Hay ideologías sagradas e intocables que en Andalucía no se pueden criticar ni someter al libre debate de las ideas y una de esas ideologías intocables es la ideología de género. Y si no, que se lo pregunten al obispo de Córdoba.
El obispo Demetrio Fernández criticó en su reciente carta semanal (léala aquí) la ideología de género, un tema que tomó del último discurso de 2012 de Benedicto XVI a la Curia romana, en el que el Papa desmontaba con contundencia el absurdo de esta ideología (que no tiene nada que ver con la igualdad de derechos y dignidad entre el hombre y la mujer, algo que la Iglesia sí apoya plenamente).
Como respuesta, aunque el obispo no mencionaba para nada al gobierno andaluz (en manos de socialistas y postcomunistas), el portavoz de la Junta de Andalucía, Miguel Ángel Vázquez, escribió y difundió un post en su blog personal titulado "Un bozal para monseñor".
"Monseñor se ejercita de provocador azuzando polémicas que chocan contra los derechos individuales y colectivos recogidos en la Constitución. Su última salida de tono ha sido un ataque frontal contra la ideología de género, es decir, contra la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres", escribe el político, que confunde la igualdad hombre-mujer con esta ideología particular.
A continuación, el político se despacha contra el obispo: "le gusta más la sección femenina, las amas de casa serviles y sumisas a sus esposos, ese arquetipo de la mujer"; su posición, dice, "se adentra hasta el tuétano en los terrenos de la misoginia, el machismo y la discriminación por razón de sexo", "visión retrógrada", "reaccionaria", etc... aunque no argumenta en que frases del obispo se sustentan estas acusaciones.
A continuación, el político critica que se haya "fulminado" la asignatura Educación para la Ciudadanía (en la que se podía suspender a los alumnos que no compartieran los valores relativistas inculcados por el profesor o libro de turno) "para recortarnos hasta la libertad de pensamiento". "Ni un paso atrás, vivimos en un estado aconfesional", ha concluido el político... que parece pensar que la aconfesionalidad consiste en poner bozales a los obispos o quienes critiquen ciertas ideologías.
También han reaccionado contra el texto del obispo los lobbies del homosexualismo político y del feminismo radical. La Confederación Española de Asociaciones de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (Colegas) "lamenta" que el obispo "prosiga en su escalada de acoso a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales" , y dicen creer que algunos obispos "pretenden devolver la plena vigencia de las leyes de vagos y maleantes y condenar a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales al ostracismo social, la autocompasión y el rechazo de su identidad natural" (la homosexualidad ya no sería sólo una tendencia sexual, sino una "identidad natural", según este lobby).
Un lobby feminista, la "Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres", aprovecha para atacar a la Iglesia católica, a la que su presidenta, Rafaela Pastor, califica de "misógina y machista" y que "nos está retrotrayendo a la Edad Media". También lamenta que "haya sido suprimida" Educación para la Ciudadanía y que "se quiera cambiar la Ley del Aborto o imponer la custodia compartida".
Al paso de estas reacciones, la concejal de Familia y Servicios Sociales del ayuntamiento de Córdoba, María Jesús Botella (del PP), dice que respeta "mucho" las declaraciones del obispo cordobés. La concejalía de familia es una novedad en Córdoba, donde también hay una "Delegación de Igualdad". "Se debe avanzar en la igualdad y la protección de la familia de una manera armoniosa, paralela y en el seno de la institución familiar, quien la tenga", dijo la política cordobesa, especificando: "en cualquier" tipo de familia.
En realidad, la Carta del Obispo viene a decir lo mismo que dijo el Papa a la Curia a finales de 2012 (sin especiales reacciones de las asociaciones mencionadas) y no muy distinto a lo que se predicó en la Plaza de Colón el 30 de diciembre.
El obispo de Córdoba recuerda algo básico: que el sexo de una persona viene dado por la naturaleza, no es algo que se elija. Pero contra esta realidad natural y biológica innegable está la ideología de género que dice que una niña "si quiere ser varón, puede serlo, aunque haya nacido mujer" y viceversa, a lo que agrega que "al servicio de esta ideología existen una serie de programas formativos, médicos o escolares, que tratan de hacer tragar esta ideología a todo el mundo, haciendo un daño tremendo en la conciencia de los niños, adolescentes y jóvenes".
El obispo recordaba que esta ideología viene de "un cierto feminismo radical, que rompe con Dios y con la propia naturaleza, tal como Dios la ha hecho". Un feminismo, denuncia, que "se va extendiendo implacablemente, incluso en las escuelas".
Y afirma que "la iglesia católica es odiada por los promotores de la ideología de género, precisamente porque se opone rotundamente a esto" (como se ha demostrado por las reacciones airadas contra la carta).
Después el obispo defendía a la familia y su "estructura originaria, donde existe un padre y una madre, porque hay un varón y una mujer, iguales en dignidad, distintos y complementarios", e igualmente "donde hay hijos, que brotan naturalmente del abrazo amoroso de los padres".
"La familia necesita la redención de Cristo, porque Herodes sigue vivo, y no sólo mata inocentes en el seno materno, sino que intenta mentalizar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes con esta ideología, queriendo hacerles ver que hay otros tipos de familia", escribe el obispo en una frase que ha enfurecido a los militantes de la ideología generista.
Para el obispo, "en la familia está el futuro de la humanidad, en la familia que responde al plan de Dios".