El obispo Juan Antonio Reig Pla ya no es el responsable de la Conferencia Episcopal de temas de familia y vida (desde marzo lo es Mario Iceta, obispo de Bilbao) pero sigue siendo la voz que más molesta, por su fuerza y claridad, en ámbitos pro-aborto, del lobby gay y del laicismo radical.
La plataforma "Decidir nos hace libres" (integrada por entidades feministas y asociaciones ligadas a la patronal del aborto) han denunciado judicialmente al obispo Reig porque asemejó su publicitado "Tren de la libertad" (una campaña pro-aborto) a los trenes del holocausto nazi.
La denuncia del feminismo abortista tiene pocas posibilidades de llegar a ningún sitio: Reig Pla ya ganó otros pleitos planteados por lobbies gays porque, simplemente, analizadas en tribunales, quedaba claro que sus opiniones no recurrían a la injuria ni la calumnia.
De hecho, las reacciones airadas contra sus enseñanzas son ocasión para que el obispo pueda reiterarlas y llegar a más gente. Ahora acaba de hacer pública una carta donde deja claro que la comparación del aborto con el Holocausto la hizo ya, por ejemplo, San Juan Pablo II, un polaco que participó en la resistencia cultural y espiritual contra el nazismo y bien conocido amigo del pueblo judío. Fue él quien habló de "holocausto de vidas humanas inocentes", por ejemplo, el 29 de diciembre de 1997. (En ReL hemos publicado el testimonio del hijo de un violinista judío en las puertas de los hornos de Auschwitz que también compara el aborto y el holocausto).
En abril de 2013 Reig Pla también comparó el aborto con la esclavitud y pedía su abolición, no sólo su regulación. Aunque hubo quejas, lo cierto es que -como demostramos en ReL- el grupo provida afroamericano BlackGenocide.org coincide con el obispo y explica los 5 puntos en que abortistas y esclavistas coinciden.
Pero quizá su enseñanza reciente más relevante sea la de que los partidos que no combaten el aborto (habla de los grandes partidos en España, incluyendo al PP) son estructuras de pecado y no se debe colaborar con ellos.
El obispo de Alcalá aprovecha ahora la oportunidad mediática para dar gracias por el apoyo recibido de parte de «obispos (de España, Hispanoamérica y Europa), sacerdotes, familias, laicos, instituciones eclesiásticas y civiles, muchos medios de comunicación e incluso algunos políticos» ante el acoso de los sectores abortistas y, sin arredrarse, reitera la propuesta católica en defensa de la vida con estas palabras:
"Me dirijo a quienes no compartís el Magisterio de la Iglesia y lo que la recta razón reconoce: no es lícito matar inocentes y, por lo tanto, tampoco a los hijos en el seno materno. El aborto es un crimen abominable (Cf. Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 51), ciertamente un continuo holocausto de vidas humanas inocentes (San Juan Pablo II, 29121997).
Reproducimos a continuación íntegra la Carta del obispo Reig Pla que demuestra que ni con denuncias ni con reprobaciones municipales lograrán acallar su enseñanza, que es la de la Iglesia de Jesucristo.
Carta de don Juan Antonio Reig Pla:
Queridos hermanos:
Recibid en primer lugar un cordial saludo en el Señor.
Obispos (de España, Hispanoamérica y Europa), sacerdotes, familias, laicos, instituciones eclesiásticas y civiles, muchos medios de comunicación e incluso algunos políticos, habéis tenido a bien mostrarme, en estas últimos días, vuestra cercanía espiritual y apoyo, asegurándome vuestras oraciones. A todos, de corazón, os doy las gracias ¡Qué Dios os lo pague!
Quiero acordarme, especialmente, de las víctimas del aborto: los niños no nacidos, las madres, que por acción u omisión, son empujadas al aborto, las familias, etc. A todos ponemos en las manos misericordiosas del Señor.
También me dirijo a quienes no compartís el Magisterio de la Iglesia y lo que la recta razón reconoce: no es lícito matar inocentes y, por lo tanto, tampoco a los hijos en el seno materno. El aborto es un crimen abominable (Cf. Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 51), ciertamente un continuo holocausto de vidas humanas inocentes (San Juan Pablo II, 29121997).
La Iglesia no desespera de la salvación de nadie: “el Señor no quiere la muerte del malvado, sino que se convierta y que viva (cf. Ez 18, 23; 33, 11); su deseo siempre es perdonar, salvar, dar vida, transformar el mal en bien” (Benedicto XVI, 18-5-2011).
Por ello, como la Iglesia enseña, siempre distingo entre las personas y sus ideas, palabras, inclinaciones y acciones.
Caridad en la Verdad: las personas merecen amor, respeto, misericordia, acogida; pero las ideas, las palabras, las inclinaciones y las acciones cuando son erradas deben ser desenmascaradas con claridad meridiana.
Satanás es el rey de la confusión y de la ambigüedad, forma parte de su estrategia. Como enseña el Papa Francisco ‒ y quedando a salvo en la dirección espiritual personalizada la ley de la gradualidad bien aplicada ‒, el “modelo cristiano [de familia] debe proponerse y vivirse sin ambigüedad” (24-3-2014), “rechazando sin ambigüedad lo que es contrario” a nuestra fe (18-9-2014).
Nunca he tenido intención de ofender a nadie; a todos respeto y acojo de corazón; de hecho procuro poner toda mi persona al servicio de la evangelización y de la promoción ‒ para los que sufren por diversas razones ‒ de “hospitales de campaña”: Cáritas (hogares de acogida, comedores, etc.), Casas-Cuna, Centros de Orientación Familiar, Proyectos Raquel y Effetá, itinerarios de libertad y esperanza para persona con AMS o DCS, etc.
La misión que me ha confiado la Iglesia y la caridad de Cristo me urgen (cf. 2 Co 5, 14) a anunciar la verdad contenida en las Sagradas Escrituras, en el Catecismo de la Iglesia Católica y en el resto del Magisterio de la Iglesia.
Está en juego la salvación de las almas, también de la mía. A todo ello me debo, con la gracia de Dios. Sabed que oro por todos. Quedo a vuestra disposición.
“Amor y verdad son dos nombres de la misma realidad, dos nombres de Dios” (Benedicto XVI, 3-21013). Gracias de nuevo a todos.
Con todo afecto en Cristo,
+ Juan Antonio Reig Pla
Obispo Complutense