Los aspirantes españoles a universitarios celebraron recientemente la prueba de selectividad o EvAU (Evaluación para el Acceso a la Universidad), cuya nota es decisiva para optar a una u otra especialidad académica en una u otra universidad o ciudad.
La nota máxima es 14, y en un interesante reportaje, Mireya Marrón interrogó en Nius a ocho de las mejores calificaciones sobre sus aspiraciones y sus costumbres. El resultado parece mostrar una correlación entre su éxito académico y el uso racional de los dispositivos móviles y de las redes sociales.
Justo en un momento en el que se multiplican las señales de alarma que cuestionan la eficacia de la digitalización y las pantallas en el ámbito escolar. El gobierno sueco ha decidido volver a apostar por el libro de texto, los colegios italianos vetarán el uso del teléfono móvil, 114 escuelas públicas de Seattle (en el estado de Washington, en la costa oeste de Estados Unidos) se ha querellado contra las Big Tech por el daño infligido a sus alumnos en forma de ansiedad y adicción a través de unos algoritmos diseñados para ello, mil padres de colegios de Fomento han pedido una menor utilización escolar de pantallas...
Buenas notas, poca dependencia de las pantallas
Los chicos entrevistados por Nius (David, Iyán, Inmaculada, Lorena, Silvia, Jorge, la coreana Hai e Isaac, que tiene 15 años y es superdotado), provienen de toda España y quieren cursar estudios muy distintos, pero en sus conductas con las pantallas hay algunos patrones.
-Apenas ven la televisión en abierto (53 minutos al día, un 66% menos que hace una década), "no mucho" es la respuesta más común. La excepción es algún informativo o algún programa junto con sus padres.
-Sí frecuentan la televisión en streaming, pero más para ver películas que para ver series, porque "prefieren el formato autoconclusivo que no les obliga a tener que engancharse y perder mucho tiempo". Y se inclinan más por el género policiaco que por el juvenil, y no necesariamente por éxitos recientes: "En la pandemia me aficioné al cine antiguo, el de Hitchcock sobre todo", dice Silvia.
-Todos ellos leen con frecuencia, pero "no tienen bestsellers juveniles en su mesilla de noche, sino que se decantan por clásicos como Cien años de soledad, El guardián entre el centeno, Los Miserables o Federico García Lorca. En cuanto a géneros, el policiaco es, de nuevo, su favorito". Iyán cita 1984, de George Orwell, y Jorge la "novela extensa".
-Su red social más utilizada es Youtube, pero "por intereses educativos más que por entretenimiento", y por eso siguen canales temáticos de sus intereses favoritos, charlas TED y en algún caso videojuegos que por su elevado coste no pueden adquirir. Iyán, sin embargo, dice que pasa más tiempo en Twitter que en Youtube, porque le sirve "para aprender", dado que sigue a "jueces y divulgadores" (estudiará Derecho y quiere ser juez).
-Lo más relevante es el poco éxito que tienen entre ellos las redes más seguidas hoy entre sus compañeros, Instagram y TikTok: "La mayoría muestra desinterés por el 'formato corto' los virales de bailes o el postureo" y son conscientes de que el 'enganche' que producen les roba tiempo útil. Vale la pena leer sus respuestas completas:
· Inma: "No tengo Instagram. Tiktok, sí, pero no la uso, soy más de vídeos largos".
· Hai: "TikTok no me gusta. No me va el formato corto, leí que no es bueno, que te hace el 'cerebro palomita' y decidí no instalarlo. Sí tengo Instagram, pero no la uso casi".
· Isaac: "Ninguna de las dos. No uso TikTok porque el contenido en versión corta no me gusta. No me parece productivo pasar dos horas deslizando. Quizá el de ciencia, pero también se me queda corto. Algunos virales me entretienen, pero los bailes no me hacen gracia".
· Jorge: "Tengo las dos, pero no comparto casi nada. Me da una pereza enorme hacerme fotos y subirlas, solo alguna cosa graciosa con mis amigos. La gente bailando no me aporta mucho".
· David: "Tengo Instagram, pero no subo nada. Por no tener, no tengo ni foto de perfil. No tengo TikTok, pero veo los reels de Instagram, que es parecido. Me gustan los vídeos variados, de humor y alguno educativo o científico que me ayuda en lo académico".
· Silvia: "Tengo Instagram pero no la uso mucho. No tengo TikTok. Me la desinstalé porque no me aportaba mucho, no me enganchó".
· Iyán: "Uso TikTok para desconectar, con vídeos de gatos y cosas así. También sigo a muchos divulgadores de crímenes. Instagram, solo para contactar con gente y guardar mis stories (historias) como álbum digital".
-En cuanto a los medios que usan para informarse, "todos dicen ser muy conscientes de los peligros de las fake news en redes sociales", y aunque "se enteran de lo que pasa en el mundo por Instagram o Twitter", acuden a contrastar o ampliar la información a medios tradicionales.
-No se dejan arrastar por ídolos o influencers: "Ha hecho falta repreguntar para que fueran capaces de decirnos el nombre de alguien que admiren", desvela la autora del reportaje. "No hay nadie que se merezca que se le idolatre por todo lo que haga. Me interesan más las acciones que la persona en sí", explica Isaac.
-En cuanto a la inteligencia artificial, en general no les interesa. "Me pareció una 'mascota' bastante tonta", dice Hai.
-¿Cuándo tuvieron su primer móvil? En general, entre los 12 y los 14 años (aunque hay uno que a los 8), pero varios de ellos afirman que fueron de los últimos en tenerlo entre sus compañeros. "Aunque los ocho han nacido en el planeta interconectado, o tal vez por ello, no dan tanta importancia al móvil como se presupone en los jóvenes de su edad", destaca Nius. De hecho, Silvia ni siquiera se lo pidió a sus padres, Iyán intenta usarlo "el menor tiempo posible", Lorena solo lo usa para "desconectar o ver series" y Hai lo ve "muy útil pero a veces prefiero no tenerlo, porque me distrae mucho. Leería más".
-Casi todos ellos afirman que podrían pasar "perfectamente" una semana sin él, aunque prefieren tenerlo por las posibilidades de comunicación que ofrece con sus amigos y familiares. No les causa estrés.