Mientras el mundo anglosajón se horrorizaba con los detalles del juicio al abortista Gosnell, el pasado viernes, la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, una de los jerarcas más anticlericales del Partido Socialista, llamó desde su Facebook "crueles y violentos escraches" a las concentraciones ante clínicas abortistas.
La política socialista no concretó ningún caso, ni país, ni movimiento. Publicó una foto de activistas quietos, tumbados en el suelo ante una clínica abortista (la que reproducimos aquí) y escribió:
»Desde hace años y hasta hoy mismo -como se puede apreciar en la foto que acompaña este post, tomada hace pocos días-, grupos de fanáticos se concentran ante las puertas de las clínicas que, además de otras especialidades, practican legalmente las interrupciones voluntarias de embarazo.
»Estos grupos insultan y coaccionan a las mujeres que entran y salen de la clínica llegando a bloquearles el paso. Exhiben fotos de falsos fetos y utilizan la violencia verbal contra todas ellas; violan su intimidad de tal manera que muchas no se atreven a entrar o salir de la clínica. Con frecuencia, estos integristas, llevan cámaras para filmar a las mujeres y a l@s profesionales sin que nadie lo impida seriamente.
Las respuestas en su Facebook no se hicieron esperar. Unos preguntaban que cómo sabía que las fotos eran de "falsos fetos".
Otros comentaban que en la foto no se veía ninguna violencia. Otros negaban que en las concentraciones ante clínicas abortistas se diese ninguna violencia, y sí se ofrece ayuda a las mujeres.
En el diario La Razón del 14 de abril, José Beltrán recogía la respuesta de Álvaro, David y José, tres jóvenes "rescatadores" de la fundación Más Futuro, que suelen repartir información y alternativas pro-vida ante la clínica Dator. Más Futuro coordina y forma a 160 personas que acompañan a mujeres que afrontan un embarazo complicado.
"No hacemos escraches, sólo intentamos salvar la vida del niño y ayudar a la madre. Somos voluntarios y no cobramos ni un duro", explica José.
"Si tuviera delante a Elena Valenciano la invitaría a venir una tarde y que compruebe que sólo buscamos ayudar, que vea las lágrimas de las chicas cuando se paran sólo unos segundos a pensar en lo que van a hacer", comenta este joven.
Cuando una chica ve que los "rescatadores" ofrecen ayuda, que escuchan y atienden su historia, puede renunciar al aborto, verse apoyada, y entra en la red de recursos que las entidades pro vida aportan para las mujeres: manutención, casas de acogida, bolsa de empleo, formación, guardería, asistencia médica y psicológica...