El Papa ha aceptado la dimisión del principal líder de la jerarquía católica en Camerún, el arzobispo de la capital, Yaundé, Simón-Victor Tonyé Bakot, de 66 años.
Según distintas fuentes, el arzobispo estaba implicado en “numerosas operaciones inmobiliarias”, que parte del clero y de la feligresía consideraban en provecho personal de monseñor Tonyé.
La decisión del Papa argentino lleva fecha del 29 de julio, día en que Jorge Bergoglio “aceptó la renuncia”. La Santa Sede no explicó oficialmente las razones de la forzada dimisión del alto prelado africano.
La semana pasada Francisco aceptó la renunca de los dos principales arzobispos de Eslovenia, los de Lubliana y Maribor, tras un largo escándalo por las maniobras en la diócesis de Maribor que terminó en bancarrota debido a un “crack” financiero estimado en mil millones de dólares.
En el caso camerunés, el importante semanario Jeune Afrique, que se edita en París, señaló que la arquidiócesis de la capital, Yaundé, posee “el mayor patrimonio inmobiliario del país después del Estado, pero igualmente tiene grandes problemas de endeudamiento”.
El 53% de los veinte millones de habitantes de Camerún son cristianos y el 38% católico. En el país del Africa ecuatorial, que ha logrado un cierto progreso económico y social, existen más de 200 etnias.
Los conflictos étnicos también pusieron en apuros al arzobispo Tonyé Bakot, que según muchos fieles y una parte del clero había exasperado los enfrentamientos con sus posiciones tajantes en las cuestiones étnicas.