Esto es lo que sucedió este miércoles 11 de diciembre en Delhi, India (la mayor democracia del mundo), cuando la Policía arremetió con palos -lo que allí se llama "lathi-charge"- contra una manifestación pacífica a favor de los derechos de los dalit y otras minorías étnicas y religiosas, convocada con toda solemnidad por una amplia alianza ecuménica, con la Conferencia Episcopal India incluida, y con la presencia en cabecera del arzobispo de Delhi, Anil Couto, otros obispos católicos indios, obispos protestantes, líderes evangélicos, numerosos curas, monjas y pastores, y también clero musulmán...
La Policía también usó potentes cañones de agua sucia a presión contra los manifestantes.
Han empezado a circular ya fotos de agentes con palos que tienen religiosas a sus pies y sacerdotes de blanco con cruces bajo los chorros de agua.
La Policía metió en furgones y autobuses a los líderes de la manifestación y los declaró detenidos, arrestando al arzobispo de Delhi, Anil Couto [sobre estas líneas], los obispos protestantes Alwan Masih (anglicano) y Roger Gaikwad, el líder evangélico Vijayesh Lal y el católico John Dayal, Secretario General del “All India Christian Council, entre otros líderes cristianos... Hay fuentes que añaden que han sido detenidos otros obispos, aunque sin especificar más.
La violencia de la carga y los arrestos fueron confirmados y condenados por el portavoz de la Conferencia Episcopal de la India, el padre Joseph Chinnayyan.
Según las agencias católicas como Fides y AsiaNews, los manifestantes llegaron a la zona de Jantar Mantar y se dirigían pacíficamente hacia el Parlamento de la India a pedir ser recibidos por los parlamentarios, reunidos en asamblea, cuando la Policía cargó contra ellos con violencia.
La marcha pedía la derogación del Decreto Presidencial de 1950 que legaliza la discriminación contra cristianos y musulmanes de origen dalit.
En la India hay unos 24 millones de dalit, de los que unos 17 millones son cristianos de distintas iglesias.
Las minorías religiosas en la India consideran esta medida “totalmente inconstitucional”, “pero los gobiernos que se han sucedido han hecho oídos sordos”, denunció en varias ocasiones el arzobispo Couto.
El All India Christian Council (que reúne a católicos y protestantes en temas comunes) declara en una nota estar “conmocionado y consternado por el arresto provocativo de los obispos y de otros líderes”. El Consejo recuerda otro precedente de hace años: el 2 de noviembre de 1997 algunos obispos fueron arrestados por defender a los dalits, incluido el entonces arzobispo de Delhi, el ya difunto Alan de Lastic.
Por su parte, la Policía ha declarado -contra la evidencia fotográfica- que no usó la violencia y que actuó porque los manifestantes "habían bloqueado partes de Ashoka Road llevando a una situación de tráfico caótico". Los detenidos fueron llevados a la comisaría de Parliament Street y liberados al cabo de unas horas.
Al parecer, según este blog, la carga policial con palos tuvo lugar en un primer momento, dispersando a los manifestantes, pero enseguida estos volvieron, con sacerdotes vestidos de blanco al frente, que se arrodillaron en medio de la calle con cruces en sus manos: fue entonces cuando se usaron los cañones de agua sucia a presión, pero ellos se mantuvieron firmes bajo el agua.
En otras escenas, religiosas católicas (con experiencia legal en la asistencia a dalits y minorías perseguidas) se encararon con los policías regañándoles por la violencia empleada.
El activista y portavoz católico dalit Franklin Caesar declaró que al final "el Primer Ministro ha aceptado recibirnos mañana [viernes 13 de dicembre], así que dejamos la comisaría"
"La Iglesia Católica en la India está profundamente triste por la detención de nuestros representantes del clero, que sólo pedían justicia y la igualdad para nuestros dalit cristianos y musulmanes", denunció el cardenal Oswald Gracias, de Mumbai. "El uso de la violencia contra los sacerdotes y religiosos es una vergüenza para la India. Nunca podrá desarrollarse una sociedad cuando parte de ella es objeto de discriminación a causa de su religión.