Así es como se describe el espontáneo movimiento francés. «El veilleur debout no se manifiesta, espera. No espera el mejor de los mundos, sino un mundo mejor»
¿Quiénes son los Veilleurs Debout? ¿Qué quieren? ¿Por qué se oponen de formas extrañas y sugestivas a la ley sobre el matrimonio homosexual en Francia?
En sus páginas web y durante sus encuentros a menudo repiten que cada una de sus iniciativas nace de forma espontánea, rechazan etiquetas, huyen de esquemas y clasificaciones.
No queda otra cosa, por tanto, que dejarles la palabra, publicando los que son los dos únicos “documentos oficiales” que ellos mismos utilizan para presentarse.
El Veilleur Debout es un resistente silencioso que se dirige contra la injusticia y la falacia de los gobiernos. Denuncia las leyes que destruyen al Hombre y la civilización. Sostiene al joven Nicolas, encarcelado por haberse opuesto al matrimonio y a la adopción por parte de personas del mismo sexo. Reclama una Justicia imparcial y no politizada. S
e niega a dejar como herencia a las generaciones futuras un mundo relativista e individualista donde el bien y el mal, lo verdadero y lo falso no suscitan otra cosa que la indiferencia general.
Veilleur Debout protesta pacíficamente de manera espontánea e individual. Permanece de pie en un lugar que ha elegido: lugar de poder, lugar simbólico, a cualquier hora del día y de la noche.
Para no ser comparado con una manifestación no autorizada, el veilleur se aísla de sus vecinos veilleurs con una distancia de algunos metros.
El Veilleur Debout protesta públicamente, pero quiere que se le note sólo por su simple presencia, de ninguna otra manera. No altera nunca el orden público. Actúa con sentido común y benevolencia.
Palabra de orden: inmóvil y pacífico, resistente y silencioso, pero siempre determinado.
El veilleur debout denuncia la elección tomada por la Justicia actualmente en Francia: ya no está al servicio del bien común y del pueblo, sino que ha sido sometida por el gobierno.
El veilleur debout denuncia la represión policial y las encarcelaciones abusivas que se han realizado contra ciudadanos por el único motivo de haber expresado sus opiniones.
El veilleur debout denuncia la injusticia realizada a los niños mediante la autorización de la adopción plena, la instauración futura de la PMA (Procréation médicalement assistée – procreación medica asistida), de la GPA (Gestation pour autrui – “vientres de alquiler”) y la imposición de la ideologia de género que se enseña desde la más tierna edad.
El veilleur debout quiere atraer la atención de los responsables políticos sobre estas derivas que están teniendo lugar en Francia.
El veilleur debout es una persona abierta y respeta la dignidad de cada uno. No se arraiga en su verdad, pero sabe ofrecerla e intercambiarla de manera pacífica con los otros.
El veilleur debout entiende y cuida la fuerza que lo lleva a permanecer de pie, resistiendo. La fuerza del veilleur debout no reside en el número. Es un estado de resistencia personal, un estado del espíritu mostrado públicamente, que no altera jamás el orden público.
El veilleur debout es más una prolongación que una tendencia del movimiento de los veilleurs.
El veilleur debout, si realiza actos concretos rápidamente, entiende que entra en una práctica personal a largo plazo.
El veilleur debout actúa con la alegría de la persona que resiste y entiende que su acción no se realiza en la confrontación épica y eufórica contra los agentes de la policía. Hay que tener también la valentía de obedecer las órdenes, libre de volver una vez que la situación se haya calmado.
El veilleur debout decide espontáneamente pasar un poco de tiempo inmóvil y en silencio delante de lugares simbólicos (justicia, poder, medios de comunicación,…). De este modo formaliza un acto de resistencia personal que le permite, por una parte, reflexionar sobre su compromiso y, por otra, mostrar al gobierno su incomprensión frente a la injusticia. De hecho, está también abierto al diálogo con los transeúntes intrigados y curiosos.
El veilleur debout no lleva signos identificativos y no hace proselitismo, sabe que cada acción es espontánea y que cada uno es libre.
El veilleur debout puede manifestar su desacuerdo con las fuerzas del orden durante las intimidaciones permaneciendo en silencio con las manos detrás de la cabeza. Respeta las fuerzas del orden y no intenta realizar acciones ilícitas. Para que no se le pueda reprochar nada, no perderá nunca la calma.
No hay ninguna organización, cada uno es libre de velar en el lugar y en el momento que elija. Las cuentas oficiales en Facebook y Twitter están destinadas para darse el cambio, no para organizar.
El veilleur debout no se manifiesta, espera. No grita eslóganes ni entona ningún canto. Él y los que le rodean permanecen de pie y miran en la misma dirección. No espera el mejor de los mundos, sino un mundo mejor. Un mundo en el cual el deber de proteger al más débil prime sobre los derechos de los egoístas. Un mundo en el cual se enseñe a los niños el amor y no el deseo. Un mundo en el cual nadie pueda ser encarcelado por haber osado expresar un ideal. Si tú también, amigo veilleur, sueñas con un mundo así, levántate y espera. Y, sobre todo, no dejes que nadie destruya tus sueños, jamás.
“La fuerza que nos anima es absolutamente irreprensible”
Traducción realizada por Helena Faccia Serrano