Un Jesús presentado como gay activo, un Benedicto XVI tergiversado y difamado, una recreación del mito artúrico en clave agresivamente anticatólica... y ahora, el polémico anuncio de una película, estrenada en español con el título de Guapis [Cuties, Mignonnes] en español, cuyo estreno está previsto para el 9 de septiembre y donde las protagonistas son niñas de 11 años apasionadas de bailes inapropiados para su edad. Para entregarse a esa pasión, Amy, la protagonista, se enfrenta a su educación familiar, tradicional y religiosa en el ámbito de un hogar musulmán en Francia.
En Change.org, una petición de retirada del film lo acusa de promover la "cultura de la pedofilia", y se acerca ya a las 200.000 firmas en español y las 150.000 en inglés. La denuncia se centra fundamentalmente en los elementos promocionales del film, que Netflix ha tenido que rectificar ante el aluvión de quejas.
La sinopsis presentada por la plataforma decía así: "Amy, de 11 años, queda fascinada ante la danza del twerking de un grupo de baile. Con la esperanza de unirse a ellos, empieza a explorar su feminidad, desafiando las tradiciones de su familia". Ahora ha quedado así: "A los 11 años, Amy empieza a rebelarse contra las tradiciones familiares. Y es que está fascinada con un grupo de baile del colegio donde la libertad es la norma".
Se ha eliminado así la referencia al twerking, un estilo de baile explícitamente sexual que encandila a los personajes, en edad infantil. En el cartel aparecían las cuatro niñas protagonistas con trajes habituales para ese estilo y poses sensuales propias de mujeres adultas.
Tras la revuelta en las redes sociales, con comentarios abrumadoramente escandalizados, Netflix explicó su rectificación a través de Twitter: "Sentimos profundamente la inapropiada cartelería que hemos utilizado para Mignonnes/Cuties [Guapis]. No estuvo bien ni era representativa de esta película francesa galardonada en Sundance. Hemos actualizado las imágenes y la descripción".
Guapis es una película francesa, de título original Mignonnes, opera prima de Maïmouna Doucouré, bióloga, nacida en Francia de padres senegaleses, que ha hecho algunos otros trabajos como actriz y guionista.
Ella misma ha explicado a Cineuropa cómo le nació la idea de la película: "Surgió cuando en una fiesta de barrio, vi a un grupo de chicas de 11 años subirse al escenario y bailar de una manera muy sensual y con ropa muy corta. Me chocó bastante y me pregunté si eran conscientes de la disponibilidad sexual que transmitían. Entre el público también había madres más tradicionales, algunas con velo: era un verdadero choque de culturas. Estaba sorprendida y pensé en mi propia infancia porque me hacía muchas preguntas sobre mi feminidad, que evolucionaba entre dos culturas: mi cultura senegalesa, que me viene de mis padres, y mi cultura occidental".
Una edad en la que rige la imitación sin entender
Durante un año y medio, Maïmouna habló con chicas, las grabó "con el consentimiento de los padres" y recopiló sus historias y relatos "para saber dónde se situaban ellas como niñas, como futuras mujeres, cómo se situaban en la sociedad con sus amigas, sus familias, el colegio o las redes sociales".
La película no emite juicios, porque, según su directora, "no es un anuncio de prevención", aunque sí quiere presentar una realidad: "En mis investigaciones, constaté que todas las chicas están expuestas a las redes sociales. Y con los nuevos códigos, cambia la forma de escenificar. Comprobé que chicas muy jóvenes tenían 400.000 seguidores en las redes sociales y yo intentaba comprender por qué. No había ninguna razón en particular, excepto el hecho de que habían publicado fotos sexys o desnudas: eso es lo que les dio 'fama'. Hoy, cuanto más sexy es una mujer, más se la percibe como un objeto y más valor tiene para las redes sociales. Y cuando tienes 11 años, no comprendes bien todos estos mecanismos, pero tienes tendencia a imitar, a hacer lo mismo para obtener un resultado similar. Me parece que es urgente hablar de ello, abrir un debate sobre el tema".
Una hipersexualización consentida
Esa tendencia a imitar es palpable en las redes sociales más visuales, principales repositorios de esas imágenes y vídeos donde las niñas se graban emulando bailes y gestos de adultos, actuando como imán para pederastas. Recientemente, antiguos empleados de Tik Tok denunciaron a la compañía por la que consideran escasa proactividad de la red social cuando detecta pedófilos.
Según expuso algún crítico cuando en enero Guapis fue exhibida en Sundance (donde Maïmouna Doucouré fue galardonada), ese deseo de no juzgar expresado por su directora es un punto no bien resuelto: "Una vez que la película establece su visión crítica de una cultura que arrastra a las jóvenes impresionables hacia la hipersexualización de sus cuerpos, plantea un choque contra los valores tradicionales que podría haber dado lugar a un sólido tercer acto, sobre todo por el rico potencial contextual que ofrece explorar la identidad africana en un país europeo".