A menos de un año para el inicio de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 muchos de los deportistas de las decenas de modalidades deportivas que tienen categoría olímpica ya están inmersos en las competiciones para conseguir una plaza en el gran evento del deporte a nivel mundial.
Es indudable el prestigio que da de competir en unos Juegos Olímpicos y el escaparate para ser visto por cientos de millones de personas de todo el mundo. Esto lo saben también los ideólogos de género, que están abriendo vías para la participación de deportistas trans en distintos deportes y cuyo culmen sería que compitieran con gran visibilidad en los Juegos de Tokio los próximos meses de julio y agosto.
Diferencias entre científicos y quejas de deportistas
Especialmente problemática se está manifestando la participación de personas de sexo biológico masculino en competiciones femeninas debido a que en muchos casos la diferencia física es notable. Ha pasado ya en competiciones de lucha, levantamiento de pesa, natación o ciclismo, y así lo han denunciado ya importantes figuras del mundo del deporte.
Martina Navatrilova, extenista y ganadora de 18 Grand Slam, califica de “tramposa” la participación de hombres trans en competiciones femeninas. Según ella, “son hombres que decidieron ser mujeres” y permitir su participación en torneos femeninos es “insano, tramposo e injusto para mujeres que tienen que pasar a competir contra personas que, biológicamente, siguen siendo hombres”.
“Es una locura y es un engaño. Me complace dirigirme a una mujer transgénero en la forma que prefiera, pero no me gustaría competir contra ella. No sería justo”, agregaba.
Las directrices del COI
Sin embargo, la participación de transexuales en los próximos JJOO está todavía en el aire. The Guardian ha publicado que el Comité Olímpico Internacional ha dejado en pausa de momento publicar las directrices sobre deportistas transgénero frenando así casi con total seguridad su presencia en Tokio debido al desacuerdo que existe entre los científicos que asesoran al organizador de este evento deportivo.
El COI esperaba que el grupo de científicos que les asesoran emitiera una recomendación para reducir los niveles de testosterona permitidos para los nacidos hombres que iban a participar en competiciones femeninas.
Según las pautas actuales del COI, emitidas en noviembre de 2015, los atletas que pasan de ser hombres a mujeres pueden competir en la categoría de mujeres sin requerir cirugía, siempre que su nivel total de testosterona en suero se mantenga por debajo de 10 nanomoles por litro durante al menos 12 meses.
¿Inclusión o ventaja física?
Esas pautas, utilizadas por la mayoría de las federaciones deportivas para elaborar sus políticas transgénero han resultado muy controvertidas dado que los niveles de testosterona de las mujeres tienden a oscilar entre 0,12 y 1,79 nanomoles por litro, mientras que los hombres suelen estar entre 7,7 y 29,4.
Algunos de los científicos consultados por el Comité Olímpico argumentan que reducir los niveles de testosterona permitidos hasta los 5 nanomoles por litro proporcionaría un compromiso razonable entre inclusión y equidad, aunque en realidad estos niveles seguirían siendo muy superiores a los de cualquier mujer.
Un consenso que no llega
Sin embargo, otros científicos señalan los estudios que muestran que la supresión de la testosterona en los trans tiene poco efecto en la reducción de su fuerza muscular incluso después de un año de tratamiento. Esto evidencia –aseguran- que las ventajas físicas de las que disponen al haber nacido hombre se siguen manteniendo pese al cambio de sexo.
Estas discrepancias, según The Guardian, habrían frenado cualquier publicación de las directrices, por lo que ya consideran muy poco probable que se alcance un consenso antes de los JJOO. Además, se da la situación de que las federaciones deportivas no quieren crear sus propias políticas sobre los transgénero hasta que no haya directrices del COI debido a lo controvertido del asunto.
Además de Navatrilova, otros deportistas se han manifestado sobre el asunto, sobre todo en el daño que se realizará en el deporte femenino con la participación de transexuales. Un caso claro es el del trans llamado ahora Laurel Hubbard, que antes de su ‘transición’ competía en levantamiento de peso. En los Juegos de la Commonwealth de 2018 se le permitió participar como mujer y arrasó ganando el oro.
Por ello, ante casos similares a este, la exnadadora y medallista olímpica Sharon Davies señala que “hay una diferencia fundamental entre el sexo con el que naces y el género con el que te puedas identificar. Para proteger el deporte femenino, las personas con ventaja sexual por ser hombres no deberían poder competir en el deporte femenino”.