Recientemente se estrenó Desire of the Everlasting Hills [El deseo de los collados eternos], una película testimonial en la que tres personas dan a conocer la historia de su atracción por el mismo sexo y cómo y por qué superaron esa etapa de su vida.
En la misma línea, Blackstone Films ha producido The third way. Homosexuality and theCatholic Church [El tercer camino. La homosexualidad y la Iglesia católica], dirigida por John-Andrew O´Rourke (ver abajo en versión íntegra, subtitulada por Traductor Católico).
Se trata, como indica el subtítulo, de recoger la posición exacta de la Iglesia tal como la expresa el Catecismo de la Iglesia Católica al distinguir entre los "actos homosexuales", "intrínsecamente desordenados" (n. 2357) y las "tendencias homosexuales" de quienes "no eligen su condición homosexual" y "deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza" (n. 2358). Todo, partiendo de un principio común e independiente de la atracción sexual: "Todos los fieles de Cristo son llamados a una vida casta según su estado de vida particular. En el momento de su Bautismo, el cristiano se compromete a dirigir su afectividad en la castidad".
El tercer camino ilustra este mensaje mediante el testimonio de una decena de personas, hombres y mujeres, que experimentaron o experimentan atracción por el mismo sexo, que o bien han superado al indagar en las causas o bien viven en el respeto a la ley de Dios.
Uno de los entrevistados es Richard Cohen, psicólogo que a partir de su experiencia personal y profesional (expuesta en los libros Comprender y sanar la homosexualidad, Abriendo las puertas del armario e Hijos gay, padres heterosexuales) sostiene que no se nace homosexual y que las causas de la atracción por el mismo sexo se sitúan en un disfunción en las relaciones afectivas (principalmente paternas y/o maternas) durante la infancia y la adolescencia. Varios de los casos del documental son ejemplos claros.
Pero la intención va más allá, y se aprecia desde el primer fotograma en el hecho de que varias de las entrevistas tengan lugar en el interior de un templo. La oración y los sacramentos son el principal auxilio de quienes, no habiendo elegido sus sentimientos homosexuales, quieren sin embargo vivir conforme a la voluntad de Dios y como católicos practicantes. Además se intenta llevar a una comprensión práctica de que quienes tales sentimientos no pueden por ese solo hecho ser rechazados, vituperados o despreciados.