Desde hace años, Juan de Ávalos Carballo, viene jurando defender el legado artístico de su padre, el escultor de buena parte del Valle de los Caídos, también llamado Juan de Ávalos. Lo hizo ante las amenazas de las autoridades de retirar el "Ángel de la Victoria de Tenerife" en 2021 y vuelve a hacerlo ahora, ante la campaña de acoso y derribo que sufre el templo que alberga la cruz más grande del mundo.

Entrevistado por Jesús Nieto para ABC en la misma hospedería del Valle de los Caídos, Carballo ha valorado como una "indignidad" la recurrente e impensable propuesta de "dinamitar la cruz" del Valle, de la que su padre realizó el diseño, así como de su basamento, junto con casi un centenar de artistas como Ferreira o Lapayese.

A lo largo de la entrevista, Carballo afirmó orgulloso que su padre siempre tuvo a "Jesucristo" como "su único líder".

Asimismo, aprovechó para denunciar la pasividad en algunos sectores de la Iglesia ante los ataques que sufren los símbolos católicos así como que no se dé "más doctrina católica desde los púlpitos".

A lo largo de la entrevista, el hijo del escultor hizo referencia a multitud de curiosidades en torno a la obra de su familiar, así como también a no pocos mitos. Uno de los más difundidos, que el Valle de los Caídos fue un monumento a mayor gloria de general Franco.

"Pudiera ser que en un principio la obra fuese un monumento a la victoria, pero siempre que él -el escultur- volvía de El Pardo -la residencia de Franco- venía con la idea de la reconciliación", explica Carballo.

En la imagen el Presidente de la Fundación Juan de Ávalos, D. Juan Ávalos Carballo,  junto al Presidente del Parlamento Extremeño D. Fernando Manzano y otras autoridades ante el primer boceto de la Piedad del Valle de los Caídos.

Curiosidades, autorretratos y mitos del Valle de los Caídos 

Acto seguido, se refirió a la "armonía del conjunto" amenazado por las autoridades del Gobierno, especialmente a las figuras de los cuatro evangelistas y las cuatro virtudes bíblicas que sostienen la imponente cruz.

"En las figuras hay retratos. En los mentideros se contaba que mi padre se andaba demorando mucho con la talla de San Marcos. Decían incluso que se lo había comido un león (representación del evangelista). [Para negarlo], se hizo un autorretrato en la escultura de la templanza para que todo el mundo viera que efectivamente no se lo comió el león", menciona. También habla de la escultura de San Mateo, para cuya realización se inspiró "en el tío Pedro, que tenía un rostro muy particular, con las cejas muy marcadas".

El hijo del escultor se refiere también a cómo el mismo encargo que recibió su padre para formar parte del elenco de artistas del Valle de los Caídos desmiente las purgas ideológicas realizadas sistemáticamente  en el conjunto que hoy se quiere llamar "Valle de Cuelgamuros".

De hecho, no solo menciona que cuando su padre aceptó la propuesta no había "presos políticos" en el Valle, sino que su mismo padre fue escogido al margen de su reconocida fama socialista.

Y es que Juan de Ávalos no solo fue el carnet número 7 del PSOE de Mérida y convencido republicano, sino que incluso se llegó a exiliar de España junto a su familia en 1951. A Franco le dijeron que era "un poco rojillo" y, como cuenta Ávalos hijo, éste contestó que "todos los artistas son un poco rojillos".

La única condición que puso Ávalos antes de aceptar fue que el Valle de los Caídos estuviese libre de cualquier simbología política  y de alusiones a vencedores y vencidos, en lo que coincidió plenamente con el General.

Por ello, hoy Ávalos hijo se muestra un firme defensor de la obra de su padre, y afirma convencido que defendería la Cruz y el basamento del conjunto incluso con su vida "si hiciera falta".