Mientras en Gran Bretaña han criticado y votado contra el matrimonio del mismo sexo 140 diputados conservadores (contra su presidente), 22 laboristas y 4 liberal-demócratas (que daban aquí sus argumentos progresistas contra la redefinición del matrimonio), en España sólo un político del Partido Popular, el ministro Jorge Fernández Días, ha osado hablar recientemente contra la redefinición del matrimonio que impuso Zapatero en 2005, y por hacerlo le llueven las críticas desde dentro del Partido Popular, donde la libertad parece ser mucho menor que en los partidos británicos. 


Pese a todo, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se ha ratificado en sus comentarios, que valoran negativamente la redefinición del matrimonio y ha apelado a su derecho a la libertad de expresión y a discrepar de la ley.

"Yo tengo el deber de acatar la ley y la acato, y el derecho democrático a discrepar de la ley, y es lo que estoy haciendo desde el respeto a todas las personas", ha proclamado Fernández Díaz en los pasillos del Senado. "A mí lo que me preocupa es que algunos, desde la tolerancia, nieguen la libertad de expresión a otros. Yo como ministro tengo derecho a la libertad de expresión y a la libertad de conciencia", ha subrayado.

En un coloquio celebrado en Roma, junto al cardenal Cañizares, el ministro del Interior dijo que el "matrimonio entre personas del mismo sexo no debe tener la misma protección por los poderes públicos que el matrimonio natural", ya que la "pervivencia de la especie, por ejemplo, no estaría garantizada"


Desde Twitter, el secretario de Justicia, Derechos y Libertades del PP, Iñaki Oyarzábal, secretario general del PP vasco, ha declarado rápidamente: "Las desafortunadas palabras de Fernández Díaz sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo son personales y en nada vinculan al PP". Oyarzábal es un activista del homosexualismo político en el PP, que en junio de 2012 se proclamó públicamente homosexual


También a través de Twitter, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de San Sebastián, Ramón López Ugalde, ha calificado de "lamentable la opinión personal" del ministro del Interior: "Esa no es la opinión que tenemos los populares", recalcó... ¡hablando en nombre de "los populares"!

El portavoz adjunto del partido en el Congreso, Rafael Merino, se ha limitado a decir que la posición del partido es de "respeto" a la legislación vigente y a la sentencia del Tribunal Constitucional en este asunto... sin señalar que el Tribunal Constitucional no impide para nada que la ley Zapatero del matrimonio gay pueda perfectamente ser derogada como tantas otras leyes.


El diputado nacional del PP por Toledo, Agustín Conde, ha hecho incluso bromas: "el matrimonio homosexual no garantiza la continuidad de la especie pero el celibato tampoco". Conde ha querido así expresar que tanto las personas del mismo sexo que optan por vivir en pareja como los que eligen ser célibes "tienen el mismo derecho" siempre y cuando el proyecto de vida que elijan -dice- no cause daño a terceros. También ha dicho creer en el "respeto al derecho de cada uno a tener un proyecto de vida y llevarlo a efecto" y "mientras eso no cause daño a terceros todos los demás tienen que abstenerse de opinar".

El presidente del PP de Málaga y de la Diputación Provincial, Elías Bendodo, ha dicho: "No comparto sus palabras y estoy convencido de que el ministro, al que conozco bien, ha tenido declaraciones más afortunadas".


Nadie en el Partido Popular ha defendido la postura de Jorge Fernández Díaz en defensa del matrimonio como una unión exclusiva de hombre y mujer... algo que sin embargo sí defendían en Inglaterra hace apenas unas semanas 22 diputados laboristas (socialistas ingleses) y 4 liberal-demócratas, además de 140 conservadores.

¿Cómo es que un tema que en otros países se aborda desde cierta pluralidad y libertad política en el Partido Popular español parece lograr consensos "a la búlgara" que no existían hace unos pocos años?

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