Cuatro feministas radicales con las tetas al aire saltaron contra el cardenal de Bruselas, André Leonard, con gritos, gestos groseros y violentos y rociándolo con agua, interrumpiendo una conferencia que impartía sobre, precisamente, el tema “La blasfemia, delito o libertad de expresión”. El cardenal Leonard lo soportó con paciencia y oración.
Las agresoras usaban unos recipientes con forma de Virgen María, como los que se utilizan para recoger agua de la fuente del santuario de Lourdes, que manejaron de
Los hechos sucedieron el jueves, pero se difundieron ayer en la prensa belga.
Las feministas pertenecen al movimiento internacional Femen, que se define como “sextremista” (su web Femen.org enseña tetas en cantidades que satisfarán al machista más exigente) y se especializa en actos de protesta ante autoridades o en la calle, siempre con los pechos al aire, para llamar la atención visual de los medios de comunicación.
Las activistas gritaron varios eslóganes contra el obispo,
La conferencia debía tratar de la libertad de expresión y el fenómeno de la blasfemia en las leyes y la sociedad, y lo organizaba el departamento de filosofía de la Universidad Libre de Bruselas.
En 2011, el arzobispo Léonard ya fue agredido con cuatro "tartazos" mientras participaba en una conferencia ante estudiantes en Lovaina la Nueva, al sur de Bélgica, y unos meses antes otro individuo le estampó una tarta en la cara mientras oficiaba una misa cerca de la catedral de Bruselas.
En la agresión de Lovaina recibió un tartazo al llegar a la residencia de estudiantes donde iba a dar su conferencia, y otros tres más durante la conferencia en sí, a pesar de la presencia de servicios de seguridad.
Los agresores justificaron el ataque diciendo que lo merecía "por todos los homosexuales que no se atreven a decírselo a sus padres y por todas las jóvenes que quieren abortar", y añadió que el arzobispo "podría volver a ser la diana de tartas de crema en cualquier momento".
Los atacantes no dudaron en colgar los vídeos en Youtube y en enviar distintos comunicados a las agencias de noticias vanagloriándose del ataques.
El cardenal Léonard es el hombre que puso Benedicto XVI para pilotar la dañada iglesia belga después de conocerse la extensión de los casos de abusos sexuales en instituciones católicas y la inoperancia de los obispos en los años 70 y 80.
Léonard es un hombre paciente y tenaz que participa en las marchas por la vida en las calles de Bruselas, explica la doctrina católica sobre la sexualidad y la homosexualidad y se convierte así en el blanco fácil de los grupos extremistas.