La ministra británica para la Mujer y la Igualdad, Penny Mordaunt, ha ordenado una investigación ante un hecho de magnitud desconcertante: el impresionante incremento de peticiones de cambio de sexo en niños y adolescentes.
En el curso 2009/2010, fueron 97: 57 niños y 40 niñas.
En el curso 2017/2018 fueron 2519 (45 de ellos, menores de 6 años): 713 niños y 1806 niñas.
Esto supone un incremento global del 2496%: un 1150% en niños y un absolutamente alarmante 4415% en niñas. Cuatro veces más en niñas que en niños.
Esta información confirma el estudio de la doctora Lisa Littman, de la Universidad de Brown, convertida en nueva bestia negra del lobby LGBT por su reciente artículo sobre el síndrome de aparición repentina de la disforia de género (ROGD, por sus siglas en inglés) en adolescentes mayores y jóvenes que nunca habían manifestado antes disforia de género. A partir del análisis de 256 casos, Littman vinculó el ROGD al empeoramiento del bienestar mental y de las relaciones y conductas entre padres e hijos, "que aíslan a adolescentes y jóvenes adultos de sus padres, familias y amigos y fuentes de información preponderantes no-transgénero". Evidenciaba, pues, la influencia del entorno (relaciones familiares, amigos transgénero y propaganda) en la aparición imprevista de la disforia de género.
La doctora Lisa Littman, censurada por su propia universidad por una investigación científica que no gustó a los ideólogos de género, pero que se ve corroborada por los datos que inquietan al gobierno británico.
La Universidad de Brown cedió a la campaña de acoso del lobby LGBT y, prescindiendo de criterios científicos, retiró el artículo de su página web. Pero ahora la investigación del ejecutivo británico muestra que el problema es real: la propagación de la ideología de género está creando disforia de género donde no la había.
Sobre ello, y con más datos, abunda Federico Cenci en In Terris:
Boom de niños con género neutro: en Londres se preguntan el porqué
En Gran Bretaña, incluso los más apáticos empiezan a oír el sonido de la alarma producida por la difusión masiva de la ideología de género. Si antes eran sólo sectores de la sociedad civil y, también, algunos psiquiatras y médicos quienes alzaban su voz para oponerse, ahora la cuestión ha llegado hasta Downing Street.
La investigación del Ministerio
La ministra de Igualdad, Penny Mordaunt, ha solicitado a funcionarios del gobierno que inicien una investigación para comprender por qué un número impresionante de niños y adolescentes manifiestan el deseo de cambiar su sexo biológico.
Penny Mordaunt defiende la agenda LGBT y ha llegado a pedir que el Papa permita los anticonceptivos. Su investigación no viene dictada precisamente por su oposición a la ideología de género.
Efectivamente, según un informe del Ministerio de Sanidad, en estos diez últimos años se ha registrado un aumento del 4.400% en las niñas y las adolescentes: en el bienio 2009-10 eran 40 las que pedían cambiar de sexo; en el bienio 2017-18 han llegado a ser 1.806. Una fuente del Departamento de Igualdad, citada por el Times, ha declarado que "ha habido un aumento sustancial en el número de personas nacidas mujer que se han dirigido a la Sanidad Pública" para cambiar de sexo. "Hay pruebas -sigue la fuente- de que esta tendencia se está verificando también en otros países. Sin embargo, se desconoce todavía el porqué y cuáles pueden ser las consecuencias a largo plazo".
El recorrido para cambiar de sexo
Según algunos expertos en educación, una de las razones de este incremento hay que buscarlo en el fomento de la fluidez del sexo en los colegios a través de la ideología de género. La doctora Joanna Williams, editorialista en distintas publicaciones británicas y americanas, es de la opinión que la ideología de género en los colegios "está fomentando que incluso los niños más pequeños se pregunten si son varones o mujeres". Algunos de estos pequeños acaban en las clínicas [para iniciar el proceso de cambio de sexo].
[Ya se están dando casos de doble amputación de pechos en niñas sanas de 13 años. Pincha aquí para leer la noticia.]
Además, a partir de 2014, el Servicio de Salud británico empezó a suministrar los fármacos bloqueadores de la pubertad con el fin de retrasarla en los niños que sufren de "disforia de género", es decir, que manifiestan estar en desacuerdo con su sexo biológico. Los inhibidores hormonales bloquean el desarrollo de los órganos sexuales, frenan la producción de testosterona y estrógenos, reduciendo al mínimo el impacto de la futura cirugía, prevista durante la adolescencia. En los chicos se evita que la voz cambie, que se vuelva más profunda, e inhibe el crecimiento de vello; en las chicas impide la aparición de la menstruación y el desarrollo del pecho. La doctora Lucy Griffin, psiquiatra y consultora en la Bristol Royal Infirmary, ha declarado estar "muy preocupada" por los efectos a largo plazo que podrían tener estos tratamientos. Por ejemplo, podrían causar infertilidad y osteoporosis.
Cambiar de sexo: ¿una "moda"?
Hace un año se reveló que, en los primeros meses de 2017, había habido un aumento del 24% de niños que inician el proceso para cambiar de sexo, el más pequeño -subraya la web Christian Institute- de apenas cuatro años. Hubo quien mostró su perplejidad, como el profesor Miroslav Djordjevic, famoso urólogo de origen serbio, que ha declarado: "No me creo que los cincuenta pacientes a la semana que entran en las clínicas sean todos transgénero". Lo mismo afirma el psiquiatra Rober Lefever, que recuerda que "los diagnósticos psicológicos son opinables" y, por lo tanto, "tenemos que estar seguros de que estamos tratando al niño y no un problema psicológico de un progenitor entrometido". De aquí su pregunta si el trastorno de género no se está convirtiendo "en una moda".
¿Cambio de ruta?
Según cuanto refiere Il Giornale, el tema del género ha invadido el debate político. El actual ministro de Educación británico, Damian Hinds, ha culpado a los anteriores gobiernos laboristas por haber incluido los "estudios de género" entre las materias destinadas a los más pequeños, convirtiéndose para ellos en "fuente de desorientación". Hinds ha garantizado que pondrá a punto "los correctivos necesarios para resanar la educación nacional".
Correctivos que, si de verdad los hechos siguen a las palabras, deberán ser bastante resistentes y firmes. De hecho, se remonta a 2016 una asignación de fondos por parte del Departamento de Educación británico para promover la ideología de género entre los estudiantes del Reino Unido. La directriz del ejecutivo fue recibida de inmediato por la Girls Schools Association, que reúne a directores de escuelas femeninas británicas, y que difundió un documento en el que se invita a los profesores a utilizar el término neutro pupils para llamar a los estudiantes de ambos sexos y a habilitar baños unisex.
¿Podemos esperar un clamoroso cambio de ruta por parte de Gran Bretaña en lo que al género en los colegios se refiere? Las generaciones futuras lo dirán.