Hace mes y medio Religión en Libertad ofrecía las declaraciones del famoso actor homosexual: Rupert Everett: «No se me ocurre nada peor que ser educado por dos padres gays» «Habrá gente que no esté de acuerdo conmigo. ¡Estupendo! Esto es sólo mi opinión», se justificaba Everett.
El actor, conocido por su participación en películas como Mi novia es un zombie (1994) o La novia de mi mejor amigo (1997), junto a Julia Roberts o La importancia de llamarse Ernesto (2002), admitió su condición homosexual en la década de los noventa (tiempos en los cuales aún no había una aceptación generalizada de la homosexualidad como hoy en día), aunque asegurando que no hablaba en nombre de ninguna comunidad ni se sentía parte de ningún lobby, «salvo la humanidad».
Obviamente, una «herejía» así no podía pasar desapercibida, y hace pocos días el actor confirmaba que esas palabras en contra de la corriente principal de pensamiento en el mundo homosexual le habían expuesto a un riesgo personal considerable: «He recibido mensajes de odio e incluso amenazas de muerte.
Me odian». «Me he convertido en el Public Enemy Number One (enemigo público número uno)», lamentaba Everett en palabras recogidas por el diario británico The Thelegraph
La postura contra las adopciones de homosexuales por parte de Rupert Everest no es nueva, ya en diciembre de 2010 opinaba lo mismo: «Nunca podría hacer eso a un niño ¿Te imaginas lo que sería tener a dos padres que van a las reuniones del colegio? ¿O escuchar esas terribles discusiones de homosexuales con mucha pluma cuando estás intentando dormir?».
Además de las amenazas de muerte, el lobby gay también se ha expresado por canales más habituales.
Ben Summerskill, director ejecutivo de Stonewall , un lobby homosexual británico, ha avisado: «Rupert Everett debería salir un poco más para ver los hechos por sí mismo. No hay absolutamente ninguna evidencia de que los niños de padres gays sufran en su forma de ser por el modo en que son criados, o tengan problemas en su desarrollo».
En el mismo sentido se ha pronunciando Herndon Graddick, presidente de la Gay & Lesbian Alliance Against Defamation (Alianza Gay-Lésbica contra la Difamación) respondió al actor: «Los niños no sufren cuando son educados por padres homosexuales, sino cuando gente malinformada insulta a sus familias ante todo el mundo».
Pero no es la única persona que ha sido puesta en el ojo de mira del lobby gay tras declarar su rechazo a las adopciones por parte de los homosexuales.
El psiquiatra americano Keith Russell Ablow, colaborador del New York Times y de Fox News reconoció hace poco haber recibido amenazas de muerte tras presentar un estudio de investigación del que se desprendían datos como que el 31% de las personas criadas por una madre lesbiana y el 25% de los que crecieron con un padre gay han sido víctimas de abuso sexual, en comparación con el 8% de las planteadas por los padres biológicos: «Pretender decir que no haya diferencias significativas es ir contra una evidencia empírica», concluía el estudio.
El psiquiatra aseguraba que «por desgracia, estamos en un clima de corrección política en el que ni siquiera los datos científicos son suficientes para establecer las reglas. De hecho, los que atacan a este estudio, incluso con ira y violencia, no lo hacen nunca aportando argumentación científica indiscutible. Por eso he meditado mucho si expresar mi opinión sobre este tema, porque todas las veces que lo hago recibo amenazas: me quieren quemar la casa, el coche, vienen a mi trabajo a manifestarse...», asegura.