos, el historiador Paul Johnson, escribe que en la Alemania de los años 20 y 30, la falta de límites a las sátiras groseras allanaron el camino a la deshumanización del judío (y en general del rival).
"La atmósfera de violencia real que alimentó al nazismo estaba a su vez sostenida por la creciente violencia verbal y gráfica en los medios de difusión. A veces se sostiene que la sátira, incluso la más cruel, es un signo de salud en una sociedad libre, y que no deben imponérsele restricciones. La historia judía no confirma este criterio. Los judíos han sido blanco de estos ataques con más frecuencia que otro grupo cualquiera y saben por larga y amarga experiencia que la violencia impresa es sólo el preludio de la violencia sangrienta", se lee en el libro de Johnson.
El semanario «Der Stürmer», dirigido por Julius Streicher, el dirigente nazi de Franconia central, insistió, recuerda el historiador, en que "los judíos no son parte de la humanidad y que por lo tanto no tienen derecho a la protección que instintivamente concedemos a un ser humano. Bajo las leyes de Weimar era muy difícil llevar a alguien a juicio, pues Streicher gozaba de inmunidad como diputado del Landtag, y más tarde del Reichstag".
Jonhson, en La Historia de los Judíos, cree que se deberían haber cerrado ese tipo de publicaciones, igual que se deberían haber impedido las actividades de grupos violentos y amedrentadores e irrespetuosos de jóvenes en las universidades y luego en otros ámbitos. La impunidad les hizo crecer y crecer y envalentonarse.