La Pontificia Universidad Gregoriana acogió este martes 7 de febrero el primer día de sesiones del Simposio Internacional sobre abusos sexuales a menores cometidos por clérigos, en el que participan obispos y delegados de las conferencias episcopales de 110 países y superiores generales de 30 congregaciones religiosas.
El cardenal William J. Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dio una cifra: 4.000 denuncias de abusos sexuales a menores de edad (es decir, a menores de 18 años), denuncias presentadas en Doctrina de la Fe a partir de 2001, que es cuando Roma centralizó estas acusaciones una vez constatada la ineficacia de las diócesis locales en la lucha contra esta lacra.
Muchos medios de comunicación en español, siguiendo un titular confuso de la Agencia Efe que llegó a las redacciones el martes a las 9 de la noche, parecen indicar erróneamente que los 4.000 casos se produjeron en los últimos 10 años. Así, la web de la televisión pública española titula que "El Vaticano reconoce 4.000 casos de abusos sexuales a menores en la última década".
O peor aún es el titular de El Faro de Vigo: "El Vaticano admite 4.000 casos de pederastia en 10 años".
Los errores son básicamente dos:
1) Los 4.000 casos no se han cometido en los últimos 10 años, sino que se han denunciado en esos 10 años porque ahora Roma los centraliza en una "ventanilla única". Los casos en realidad se produjeron desde 1940 hasta nuestros días.
2) Los abusos sí son abusos sexuales (y no palizas o golpes, que en inglés se llaman "abuse" y a veces causan confusión), pero no todos esos abusos sexuales son pederastia (relaciones con niños prepúberes) sino que en su mayoría son efebofilia (sexo con adolescentes, incluso de 16 o 17 años).
La cifra de 4.000 casos es más alta que la que dio en marzo de 2010 el «fiscal» que juzga estos casos en Doctrina de la Fe, el «promotor de la fe» Charles Scicluna: entonces se habían registrado 3.000 casos, de los que el 30% implicaban a mujeres, el 60% a varones adolescentes y sólo un 10% a niños prepúberes.
Por lo tanto, con el análisis de hace dos años en la mano, sólo un 10% del problema residía en la pederastia. Otro 60% reside en hombres que buscan relaciones sexuales con varones adolescentes.
A menudo, un hombre con atracción sexual hacia otros hombres pero que es poco atractivo o ya mayor y con dificultad para encontrar pareja sexual puede preferir iniciar sexualmente (o seducir, o chantajear) a un joven manipulable y vulnerable de 16 o 17 años, aprovechando su posición ventajosa como profesor, entrenador deportivo... o clérigo. Este es el caso más común de efebofilia.
La cifra de 4.000 casos mencionada por Levada puede mantener esas proporciones o quizá presente variaciones. En los dos últimos años se han estudiado en las diócesis dos grandes epidemias de abusos sexuales que Scicluna aún no contabilizaba cuando hablaba en 2010: el del clero holandés, sobre todo de abusos cometidos por religiosos de la enseñanza entre los años 50 y 70, y el del clero belga. Además, se ha sabido más sobre los casos de Austria y de Alemania.