La campaña contra Rocco Buttiglione se repite en el seno de la Unión Europea. El candidato maltés a comisario de Sanidad y Política de Consumo de la UE, Tonio Borg, está padeciendo una agresiva campaña de desprestigio por parte del lobby gay, que en esta ocasión actúa en connivencia con los intereses de la industria del aborto y con los representantes del laicismo más radical.
El objetivo principal de la campaña de desprestigio de estos grupos de presión consiste en cuestionar su idoneidad para el cargo porque es cristiano.
Estas organizaciones acusan a Tonio Borg de homófobo y de radical y consideran que sus creencias son incompatibles con los valores europeos.
La Asociación Internacional de Lesbianas y Gays (ILGA), junto a la multinacional del aborto International Planned Parenthood Federation y al grupo de presión laicista Federación Europea Humanista, intentan impedir el nombramiento de Borg, exvicepresidente de su país y ministro de Asuntos Exteriores, amparándose en las creencias de este político maltés.
Mañana martes, día 13 de noviembre, el Parlamento europeo examinará la candidatura de Borg y los grupos de presión gays, abortistas y laicistas esperan que su campaña de acoso y desprestigio, iniciada hace varias semanas, convenza a los eurodiputados y rechacen al candidato.
Los argumentos de estos grupos de presión no se basan en los conocimientos del ministro maltés de Asuntos Exteriores, sino en sus creencias. Gays, abortistas y laicistas han advertido que elegir a Tonio Borg es avalar creencias que no son “valores europeos”.
Como en el caso de Rocco Buttiglione, a Tonio Borg se le quiere marginar por haber reconocido públicamente que es cristiano: los lobbys gay, abortista y laicista le acusan de que, como cristiano, defiende "valores extremistas” y antieuropeos.
“Gays, abortistas y laicistas quieren imponernos una atrocidad: que tener ideas y creencias que difieran de sus postulados invalida para la vida pública”, según Ignacio Arsuaga, presidente de HazteOir.org, asociación que lanza este lunes una recogida de firmas dirigida al presidente del Parlamento europeo en defensa de la libertad de expresión:
“El lobby gay quiere convertir el Parlamento europeo en un tribunal de sangre que juzgue las conciencias y las creencias de los ciudadanos”.
Para Arsuaga, “se trata de que los cristianos desaparezcan de la vida pública europea y de todas sus instituciones”.
El Reglamento del Parlamento estipula que los comisarios europeos serán designados únicamente en base a su competencia y conocimiento.
La Asociación Internacional de Lesbianas y Gays (ILGA) recibe de la UE el 70 por ciento de su presupuesto anual.
El Comité para las ONG del Consejo Económico Social de la ONU recomendó a los estados miembro no otorgar carácter consultivo a la ILGA porque esta organización ampara entidades de defensa de la pederastia, que ocultan bajo el eufemismo de “amor intergeneracional”.