«»Su vida se ha convertido en una espiral de dolor. Alana, una chica de San Francisco (EE UU), fue concebida a partir de una donación de semen anónima y, en su juventud, ella misma recurrió a la donación de sus óvulos para sentirse más unida a su padre biológico. Ahora, no sólo sufre pensando cada día en el padre que nunca tuvo, sino en los hijos biológicos propios que otras mujeres crían en su lugar.
-Mi madre me lo contó cuando yo tenía cinco años, así que en cierta forma, siempre lo he sabido. Cuando era pequeña esto no significaba nada para mí. Los problemas comenzaron durante la adolescencia. Al conocer a gente de mi edad y ver cómo sus padres se relacionaban con ellos me hizo darme cuenta de todo lo que me estaba perdiendo al no tener un padre de verdad.
Sentía que no valía nada para los hombres. Los odiaba, pero a la vez buscaba desesperadamente que me amaran. Solía culparme de mi promiscuidad durante la adolescencia. Pero ahora sé que esto es muy común entre las niñas que no tienen la presencia de un padre. Me enfurece que a las niñas se les niegue intencionadamente la posibilidad de tener un padre, porque esto tiene un efecto muy predecible en su sexualidad: las estamos lanzando a la boca del lobo.
-La adopción es diferente. Mi hermana mayor es adoptada y creo que una de las mayores diferencias es que la adopción proporciona una relación de igualdad entre los padres biológicos y los hijos adoptivos. Tener un padre biológico cuando el otro padre no tiene ninguna relación biológica con el hijo crea mucha tensión, y creo que es la causa de que haya un mayor porcentaje de divorcios entre las familias con hijos concebidos a partir de donantes. La adopción es mucho más estable para los matrimonios.
-No lo recomiendo en absoluto. El uso de un donante no cura la infertilidad, lo único que hace es comprar el niño de otro. Si utilizas un donante para tener a ese niño que sueñas, casi seguro que ese niño al crecer soñará con conocer a su padre (o a su madre donante) y la posibilidad de reunirse con él o con ella puede que nunca llegue. Lo que estamos haciendo es transferir el dolor. Hay otras formas de dolor de las cuales los padres no son responsables y por eso pueden consolar a sus hijos; pero con este tipo de dolor, los padres no pueden consolar a sus hijos porque ellos mismos han causado ese dolor. Yo ya apenas hablo con mi madre.
A menudo pensamos en el bebé que anhelamos, pero estos bebés se convierten en adultos. ¿Estás dispuesto a guiar a los adolescentes y adultos jóvenes nacidos a partir de una donación? ¿Puedes asumir la responsabilidad de los principales tormentos de su vida? Los padres deben contestar a estas preguntas.
-Estoy inscrita en el Regristro de Hermanos Donantes (www.donorsiblingregistry.com). No tengo suficiente información para buscarlo, pero llevo un año y medio escribiendo un guión sobre un viaje ficticio para encontrarlo. En los créditos he puesto la información que tengo de él. Espero que él se dé a conocer o aparezca alguien que tenga información sobre él.
-Sé que es de ascendencia polaca, nacido el 26 de noviembre de 1952, especialista en Medicina Respiratoria, vivió en Los Ángeles, fue instructor de buceo, criado católico, tiene antecedentes de diabetes en la familia, tocaba la flauta. Pienso en él todos los días, pero no quiero perder el tiempo tratando de encontrarlo porque tengo miedo a que él o su familia me rechacen. Prefiero dedicar mi tiempo a forjar mi vida y crear mi propia familia.
-También lo hice de un modo poético: por tener al menos una experiencia en común con mi padre. Quería saber cómo se vivía desde el otro lado. Ahora tengo dos hijos en alguna parte que dudo que llegue a conocer nunca. Pienso en ellos tanto como en mi padre.
-Me encantaría conocerlos. Sé que uno nació en el mismo mes que yo. Mi mayor temor es que yo sea infértil o no tenga hijos y, a la vez, sé que tengo dos desconocidos que otras mujeres han tenido el privilegio de criar. He oído historias de mujeres que han donado sus óvulos y ahora son infértiles.
-Me sentí como un producto, no como una persona. Aprendes rápidamente que tus características se pueden convertir en dinero en efectivo. ¿Ojos azules? Dinero al contado. ¿Licenciada en algo que suena importante? Dinero al contado. Fue probablemente una de las experiencias más deshumanizantes de mi vida.
En la clínica coincidió con chicas que donaban sus óvulos para pagarse una cirugía estética.
La superficialidad que rodea esta industria puede ser muy desagradable. Imagina que eres un niño y descubres que tu madre biológica era una donante de óvulos y que un mes después de “donar” su óvulo/niño, se puso unos implantes de mama. ¿Qué niño quiere ser regalado a cambio de algo tan superficial? No importa si nuestros padres estaban dispuestos a hipotecar su casa por nosotros. Todos los niños (incluidos los adoptados) quieren saber por qué sus padres biológicos les dieron o vendieron. Incluso los “buenos” usos del dinero no tienen justificación para nosotros.
-Síndrome de hiperestimulación ovárica. Tengo un dolor en el ovario derecho que ha persistido durante más de un año.
Creo que separar intencionadamente a un niño de uno o más de sus padres biológicos (por no hablar de los abuelos, tíos, hermanos...) es casi un crimen. Es una gran máquina de hacer dinero y de llevar alegría a los padres desesperados por tener hijos, pero las personas afectadas son los niños y nuestra opinión no se tiene en cuenta. Y como tenemos miedo de ofender a los familiares que sí tenemos no hablamos abiertamente del tema.
De hecho, la donación de óvulos se anuncia como una causa benéfica para ayudar a parejas que no pueden tener hijos.
Ellos confunden la realidad moral de la situación a través de un lenguaje inteligente. La realidad es que tú estás vendiendo a tus hijos biológicos. No tienes ni idea de si las personas que criarán a estos niños van a ser padres competentes. Todo lo que sabes es que tienen dinero y el deseo de tener hijos. Eso no es garantía de una buena infancia. Para los padres que utilizan los tratamientos de reproducción asistida no hay proceso de selección (como en la adopción).
-Nunca pensé que al intentar explicarle a la gente que los niños quieren saber quiénes son sus padres biológicos y ser amados por ellos, mi lucha entraría en conflicto directo con algunos objetivos de la comunidad gay. Mi mayor temor es que la opinión de los niños sea silenciada porque va en contra del deseo de los adultos de tener hijos cuando no los pueden tener de forma convencional.