Era de esperar y ha sucedido enseguida: partidos políticos proaborto, en un ejemplo de manual de activismo woke, exigen airados que se cancele la campaña 'Cancelados" de las marquesinas de transporte.
Los primeros en reclamar la cancelación son el PSOE y Podemos de Vitoria y Oviedo, con el PNV pensándoselo en la capital alavesa.
Una campaña de "cosas de sentido común"
"Cancelados" es una campaña de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) que busca "dar voz a la gente normal que ha sido cancelada por decir cosas de sentido común".
Uno de los vídeos de Cancelados que habla sobre los canceladores
Una de las primeras cosas que proclama -en 260 marquesinas de 33 ciudades de España- es que "rezar frente a una clínica abortista está genial".
Las marquesinas denuncian que cada año se realicen casi 100.000 abortos provocados y que se quiera multar a los que rezan ante clínicas abortistas: "el delito de los que rezan frente a los abortorios es querer salvar alguna de estas vidas".
Los anuncios en papel incluyen un código QR que permite acceder al testimonio en vídeo del doctor Jesús Poveda, rescatador, y de esos niños que rescató, que ha crecido, ya es padre y ve al doctor como un modelo en su vida.
Podemos en Vitoria pide cancelar "Cancelados"
En Vitoria, el grupo municipal Elkarrekin Podemos (3 concejales sobre 27) ha pedido, en una comisión de movilidad en el Ayuntamiento de Vitoria, la retirada inmediata de los carteles de la ACdP.
El Ayuntamiento, con alcalde de EAJ-PNV (pero sólo 7 concejales de esa fuerza) ha anunciado que "vamos a comprobar si esta campaña cumple con lo que tiene que cumplir".
Vitoria ahora mismo tiene más defunciones (2.177) que nacimientos (1.855). Aunque el coronavirus aporta muchas de esas defunciones, lo cierto es que no sobran bebés en la ciudad.
Oviedo, envejecida y sin nacimientos, entusiasta del aborto
En Oviedo, desde 2019 gobierna el PP con Ciudadanos. La marca local de Podemos, Somos Oviedo (con 3 concejales y 11% del voto), y el PSOE (8 concejales, 26% del voto) también han pedido que se bloquee esta campaña de comunicación.
La concejal socialista Marisa Ponga considera los carteles que apoyan el rezar "una agresión" y pide "una respuesta rápida y contundente por parte del Ayuntamiento”.
Marisa Ponga, del PSOE de Oviedo, fue vicealcaldesa de Oviedo hasta 2019; sabe que es una ciudad muy envejecida; compara rezar en clínicas abortistas con "conductas violentas e incívicas.
La campaña anima a rezar y ver el vídeo de un chico rescatado del aborto, pero la concejal la presenta como una "reactivación de conductas violentas e incívicas que suponen un ataque hacia las mujeres y hacia estos centros".
Mila Garzo Salvador, de Somos y Podemos, "con urgencia" pide "que la empresa encargada de la gestión de estos soportes retire esta cartelería tan insultante”.
Considera que la campaña (que se limita a decir que rezar ante una clínica está bien) “criminaliza a las mujeres que deciden sobre su propio cuerpo” (Garzo olvida el cuerpo del bebé). Añade que "este tipo de acciones" "promueven la instigación contra las mujeres, animando a concentrarse antes las clínicas y acosando a sus usuarias".
Hay que tener en cuenta que Oviedo se muere de envejecimiento: tiene más muertes que nacimientos desde 2004. No logra compensarlo atrayendo inmigración y pierde población: en 2010 tenía 225.000 habitantes, en 2021 sólo 216.000.
De hecho, Asturias es una de las regiones más envejecidas de España y Europa, con una edad media de 48 años. En Oviedo, la media es apenas un poco mejor: 46,3 años tiene el ovetense medio.
¿Rezar es acoso?
Hace décadas que hay grupos rezando ante clínicas abortistas, entregando folletos e información y ofreciendo alternativas a las embarazadas.
Aunque existe el delito de acoso desde siempre, nadie o casi nadie en el entorno provida ha sido sancionado por acoso... porque rezar, invitar a un café o entregar un folleto no es acoso.
Ahora, PSOE y Podemos, con el apoyo de Ciudadanos, PNV, ERC y todas las fuerzas menos Vox y PP presentan un proyecto de reforma del Código Penal piden castigar a quien se exprese cerca de las clínicas abortistas “con la pena de prisión de tres meses a un año o de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a ochenta días”.
En concreto, la propuesta pide castigar a quien "para obstaculizar el ejercicio del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, acosare a una mujer mediante actos molestos, ofensivos, intimidatorios o coactivos que menoscaben su libertad".
La amplísima expresión "actos molestos o ofensivos" como sinónimo de "acosar" abre la puerta a todo tipo de interpretaciones, que deberá resolver cada juez.
Este es el vídeo de los carteles que Podemos y PSOE quieren cancelar (carteles que el ayuntamiento de Vitoria, del PNV, anuncia que invstigará)