El feminismo radical quiere seguir imponiendo su agenda política y social en todo el mundo, algo que en mayor o menor medida ya está logrando en muchos países. Pero para conseguirlo quiere dinero, mucho más dinero. Y además de las enormes políticas públicas que favorecen al feminismo, estos grupos quieren que multimillonarios como Bill y Melinda Gates, Soros y otros autodenominados filántropos hagan un gasto extra.
Un informe realizado por importantes asociaciones feministas a nivel mundial ha instado a estos multimillonarios a invertir 6.000 millones de dólares más en organizaciones feministas hasta 2026, es decir, unos 1.500 millones anuales, como una “forma de realizar el cambio transformador” que el mundo necesita.
Para demostrar que esta inversión es efectiva el informe cita la liberalización del aborto en Argentina, Irlanda o México que se ha dado en estos últimos años.
Tal y como informa Friday Fax, publicación de la organización provida y profamilia C-FAM, este texto ha sido publicado por Bridgespan Group, que asesora a donantes y organizaciones sin ánimo de lucro para promover el cambio social, y Shake the Table, anteriormente conocido como Feminist Imaginations, que busca financiación para la “justicia racial, de género y económica”.
Bill Gates es uno de los grandes financiadores del aborto y los anticonceptivos en todo el mundo.
El desarrollo del informe contó con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates, que prometió 2.100 millones de dólares durante cinco años para la igualdad de género el año pasado en el Foro de Igualdad de Género de ONU Mujeres en París.
El informe habla de los casos anteriormente citados como “victorias concretas” de los movimientos feministas, y un ejemplo de cómo “mantenerse activos en la línea contra el ataque coordinado de los movimientos anti-derechos que están revertiendo victorias ganadas con tanto esfuerzo, ya sea en Texas en los Estados Unidos, Polonia, Austria o Ghana”.
El estado de Texas aparece específicamente en el informe tras aprobar la ley que prohíbe el aborto después de que se pueda detectar un latido fetal. La Corte Suprema de los Estados Unidos rechazó revocar esa ley. Además, la filtración de un borrador muestra que el tribunal está considerando muy seriamente dejar de considerar el aborto un derecho constitucional, revocando así la sentencia Roe vs. Wade, la decisión de 1973 que impuso el aborto en todo EEUU.
Como ejemplo de la “erosión de los derechos” el informe menciona la Declaración del Consenso de Ginebra, en la que más de 30 países reafirmaron que el aborto no es un derecho humano y que la familia es la “unidad natural y fundamental de la sociedad”.
La declaración conjunta fue liderada por EEUU bajo la administración Trump, hasta que el presidente Joe Biden rescindió el apoyo de su administración a este Consenso de Ginebra, que el informe feminista denuncia como “fuerzas anti-derechos” y al que acusa de evitar que haya “más avances en los compromisos sobre educación sexual integral, derechos sexuales y derechos LGBTQI+”.
Además del aborto, el informe deja en claro que estos 6.000 millones adicionales que pide se destinarían a promover la ideología de género. Para contrarrestar el supuesto sufrimiento causado por el patriarcado, el capitalismo y otras causas, las autoras escriben que “los esfuerzos y los líderes feministas deben contar con abundantes recursos”.
Las autoras del informe caracterizan a las organizaciones feministas como “significativamente insuficientemente financiadas”, tal y como citan de una investigación de AWID, grupo feminista que cuenta entre sus propios donantes con la Fundación Ford, la Fundación Open Society y la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional.