El 1 de agosto de 2022, el reconocido homosexual Ricardo Manetti asumía su cargo de decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Antes de su toma de posesión, Manetti ya anunció su convicción -e intención- de que la universidad "tiene que ser transfeminista". En sus propias palabras, esto implica la presencia de "compañerxs trans en la gestión, por la existencia de un "cupo travesti", "dar espacio al colectivo trans" o "transformar las pedagogías y didácticas", entre otras propuestas.
Sin embargo, la "universidad transfeminista" no solo acabó "incluyendo", sino también cancelando. Es lo que le ha ocurrido a la doctora en Filosofía e investigadora del CONICET -el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, principal organismo dedicado a la promoción de la Ciencia y la Tecnología en Argentina- María José Binetti. Recientemente denunciaba en Infobae que la visión transfeminista no solo se ha "impuesto" en la universidad, sino también en el mismo CONICET. Algo que, a su juicio, supone "el acta de defunción de la ciencia y la filosofía".
Desde el feminismo, Binetti integra la pugna vigente entre quienes consideran "la diferencia sexual", como es su caso, y un lobby trans para el que el sexo es tan solo una autopercepción, postura que parece asumir el Consejo Interuniversitario al completo a nivel nacional. Uno de los máximos representantes de esta última postura es la española Beatriz Preciado, hoy autodenominada Paul B. Preciado, convencida de la necesidad de "abolir el matrimonio como forma de relación o pensar en otras formas de relación, incluso para la obtención de la ciudadanía".
Por su rechazo a la "ideología" queer y transgénero, Binetti ha sufrido la cancelación woke de las autoridades universitarias, que han censurado recientemente su Cátedra libre de diferencia sexual Luce Irigaray, así como su quehacer docente desde múltiples medidas que también perjudican a los propios alumnos. El motivo principal, el empleo de la diferencia sexual en lugar de la categoría de género.
Contra lo queer, lo trans o lo woke
Para Binetti, el acoso woke "no es un tema pasado, sino que sigue en el presente". Habría comenzado en 2018 y desde entonces "fue in crescendo", trasladándose también al mismo CONICET.
"Cuando empecé a criticar la ideología queer, la ideología transgenerista o woke o como la quieras llamar desde mi filosofía realista, se disparó la cuestión. Empezaron, primero en privado, a expresarme malestar por mi posición transfóbica, biologicista, esencialista, discriminatoria, y a decirme que había mucho malestar entre las investigadoras del instituto. Te citan a hablar, te piden una explicación", enumera.
El acoso llegó al punto de citarla exigiéndola que eliminase una publicación de su Facebook en la facultad por afirmar que el embarazo "no es una autopercepción" después de que una persona considerada trans expresase haberse sentido ofendida.
La propuesta de Manetti para "transfeminizar" la Universidad:
El acoso continuó: "Los investigadores que hablan y escriben artículos sobre mi posición `transexcluyente´. En chats privados de profesores advierten a alumnos de que mi línea de pensamiento no es la línea de pensamiento de la facultad. Después empezaron las cancelaciones. Se me cancela un seminario, una mesa redonda, hago una propuesta de paper y se me rechaza. Durante el último año esto fue sistemático, se rechazó todo lo que propuse. Propongo invitados que están cancelados porque no condicen con la política académica de la UBA".
Alumnos acosados por la universidad transfeminista
Lejos de ser la única afectada, también sus alumnos fueron perjudicados por la política woke de la "universidad transfemista". Cuenta el caso de un alumno que ya tenía el proyecto aprobado cuando le fue bloqueado tras la renuncia de su directora "porque no coincidía con la ideología". Luego pasó a dirigirlo la misma Binetti y empezaron a "bloquear sistemáticamente los avances" en el programa por el único motivo de ser un trabajo crítico la citada pensadora queer Preciado.
"A Preciado no se lo puede criticar. No se puede criticar la ideología queer. Si haces una crítica a la identidad de género como construcción conceptual, inmediatamente dan un paso falaz: te dicen que estás violando derechos humanos", observa la doctora. Y ahora es de lo que le acusan a ella.
La misma preciado es partidaria de abolir la inscripción de la diferencia sexual en todos los documentos, lo que Binetti ha criticado pese a ser acusada de "poner en riesgo la supervivencia de las minorías", como le dicen en el CONICET. La acusación ha llegado al punto de que la doctora en Filosofía es considerada "un potencial peligro" y su investigación "un potencial ilícito contra los derechos humanos".
La ONU, una amenaza para los derechos humanos
Cuenta otro caso de una alumna que también está sufriendo el ataque woke. Primero la advirtieron de que los estudios de Binetti no formaban parte "de la línea de la facultad", generando en ella la incertidumbre ante la imposibilidad de graduarse. "El otro día hizo una propuesta de dar un seminario de extensión sobre filosofía del nacimiento. Le dijeron que eso era biologicista y que no incluía a los padres y madres autopercibidos", cuenta la doctora.
Pese a los ataques woke, Binetti no parece amedrentarse ante los "grandes beneficiarios" de la industria transgénero, entre los que apunta a "las megacorporaciones farmacéuticas, biomédicas, transhumanistas que se convierten en organizaciones filantrópicas".
"Tenemos que empezar a denunciar que hoy la ONU, con sus organizaciones satélites, financiadas por estas corporaciones, se ha convertido en una grave amenaza para los derechos humanos. Porque inventan derechos humanos. La identidad de género es la gran invención de un derecho humano que no existe y que contraviene el marco normativo de derechos humanos en todo el mundo"; concluye.