La libertad de culto que recoge la Constitución española quedó gravemente vulnerada este pasado fin de semana en la abadía del Valle de los Caídos después de que el Gobierno en funciones ordenase a la Guardia Civil cerrar los accesos al lugar e impedir a los feligreses acudir a misa el pasado sábado, festividad de la Virgen del Pilar, e impedir también su celebración el domingo en el interior del templo.
De hecho, los monjes benedictinos tuvieron que celebrar la Eucaristía del domingo a la intemperie junto a la basílica debido a que ellos mismos tenían prohibido el acceso al lugar de culto. Este suceso dejó la escena de ver a la comunidad religiosa improvisando un altar y celebrando al aire libre la Misa con los padres de los escolanes de la abadía en un día muy importante para los pequeños, pues era la jornada en la que los nuevos miembros de la escolanía iban a recibir su cogulla (alba con capucha).
Tras la Eucaristía, el prior Santiago Cantera citó a Santa Teresa para animar a los allí presentes ante los ataques que está recibiendo la abadía durante estas fechas bajo el pretexto de la exhumación de Francisco Franco, enterrado en el interior de la abadía.
"Vayamos sin miedo"
“Quien está con Dios todo lo puede, sólo Dios basta”, afirmaba el padre Cantera, que añadía: “vayamos sin miedo, sin temor, el Señor es nuestra luz, en Él está nuestra fuerza”.
Por otro lado, el Gobierno también está impidiendo la circulación de los propios monjes por el interior de los túneles privados que utilizan normalmente y que dan acceso al templo. Y para ello han colocado a agentes de la Guardia Civil que prohíben la entrada a los religiosos en su propia abadía. No había órdenes escritas, sino tan sólo telefónicas bajo el argumento de que “por un día sin misa no pasa nada”. Y este hecho fue lo obligó al prior a celebrar la Eucaristía en la explanada de la Hospedería.