Un año más, la ciudad argentina de Salta acogió un encuentro de feministas radicales y abortistas (unas 20.000, el llamado "Encuentro Nacional de Mujeres"), y un año más un sector de ellas recurrió directamente a la violencia y la blasfemia al decidir marchar contra la catedral de Salta (dedicada a una mujer, la Virgen del Milagro).
Debido a la violencia que estas extremistas abortistas han desencadenado ya en el pasado, la entrada de la iglesia estaba protegida por numerosos policías, lo que impidió destrozos y profanación en el templo, pero no escenas groseras y violentas fuera de él.
A las 20.30 del domingo (hora en la que los fieles iban y venían de misa) llegaron unas 30 encapuchadas gritando consignas abortistas como "Nosotras parimos, nosotras decidimos".
Una de sus líderes, llegada de Buenos Aires, declaró al diario El Tribuno: "Repudiamos a este Papa que no quiere legalizar el aborto a centenares de jovencitas que se mueren en abortos ilegales". (El argumento de que mueren "cientos" de mujeres en América Latina por aborto ilegal es repetido como un mantra por las abortistas; sin embargo, nunca lo demuestran con cifras reales de cadáveres; un análisis de cifras reales, y más en el caso de Argentina se puede leer aquí).
Ante la catedral se había concentrado también un grupo de católicos que primero respondieron con canciones religiosas, y luego con gritos de "Sí a la vida" y animándolas a irse coreando "fuera, fuera, Salta no las quiere".
Las feministas recurrieron al insulto, la grosería y el enfrentamiento físico. Según publica una cronista de "El Intransigente" "ocurrió un enfrentamiento entre ambos grupos, de la magnitud en que se puede recordar lo sucedido el año pasado en la Provincia de San Juan, donde las personas protegían con sus cuerpos las iglesias, mientras las manifestantes las escupían, gritaban, insultaban y pintaban con aerosoles".
Después cuando ya eran un centenar, hicieron pintadas abortistas en plena calle (sin detenciones por parte de la policía) y trataron de prender fuego a una bandera vaticana, acto que tiene mucho de cristianófobo y aporta poco a la promoción de la mujer (no consiguieron quemarla porque un ciudadano se la quitó).
Por último, llegaron cientos de manifestantes más de la marcha central de las feministas, coreando consignas similares.
Ninguna abortista violenta pudo entrar en el templo ni introducir objetos groseros o peligrosos debido a la fuerte presencia policial que examinaba a todas las personas -feligreses también- que llegaban para la misa de 19 y de 20.30 de la tarde.
La Policía sin embargo no hizo esfuerzos por separar a las manifestantes abortistas de los ciudadanos católicos, y la cosa no pasó de forcejeos fue porque entre los católicos había suficientes personas capaces de calmar y separar a los más exaltados e interponerse en los puntos más violentos.
Vídeo de "El Tribuno": incluye escenas groseras con desnudos parciales de abortistas; a partir del minuto 3,29, repartidas las posiciones, los jóvenes católicos pasan a orar pese a los gritos e insultos