La broma zafia de Lalachus y Broncano en el programa de Nochevieja, exhibiendo una falsa estampita del Sagrado Corazón con cabeza de mascota televisiva, sigue siendo motivo de debate, incluso en la misma TVE, cuando dejan hablar a invitados y comentaristas.

Un caso reciente ha sido la socialité televisiva Carmen Lomana, de 76 años, que cada semana escribe una columna en el diario La Razón. "Todo vale contra los cristianos y el respeto no existe. Las burlas a la religión de millones de personas no son aceptables ni se deben consentir", ha escrito. Lomana pide al presidente de RTVE, José Pablo López (que en realidad lleva en el cargo sólo desde el 2 de diciembre) que comparezca para "pedir disculpas ante la bochornosa burla vista en Nochevieja".

Carmen Lomana cree que no se trata solo de una zafiedad improvisada por unos humoristas insensible. "Todo esto es una provocación incendiaria dirigida por nuestro Gobierno para seguir dividiendo a esta gran nación que es España, capaz de matarse como ninguna otra en guerras civiles. Hermanos contra hermanos", advierte.

Lomana no sólo se quejó por escrito. Poco después acudió al programa "D Corazón" de la cadena responsable del escándalo, TVE, que se paga con el dinero del contribuyente. El presentador Jordi González le preguntó a Lomana si de verdad la estampita le parecía "meterse con una religión".

Lomana respondió: "Cualquier cristiano sabe lo importante que es el Sagrado Corazón de Jesús, durante muchos años presidía muchas casas católicas. Muchas personas en el trance de enfermedad o muerte decían 'Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío'".

Luego, la celebrité televisiva ha resumido su propuesta: "Hay que dejar a los cristianos y a cualquier religión en paz".

En esa misma tertulia, el colaborador Alberto Guzmán consideró que "para ofender tiene que haber objetivo de ofensa y aquí no lo había. Había un objetivo de hacer una gracia con un personaje familiar".

[Efectivamente, en la ley española sobre injurias se ha de demostrar el "ánimo de injuriar", es decir, de insultar, pero el matiz es distinto cuando se trata de un delito contra los sentimientos religiosos].

Los sentimientos religiosos y la identidad de un país

Otro comentarista que ve intencionalidad política es el periodista Antonio Naranjo, que en El Debate ha comentado sobre el incidente: "Esto no es casual ni inocente. Y no hay que responder diciendo que no harían lo mismo con el islam". Ha añadido: "Cuando se ofenden los sentimientos religiosos, se ofende la identidad de un país. Se quiere derribar la identidad de un país, que está construida sobre sus cimientos cristianos. Por eso nos metemos con el himno, con la bandera, con el Rey, con la Semana Santa, con la Navidad o con la Iglesia", ha explicado el colaborador de televisión.

La escena, considera el periodista, "es otra herramienta de Sánchez para liarla muy gorda. Acaba de empezar el año y ya sabemos cómo va a ir por la parte del Gobierno, exactamente igual que el anterior y así desde 2018, con trampas, con ofensas y con división".

"Y no hay que ponerse a decir que esto es un delito. No tenemos que parecer que los creyentes no tenemos sentido del humor y que no aguantamos las bromas o que no somos tolerantes", prosigue Antonio Naranjo: "Claro que sí, lo aguantamos todo y le damos la importancia que tiene, pero es que en este caso, fuera o no la intención de Lalachus, estaba claro cuál era el objetivo: ayudar a derruir poco a poco esa identidad que, al parecer, tanto les molesta".

Hay que recordar que, para denunciar este atropello a las creencias de los católicos en España, el portal Peticiones Católicas ha lanzado una campaña de recogida de firmas: Puedes firmar en este enlace. 

Un penalista examina el recorrido legal

Al menos dos entidades han presentado denuncias penales, la asociación Hazte Oír y la fundación Abogados Cristianos. El abogado penalista Manuel Huertas, colaborador habitual en la tertulia de TVE "Mañaneros" fue preguntado por Adela González, la presentadora por "el recorrido legal" de las denuncias.

Manuel Huertas se mostró contrario a "que aún exista un delito de blasfemia en el Código Penal". (En realidad, no se llama "delito de blasfemia" ni se parece a un delito de blasfemia, y de hecho casi todos los países europeos tienen leyes que protegen los sentimientos religiosos. Incluso la II República Española, muy hostil a la religión, tenía algunas).

Luego el penalista ha calculado que si Lalachus y Broncano perdieran sus juicios, se enfrentarían a "como mucho, una multa de entre 8 y 12 meses".

Después ha matizado que, en realidad, el objeto exhibido no era una verdadera estampita del Sagrado Corazón, no se hacía "profanación, escarnio o se le falta al respeto" a un verdadero objeto religioso. Pero, por otra parte, ha recordado que hay algún precedente que podría poner en aprietos a Broncano y LalaChus: "No olvidemos que ha habido condena en la procesión del Santo Coño Insumiso en Málaga".

Esta procesión grosera y soez de feministas anticatólicas el 8 de marzo de 2013 llevó en andas la imagen gigante de una vagina ante la catedral y el Palacio episcopal de Málaga gritando elaborados "argumentos" como "Vamos a quemar la Conferencia Episcopal" o "Viva el Santo Chumino". El juicio se alargó unos diez años.

La Audiencia Provincial de Málaga ratificó en 2021 la condena a nueve meses de multa con una cuota diaria de 10 euros a la única activista procesada, considerando probado que la mujer no actuó "guiada por un interés público y colectivo de la crítica, sino con la intención o propósito de vilipendiar o escarnecer sentimientos religiosos de los integrantes de la Iglesia Católica". A su juicio, en un caso así no puede prevalecer la libertad de expresión, porque el "exceso en su uso" lesiona el derecho de los católicos "a no ver menoscabado su derecho de libertad de religión y culto".

De fondo, hay un detalle que algunos comentaristas obvian: aquí no se trata de la actividad privada de una humorista o activista, sino de un espectáculo en la televisión pública, con dinero de todos los contribuyentes, en un momento festivo especial y familiar. La Constitución pide a los poderes públicos "tener en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española". En este caso, no se cumplió.

Hay que recordar que, para denunciar este atropello a las creencias de los católicos en España, el portal Peticiones Católicas ha lanzado una campaña de recogida de firmas: Puedes firmar en este enlace.