A finales de junio, el embajador de Israel en el Vaticano, Mordechai Lewi, fue muy claro: "Sería un error declarar que la Iglesia católica, el Vaticano y el propio Papa se opusieron a las acciones dirigidas a salvar a los judíos. Lo cierto es más bien lo contrario: prestaron ayuda siempre que pudieron". La importancia del pronunciamiento fue tan grande, que luego se le obligó a matizar que el asunto "sigue siendo objeto de investigación", pero...
Pero el caso es que la investigación refuerza esa tesis. El historiador norteamericano William Doino ha explicado a Aciprensa que los artículos publicados en la prensa judía estadounidense en los años treinta reflejaban la figura de un Pío XII que "quería derribar las paredes de los prejuicios contra los judíos, y no erigirlas".
Satisfacción judía en 1939 por la elección de Pío XII. |
Por ejemplo, en abril de 1939 la revista Jewish News and Views celebraba la elección de Eugenio Pacelli (autor de la encíclica Mit Brennender Sorge con la que su predecesor, Pío XI, condenó el nazismo) con estas palabras: "Su elección es una fuente de enorme satisfacción para los judíos. El Papa Pío XII es conocido por ser un fiel amigo de los judíos y expresó en multitud de ocasiones su enérgica oposición a la persecución de los judíos en Alemania e Italia".
Comida kosher
Doino, que ha publicado un libro refutando las críticas más habituales contra este Papa por su supuesta pasividad ante el Holocausto, afirma que "aborrecía el antisemitismo", mantuvo cordiales encuentros con la comunidad judía estadounidense durante su visita al país en 1936 como secretario de Estado vaticano, y era partidario de la constitución del Estado de Israel.
Del mismo modo, en los años cuarenta el diario Palestine Post recoge el testimonio de lo que Pío XIi le dijo a un refugiado judío en el Vaticano en 1941, cuando la persecución antisemita estaba en su peor fase, prometiéndole apoyo y animándole a "sentirse orgulloso" de su raza.
Un detalle que aporta Doino es que en los años treinta ofrecía comida kosher a los invitados judíos que recibía en el Vaticano, y en 1938 intervino para bloquear en Polonia una ley contra este tipo de alimentación permitida a los judíos. En julio de 1944, el Congreso Judío Americano agradeció públicamente a Pío XII haber facilitado comida kosher a los judíos refugiados en instituciones católicas durante la ocupación nazi.
Fue sólo en los años sesenta, después de la muerte del Papa en 1958 y sin ningún documento o testimonio que acreditase la acusación, cuando comenzó una severa campaña en su contra para dar la vuelta a la realidad de su apoyo a los judíos perseguidos, que éstos habían agradecido siempre.