¿Quién dice qué en el Sínodo?
Este Sínodo de la Familia es especialmente confuso porque:
1) Se ha prohibido a los ponentes difundir por escrito sus ponencias fuera de la sala
2) La información oficial la centraliza el padre LOmbardi y la Sala de Prensa vaticana, que ofrece un resumen de las ideas de cada sesión, pero no es detallado y no explica quién dice cada argumento (bueno o malo)
Sin embargo, no hay ninguna prohibición a los ponentes de compartir oralmente con periodistas ideas y diagnósticos fuera de la sala de reuniones, lo que lleva a un "sínodo paralelo" que no gestiona la Iglesia, sino los medios de comunicación, con sus propios intereses de morbo, audiencia o ideología.
El mayor cargo vaticano que ha protestado contra este estado de cosas es el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, quien ha declarado a la televisión católica "Salt and Light" que "estas intervenciones [las oficiales de los ponentes en el Sínodo] deberían publicarse, como se hacía antes [en otros Sínodos anteriores]. Todos los cristianos tienen el derecho de ser informados de las intervenciones de sus obispos", afirmó el miércoles, tercer día del sínodo.
El vaticanista italiano Sandro Magister trata el tema con más detalle en su blog “Settimo cielo” el 8 de octubre titulado “Los dos sínodos, dentro y fuera de los muros”.
Magister explica que “mientras que en los sínodos anteriores dos boletines diarios en varias lenguas reportaban todas las intervenciones en el aula, entregadas por los propios autores, esta vez (…) se entregan a la prensa solo los nombres de los que intervienen”, con resúmenes orales de Lombardi “cuidadosamente purgados de la información sobre quién dijo qué cosa”.
Magister añade que el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano, al principio colocaba el nombre de los autores y lo que dijeron pero luego dejó de hacerlo.
Para el vaticanista italiano, “el efecto que se ha producido inmediatamente es un desdoble entre Sínodo real y Sínodo virtual, este último construido por los medios con el sistemático énfasis de las cosas agradables para el espíritu del tiempo. Un desdoble que ya se había experimentado con el Concilio Vaticano II”.
Magister señala además que “otra censura impuesta este año a los padre sinodales” ha sido la prohibición de hacer públicas sus intervenciones, que fueron entregadas antes del 8 de septiembre, una indicación anunciada por el secretario general del Sínodo, el Cardenal italiano Lorenzo Baldisseri.
Sin embargo el vaticanista explica que “esto no impide que cada padre sinodal, fuera del aula, pueda decir lo que quiera, a quien considere, como ya está sucediendo. (…) Pero, de nuevo, el efecto es el del desdoble del Sínodo: el que se tiene en el aula y el que se tiene fuera de los muros”.