El delirio trans podría llegar hasta el punto de que funcionarios oficiales de tráfico tengan que referirse a las personas denominadas transgénero no por lo que biológicamente son y por el nombre que aparece en su DNI, sino por el elegido en cada momento. Y no solo eso: si suspenden el examen de conducir, incluso se podría aventurar que el resultado de su prueba determinado por los examinadores oficiales sea una "prevaricación".
Una situación que, sin embargo, podría no ser tan hipotética: así lo recoge la polémica sucedida el pasado 14 de febrero, cuando una examinadora de tráfico de Almería fue denunciada en los juzgados por "delito de odio".
El motivo, referirse a una chica que dice ser un hombre por el nombre que aparecía en su DNI y que le pusieron sus padres al nacer.
Según recoge el diario La Voz de Almería, la persona afectada, una mujer de 23 años que dice llamarse Alberto, se habría sentido "humillada" cuando, durante la prueba de conducir, la examinadora se dirigió a la la joven por su nombre.
Por decisión propia, continuó realizando el examen de conducir, que resultó suspenso por una falta "muy grave" en una intersección al comienzo del ejercicio.
De "pataleta": Suspendió el examen, pero no lo aceptan
Según la denuncia presentada, como los otros testigos que iban en el coche no aceptaban que la falta fuese tal o que la prueba continuase pese a estar suspensa fue motivo suficiente para interponer la denuncia por prevaricación administrativa.
De este modo, sería un caso atípico y una violación de la autoridad de los examinadores pretender que estos deban alterar el resultado final de la prueba simplemente porque los testigos estén en contra de que una falta sea tal, especialmente en una situación marcada por un claro sesgo subjetivo e ideológico como es la cuestión de género.
Además, los examinadores no están obligados a paralizar el examen una vez se comete una falta grave: en muchos casos los examinandos, aún estando suspensos, continúan la prueba hasta finalizar, pudiendo conocer o no el resultado, que suele expresarse una vez concluido el examen.
Los hechos no concluyeron ahí: concluida la prueba, la joven y su padre acudieron a las dependencias de la Jefatura Provincial de Tráfico para solicitar una disculpa, que finalmente recibieron de manos de dos funcionarios que les recibieron.
La familia, no conforme con esta actuación, ha solicitado una audiencia con el subdelegado de Gobierno, presentando una denuncia contra la examinadora por los hechos. De este modo, los denunciantes pretenden que esta incumpla con sus obligaciones administrativas como funcionaria respecto de las normas dictadas por la Dirección General de Tráfico, que mandan dirigirse a los alumnos por los nombres recogidos en el DNI.
Apoyada "incondicionalmente" por la organización de examinadores
La examinadora no está sola. En un comunicado emitido este 17 de febrero, ASEXTRA ha condenado la "injusta acusación" ante el "supuesto delito de odio" de la que está siendo víctima la examinadora, manifestando el "apoyo incondicional" de la Asociación de Examinadores.
En el comunicado, ASEXTRA también destaca que el relato de los hechos por parte de la funcionaria afectada difiere "completamente" de los expuestos por los denunciantes.
Por ello, denuncia y lamenta "profundamente que no se haya contrastado la versión de la parte denunciante con la parte denunciada".
Según declaró la organización, la examinadora no puede dirigirse a ningún examinando por un nombre distinto al que figura en los documentos oficiales. Así, esta solo realizó "la comprobación de la identidad de los aspirantes que le habían sido asignados en ese turno, como cada día, llamándolos por el nombre que figuraba en la hoja de examen y comprobando su identidad en el DNI que el aspirante está obligado por Ley a mostrar".
La funcionaria afirma que durante toda la prueba se dirigió al solicitante por el nombre que figuraba en su DNI, al igual que se hace con todos los aspirantes que van a realizar la prueba.
Del mismo modo, asegura que tampoco se le informó por la Jefatura, por la autoescuela o su profesora ni por el propio solicitante que se tenía que dirigir a él por un nombre distinto al oficial identificativo reflejado en el DNI. Algo que no se corresponde con lo afirmado, supuestamente, por el denunciante en los medios de comunicación.
Llamar por el nombre, una práctica "para empatizar y relajar"
Aunque ASEXTRA "lamenta profundamente el posible malestar causado", se mantiene firme en su "rechazo absoluto" a la utilización de los planteamientos de la identidad de género "de manera sensacionalista". Especialmente si es "para desprestigiar a una profesional que solo cumplió con su obligación y que en ningún momento mostró animadversión o intención de dañar al aspirante, limitándose a cumplir con sus obligaciones como funcionaria respecto de las normas dictadas por la Dirección General de Tráfico".
La actuación de la denunciada, lejos de ofender, era simplemente ayudar al examinando a atenuar los nervios propios de la prueba.
"El examinador no puede conocer las circunstancias personales de todos y cada uno de los aspirantes que se presentan a realizar la prueba. Precisamente, llamarlos por su nombre es una forma de captar su atención y mostrar empatía, algo que suele hacer que el aspirante se relaje y pueda desarrollar sus conocimientos y formación durante la prueba de la forma más natural posible", explica ASEXTRA.
Precisamente por ello, la organización de examinadores denuncia que se ponga en cuestión la profesionalidad de la examinadora que solo se remitió al protocolo establecido por la Dirección General de Tráfico. A la espera del avance de los procedimientos administrativos, la Asociación de Examinadores de Tráfico continua respaldando a la denunciada y ha anunciado que se reserva el derecho a ejercitar las acciones legales que correspondan.