Muchos jóvenes que entregan su tiempo libre y un gran esfuerzo para ayudar a mujeres embarazadas y para salvar la vida de numerosos niños podrían ser en breve considerados delincuentes e incluso de ser condenados a penas de prisión. Esta es la reforma del Código Penal que ha llevado el PSOE al Congreso para proteger los abortorios y prohibir cualquier actividad provida en torno a ellos.
Muchos de estos jóvenes saben a lo que se enfrentarán pero también conocen perfectamente lo que ocurre en los abortorios y sobre todo cómo muchas mujeres llegan sin ningún apoyo o información sobre las alternativas a las que pueden optar. Por ello, cuando estos rescatadores les tienden la mano muchas están deseando cogerlas y seguir adelante con su embarazo.
En Cope han hablado con algunos de los Rescatadores Juan Pablo II. Uno de ellos, Mario, afirma que la animadversión hacia ellos proviene del dinero que hacen perder a la industria del aborto. “Es una razón económica. Si una mujer opta finalmente por seguir adelante con el embarazo, les hace perder dinero. Les escuece. Pero también tenemos mucha gente que nos felicitan”, afirma.
Mario también señala que durante los abortos los ecógrafos tienen como objetivo que el proceso sea lo menos humanizado posible, para que no sea doloroso para las mujeres. Sin embargo, “no pueden ocultar que el aborto tiene sus consecuencias, y por eso vemos a las mujeres que salen de la clínica abrazadas con sus seres queridos, llorando…”.
Otra de estas jóvenes voluntarias provida es María, que destaca las caras de circunstancias que llevan las mujeres al acudir a abortar: “algunas están decididas, pero nunca sonriendo. A veces vienen solas y otras acompañadas. Nosotros intentamos escucharlas, conocer sus historias, cómo han llegado a este momento, etc”.
Del aborto apenas se habla en los centros educativos y en los medios de comunicación, lamenta Irene, rescatadora desde hace un par de meses, si no es para alabarlo: “En las universidades no se habla de este tema, y si se hace es para favorecerlo. Nadie da a conocer cómo se realiza el aborto, sus secuelas, los efectos que tienen…”.
Marta Velarde, presidente de Más Futuro y la mujer que está al frente de este ejército de grandes rescatadores asegura desde su propia experiencia de años que las mujeres están deseando abrirse a estos rescatadores, que muchas veces ejercen de ángeles de la guarda:
“Son ellas las que nos cuentan su vida. Acabamos de hablar con una chica que nos comentaba que tenía un hijo y que necesitaba ayuda. Tienen ganas de desahogarse. Cuando una persona está en un momento difícil de su vida, le apetece abrirse, contárselo a alguien. ¿Cómo puede haber acoso cuando una mujer nos da libremente sus datos y su teléfono para ponernos en contacto con ellas? Es la mentira de los proabortistas”, afirma Velarde.
Del mismo modo, la presidente de este movimiento provida añade que el 90% de las mujeres “desconoce las ayudas privadas que hay. Públicas ya hay menos. La gente de estas asociaciones se dejan el sueldo y la piel para ayudar a esas madres. Nosotros las ayudamos en todo, buscándoles trabajo si no lo tienen, otras mujeres necesitan recursos materiales, apoyo… Nuestras ayudas son un poco a la carta, según lo que necesiten. Otros necesitan ayudas a estudios, pagar cursos, materiales…”.
Velardo agrega que este es un trabajo que corresponde a las administraciones públicas realizar: “Las guarderías gratuitas no se conceden y desde la asociación las tenemos que pagar para que así las madres puedan trabajar. Los pañales y la leche, que es un bien esencial, el Estado no lo paga. Se penaliza a la mujer embarazada en lugar de integrarlas en el mercado laboral. El Estado español, ayudas cero”, denuncia.