O’ Neill justifica la bola de nieve mediática creada por el escándalo sobre los supuestos hechos que rodean este hallazgo achacándola a la “cortesía de los medios de comunicación de la era moderna, más ávidos de ofrecer morbo a los lectores con gore-porno” (el autor utiliza el término técnico de “gorno”, que se refieres a la fusión de estos dos conceptos) que de ofrecernos los datos tal cual son, y a o que él llama “demagogia de la turba tuitera a la caza sin tregua de las cosas que le provoquen una ira ostentosa, como la historia de los bebés lanzados en una vieja fosa séptica fuera de uso por las monjas que dirigían el Hogar para “mujeres pecadoras” en Tuam, Galway, sacudiendo con su onda expansiva el escondite más recóndito del planeta”.
Tan solo unos días después, habiéndose la Verdad ya calzado las botas, se ofrece una visión más sobria
Menciona O’ Neill que la historiadora Catherine Corless había estado dándole vueltas a este asunto del hogar de Tuam durante años antes de publicar una entrada en Facebook con datos de sus estudios sobre los hechos de Tuam.
O’ Neill afirma que la prensa internacional sintió ese “tufillo” que desprendían las explicaciones de Corless y lo convirtió en carne de pesadilla.
De hecho, en distintos medios de comunicación Catherine Corless ha declarado estos días que “yo nunca he utilizado la palabra tirados [“dumped”, lanzados con ruido, aunque con el significado de vertidos, como la basura se tira a la papelera].
"Yo solamente quería que esos niños fueran recordados y que sus nombres figuraran en una lápida. Ésa fue la razón por la que inicié esté proyecto y ahora ha cobrado vida por sí solo", añade la historiadora local, que conoce los nombres de los niños difuntos porque eran diligentemente registrados con su nombre en el Registro Civil al fallecer, sin secretismo alguno.
Catherine Corless ha investigado los nombres de los bebés
en el Registro Civil... faltan los cuerpos, pero no hay pruebas
de que fueran tratados de forma irrespetuosa
Mientras tanto, los titulares en la prensa anglosajona han sido así:
-‘Encontrados los cuerpos de 800 bebés en una fosa séptica en un antiguo hogar irlandés para madres solteras. Llevaban largo tiempo muertos” - Washington Post;
- ‘800 esqueletos de bebés hallados en una fosa en un antiguo hogar irlandés para madres solteras” - New York Daily News;
- ‘Historiadora de Galway descubre 800 bebés en una fosa séptica convertida en tumba” - Boston Globe;
- ‘Encontraron los cuerpos de 800 bebés en la fosa séptica de un antiguo hogar para madres solteras en Irlanda” - Buzzfeed.
Entre las reacciones a estos titulares O’ Neill menciona con sorpresa que incluso la blogosfera y las “hordas” de Twitter han hablado del asesinato de 800 niños por parte de esas monjas y que se ha pedido a la ONU que investigue los crímenes contra la humanidad cometidos en Tuam.
La historiadora Corless ahora lucha por hacer saber que su investigación ha sido ampliamente malinterpretada, como declaró al Irish Times el sábado pasado.
Sus hallazgos “han sido presentados muy distorsionadamente” por los medios.
El Irish Times ve materialmente imposible que 800 cadáveres de niños -nadie los ha visto, Catherine Corless sólo ha visto listas de bebés difuntos apuntadas en el Registro Civil- fueran depositados en esa fosa séptica convertida en cripta.
El rotativo explica que la fosa séptica se utilizó como tal durante 12 años después de la fundación del Hogar. Son 12 años en que se registraron minuciosamente en el Registro Civil la muerte de 204 niños -no 800- por diversas causas naturales y de enfermedad.
En el caso de querer eliminar a los niños como burdamente se ha sugerido, sería de locos apuntarlos públicamente en el Registro Civil (¿qué ladrón llama a la policía antes de perpretrar el robo?).
El Irish Times además encuentra simplemente difícil de creer que sea posible colocar incluso 200 cadáveres en una fosa séptica a lo largo de 12 años.
Por otra parte, el Irish Times entrevistó a uno de los hombres que en 1975 tenía 10 años y que junto a un amigo descubrió la cripta que un día había sido una fosa séptica. El paisano admite que de ninguna manera había 800 esqueletos en el hoyo. Ni ningún número que se le acercara. A lo más, estima que podría haber unos 20.
Y es el único testigo ocular de este suceso que puede aportar datos sobre los que basar una conjetura.
O’ Neill, en su revista Spiked, heredera desde el 2000 de la clausurada revista "Living Marxim" y nada sospechosa de proselitismo católico, establece algunas conclusiones necesarias:
1. Es falso que se hayan encontrado 800 cuerpos de niños en Tuam; no se ha llevado a cabo ninguna excavación, no se ha hecho ningún recuento de cadáveres.
2. Es falso que los niños fueron "tirados" al fondo de un contenedor o tanque, según admite la misma señora Corless, que compungida ha aparecido en un video dando explicaciones;
3. Es falso que los cuerpos de los niños se mezcaron con aguas negras.
4. Otras veces la prensa ha tergiversado los hechos cuando se trata de la historia católica de Irlanda. El caso de Tuam ha recordado el de las lavanderías de La Magdalena, gestionadas por religiosas, del que se hicieron películas, libros y se escribieron numerosos artículos periodísticos. Fue estudiado por el gobierno irlandés, que emitió un informe exhaustivo, el informe McAleese de 2013. Era concluyente al mostrar que no había habido ni un solo caso de abuso sexual por parte de religiosas en toda la historia de las lavanderías.
[ReL recogió el análisis de O´Neill sobre estas lavanderías aquí].
O’ Neill habla de “manipulación de los hallazgos de Corless”, habla de una cobertura mediática desde el fondo del abismo emocional.
Algunos comentaristas llegan a comparar Tuam con las fosas comunes en lugares dejados de la mano de Dios en la Europa del este y Rusia; el Irish Independent comparó el Hogar de Tuam con el holocausto nazi, Ruanda y Srebrenica; O’ Neill explica que la manipulación del pasado de Irlanda desde la sentina de la miseria humana a la que los historiadores irlandeses modernos y los “más variopintos fustigadores del catolicismo” pueden descender -en su búsqueda de material “sobre el que entronizar sus prejuicios contemporáneos”-, nos conduce inevitablemente a un “adelgazamiento de la realidad”.
Se sorprende O’ Neill de cuántas de entre las recientes revelaciones del “jodido” (screwed-up, utilizado por O’ Neill; recordemos que su periódico se puede permitir utilizar el lenguaje en todas sus amplias posibilidades) pasado de la católica Irlanda han resultado ser falsas.
Reniega O’ Neill de llamar a esto periodismo. No es un deseo de saber, “sino un batiburrillo de prejuicio anticatólico”, que convierte este asunto en la historia peor cubierta por el periodismo en el año 2014.
Según recuerda el mismo gobierno irlandés, en la primera mitad del siglo XX la pobreza estaba ampliamente extendida en Irlanda y la enfermedad era poco menos que imposible de controlar en las áreas rurales. Esos problemas sin duda se acentuaban en hogares incompetentemente gestionados para madres solteras y sus hijos ilegítimos. La mortalidad infantil era desesperadamente alta, “especialmente en instituciones, donde la infección se extendía rápidamente”.
O´Neill recuerda que en 2013, cuando el informe McAleese desmontó buena parte de los bulos sobre las lavanderías de la Magdalena, hubo prensa que justificó sus exageraciones diciendo que eran "mentiras blancas" necesarias para dar conciencia al público...
“¿Cuántas mentiras blancas deberemos seguir contando antes de que se conviertan en mentiras?", se pregunta ahora de nuevo O’ Neill en este editorial del Spiked.