Es un caso parecido al que sucedió el año pasado en Colorado, con la campaña de lichamiento mediático prefabricado contra Jack Phillips por negarse a hacer la tarta de boda de una pareja gay que se iba a casar... en Massachusetts, a casi tres mil kilómetros de distancia.

Ahora las víctimas son dos jóvenes pasteleros de Oregón, el matrimonio formado por Aaron y Melissa Klein, propietarios de la tienda Sweet Cakes by Melissa, de Portland, quienes han sido condenados por vía administrativa a indeminizar a dos mujeres cuya tarta de bodas se negaron a hacer por sus convicciones cristianas. Hay fijada una vista para el 10 de marzo para determinar la cuantía de la multa, que podría llegar hasta los 150.000 dólares.

Según las autoridades del Estado, la ley antidiscriminación de 2007 que les condena "prevé una exención para las organizaciones religiosas y los colegios, pero no permite a los negocios privados discriminar según la orientación sexual. La pastelería no es una institución religiosa amparada por la ley".

Los hechos se remontan a 2013, que fue cuando recibieron la solicitud de la pareja lesbiana. Los Klein alegaron su fe cristiana: "La Biblia nos prohíbe proclamar mensajes o participar en actividades contrarias a los principios bíblicos, incluyendo celebraciones o ceremonias de unión de parejas del mismo sexo".


"Si se me dice que yo tengo que hacer un pastel para un matrimonio del mismo sexo, entiendo que se están violando mis creencias", dice Aaron.

A la espera de que se cuantifique la indemnización y de plantear el correspondiente recurso, la abogada del joven matrimonio afirma que lo sucedido "es un hecho equivocado y peligroso para la libertad religiosa y los derechos de conciencia en Oregón". "Los americanos no deberían tener que decidir entre ser fieles a su fe o cerrar su negocio", continúa Anna Harmon, "pero eso es lo que significa esta sanción".