Como informó ReL hace dos años, está en curso en Estados Unidos un claro movimiento de retorno a la exclusividad masculina en el servicio del altar, de forma que los monaguillos sean sólo niños. Las diócesis de Lincoln (Nebraska) o Ann Harbor (Michigan) abrían el camino, y la catedral de Phoenix lo seguía.
El rector del templo, John Lankeit, aducía razones contundentes: las vocaciones sacerdotales surgen en buena medida de las labores como monaguillo, y el acceso a esta función de las niñas estaba disminuyendo el número de monaguillos varones. Se calcula que entre el 85% y el 90% de los sacerdotes fueron monaguillos en su infancia, pero como comentó en una cena con sacerdotes el hoy arzobispo de París, André Vingt-Trois, cuando era arzobispo de Tours, "cuando llegan las niñas, los niños desaparecen".
¿Hay pruebas estadísticas de ello? Aun asumiendo que no tiene pretensión científica -que exigiría un número mayor de parroquias investigadas y determinar también otros factores-, el sacerdote John Hollowell ha publicado en el blog On this Rock [Sobre esta Roca] su estudio sobre siete parroquias que dejaron de tener monaguillas, y a las que preguntó cuántos monaguillos (chicos y chicas) tenían en ese momento, y cuántos (sólo chicos) tenían un año después.
Estos son los resultados:
Parroquia de San Juan (Osgood, Indiana): de 9 a 18.
Parroquia de San Lucas (Indianápolis): de 20 a 120.
Parroquia de la Anunciación (Brasil, Indiana): de 5 a 16.
Parroquia de la Sagrada Familia (St Louis Park, Minnessota): de 12 a 100.
Parroquia en Nueva Jersey: de 12 a 30.
Parroquia Cardenal Ritter (Indianápolis): de 5 a 25.
Parroquia de Nuestra Señora de los Mares (Bennerton, Washington): de 20 a 100.
Es decir, como media, el número de monaguillos casi se quintuplica (se multiplica por 4,5).