Según da a conocer El Diario Vasco, la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe ha denegado el nihil obstat (nada que objetar) al segundo libro del controvertido teólogo vasco José Antonio Pagola sobre los evangelios, titulado "El camino abierto por Jesús. Marcos", por considerar que en determinados puntos «la enseñanza del texto se opone a afirmaciones explícitas del Magisterio de la Iglesia», y por la acumulación de una serie de «ambigüedades».
El mismo diario señala que el manuscrito se encuentra en la secretaría general de la comisión, al mando de José Rico Pavés, que anteriormente ha cuestionado otra de sus ambiguas obras "Jesús. Aproximación histórica".
El periódico, que dice haber tenido acceso al informe doctrinal sobre el manuscrito de Pagola, señala que se trata de un documento de 15 folios en el que se dice que la obra del teólogo contiene formulaciones «poco afortunadas», afirmaciones «confusas» o «ambigüedad» constante.
El informe apoya sus argumentos en textos recogidos de la propia Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe -como el documento Dominus Jesús sobre la unicidad de la Iglesia católica como religión verdadera-, el Catecismo de la Iglesia, la Dei Filius -constitución dogmática sobre la fe del Vaticano I-, el Credo del Pueblo de Dios, la encíclica Veritatis Splendor de Juan Pablo II, y textos magisteriales del Concilio de Trento.
También, según el mismo medio, el documento episcopal invoca pronunciamientos que han tenido lugar sobre teólogos cuyas propuestas son contrarios a las enseñanzas de la Iglesia, como Leonardo Boff, Roger Haight o Jon Sobrino, estos dos últimos jesuitas.
El dictamen reconoce los «méritos indudables» del autor, como el haber conseguido una «exposición sencilla y cercana, que se lee con facilidad e invita a la reflexión».
Sin embargo, los expertos autores del informe encuentran ya «una serie de ambigüedades respecto a enseñanzas básicas de la fe cristiana, e incluso afirmaciones que no se ve cómo puedan resultar compatibles con determinados pronunciamientos de la Iglesia».
En el análisis sobre "El seguimiento de Cristo, fe y religión", el informe establece que el planteamiento de Pagola «es incompatible con la fe católica» cuando, entre otras afirmaciones, escribe que «la primera tarea de la Iglesia no es celebrar culto, elaborar teología, predicar moral, sino curar, liberar el mal, sacar del abatimiento, sanear la vida, ayudar a vivir de una manera saludable».
El informe advierte sobre el peligro de reducción de la verdad a la praxis, que ya se recogía en el primer documento de Doctrina de la Fe sobre la vertiente marxista de la teología de la liberación. Añade que «una consecuencia de lo que afirma Pagola al no subrayarse adecuadamente la confesión de fe en aras de la praxis, es el riesgo de deslizarse hacia planteamientos propios del pluralismo religioso», que ponen al mismo nivel del cristianismo a cultos como el budismo o el chamanismo.
El informe constata la «relativización de fórmulas dogmáticas en razón de la praxis». Los autores del informe relacionan la posición del autor con la que mantuvo el cuestionado Jon Sobrino «donde la confesión de fe cristológica quedaba redimensionada por la praxis liberadora hasta el punto de considerarse ´peligrosas´ las fórmulas dogmáticas. Sin llegar a esos extremos de Sobrino -prosiguen- para Pagola parece que la confesión de la verdad sobre Cristo resulta bastante irrelevante para la vida cristiana, en la que lo único importante es la actividad liberadora, que parece reducirse al mero alivio de las miserias terrenas».
El dictamen se refiere, entre otras cosas, a la «permanente ambigüedad» de la obra de Pagola sobre el pecado, así como a los textos en los que aparecen los posesos. Pagola, dice el documento «silencia verdades de fe, como la existencia del demonio».