Crece el clamor contra las mutilaciones infantiles y los tratamientos con bloqueadores de la pubertad para las 'transiciones de género', en vez de un abordaje individualizado de los problemas que causan en un niño la 'disforia de género'. En las últimas semanas, las autoridades inglesa y noruega han decidido poner freno al seguidismo ideológico al lobby LGTBIQ+ en detrimento de la salud infantil.
En Italia el debate sigue vivo, y tras la valiente intervención televisiva de la doctora Maura Massimino contra los tratamientos bloqueadores de la pubertad aplicados a niños para la 'transición de género', Raffaella Frullone la entrevistó en el número de abril (nº 227) de Il Timone:
"Al cuerpo le cuesta mucho alcanzar la pubertad. ¿Cómo puede haber quien piense que es posible saltarse este prodigioso y difícil camino? ¿Cómo se puede pensar que es posible interrumpir este proceso y, más tarde, reiniciarlo con una inyección intramuscular? Somos capaces de proporcionar dolor a nuestro semejantes de maneras cada vez más nuevas e impensables. Soy consciente de que me haré muchos enemigos diciendo esto, pero creo que no se ama a los niños, y se prefiere darles una pastilla en lugar de ocuparse de ellos".
Ha pasado la medianoche. La televisión está encendida en Rete Quattro, en el programa Quarta Repubblica y se habla de fármacos que bloquean la pubertad. Tras un acalorado debate, las palabras de esta mujer devuelven el peso que parece que lleva en el corazón. Ella es Maura Massimino, jefa del servicio de Oncología Pediátrica en el Instituto Nacional de Tumores de Milán. Tomamos la decisión de ir a verla.
La doctora Maura Massimino conoce los efectos de los bloqueadores de la pubertad cuando no queda otro remedio que emplearlos en tratamientos tumorales.
Nos acoge en su departamento, donde hay un aire festivo porque acaba de recibir el honor de ser nombrada Commendatore por el presidente de la República, Sergio Mattarella -lo han pedido las familias de sus pequeños pacientes- y porque está a punto de cumplir 61 años. En su despacho hay libros, dibujos, fotos del Papa Francisco y el Papa Benedicto con motivo de las audiencias que ella ha organizado para sus niños oncológicos. Y también un pequeño cuadro con las palabras: "Sé ese tipo de mujer ante la cual el diablo exclama cada día: '¡Oh, no, también esta mañana se ha levantado!'". Parece un programa de vida.
-Doctora Massimino, ¿por qué ha tomado la decisión de exponerse?
-Ante todo, me gustan los niños y no quiero que se les haga daño, ya sea de manera consciente o inconsciente. Y también porque, si sabemos algo y no lo decimos, somos culpables de omisión.
-¿Qué sabe sobre los bloqueadores de la pubertad?
-Le explico lo que sucede cuando se los administran los endocrinólogos: por una serie de motivos relacionados con patologías tumorales u otros tratamientos que hacemos, a veces vemos a niños que crecen demasiado y demasiado deprisa, se inicia la pubertad de manera precoz, y para estos casos está indicada, de forma específica, la utilización de estos fármacos.
»Entonces el niño interrumpe su crecimiento puberal pero de manera total: la densidad ósea queda comprometida, el crecimiento lineal es distinto. Es decir, estos niños no crecen como sus compañeros: el esqueleto, los músculos y la expresión del rostro permanecen invariables.
»Pero las hormonas sexuales no tienen que ver solo con las gónadas (los ovarios, los testículos, el pene u órganos sexuales secundarios como los senos), sino que tienen que ver también con la personalidad. Este es uno de los aspectos que me deja más perpleja, porque bloquear la pubertad a un niño de diez años no significa solo bloquear el crecimiento de su pelo, sino también de su modo de vivir. Mientras sus compañeros de clase crecen y empiezan a pensar qué quieren ser cuando sean mayores, el niño que toma bloqueadores permanecerá congelado en una dimensión infantil que se convertirá en antinatural; también sus competencias cognitivas serán inferiores, porque nuestro cerebro lo conforman las experiencias del crecimiento.
»No oigo hablar mucho de todos estos aspectos. Aparentemente, parece que se trata solo de cosmética externa, cuando todo lo de dentro cambia como consecuencia.
-Sin embargo, muchos de sus compañeros de profesión afirman que el proceso del bloqueo de la pubertad es totalmente reversible...
-No, no existen datos para afirmarlo y se sospecha que no es verdad. Tengo ante mí un estudio de perspectiva de seguimiento publicado en Australia. En él se habla, por ejemplo, del deterioro de los huesos. Además de estados de ansia, premenopausia y aumento de peso. También se lee: "En la era de la medicina basada en la evidencia, la base de pruebas relacionadas con el abordaje médico que 'afirma el género' es escasa y, para los jóvenes que podrían arrepentirse en el futuro de haber elegido este recorrido, el riesgo de daños es significativo".
-Las sociedades italianas de endocrinología y diabetes pediátrica, de pediatría, de andrología y medicina de la sexualidad se han expresado contra la declaración de la sociedad psicoanalítica italiana sobre el riesgo de daños físicos y psíquicos de los bloqueadores de la pubertad en niños y adolescentes con disforia de género. En su opinión, ¿por qué?
-¿Sabe que no consigo explicármelo? Al no ser yo marxista, no me gustaría decir una frase marxista como "Siga el dinero". No sé cómo justificar algo así.
Una entrevista a la doctora Massimino sobre los bloqueadores de la pubertad.
-Por lo tanto, no le sorprende el hecho de que muchos trans hagan el recorrido contrario para convertirse en personas que detransicionan...
-Me causa asombro que alguien practique operaciones que mutilan cuerpos sanos, es algo que me deja siempre sin palabras. En mi trabajo a veces nos vemos obligados a realizar cirugías que mutilan porque no tenemos otra opción.
»Y hacemos todo lo posible por evitarlas. Piense que el profesor Veronesi [médico oncólogo reconocido a nivel internacional por sus contribuciones a la prevención y el tratamiento del cáncer de mama] fue uno de los primeros en llevar a cabo la cuadrantectomía en el tumor de mama precisamente para no mutilar a las mujeres; en cambio, en estas operaciones se extirpan ambas mamas a niñas sanas....
-En la televisión usted dijo que estamos dando una respuesta equivocada a estas personas...
-Ciertamente, es muy probable. El estudio australiano también dice que algunas personas que han hecho este recorrido han sido víctimas de acoso, a veces incluso tienen traumas sexuales. Por lo tanto, ¿qué se puede decir? Un niño o adolescente que ha tenido un trauma sexual en el contexto de su persona puede realmente desear no ser ya mujer u hombre. Son las personas que le rodean las que tienen que decirle: "Tú no eres el problema". La cuestión no es cómo una persona gestiona su sufrimiento, sino qué respuesta se da a dicho sufrimiento...
-Ha dicho incluso que no amamos a estos niños...
-Cierto. Hacerse cargo de una historia "equivocada" es mucho más difícil que intentar "enmendarla" de la manera, esta sí equivocada, que se está haciendo...
-Entonces, ¿qué se les puede decir a los padres que tienen ante sí a un hijo que sufre y al que de buena fe creen ayudar alentando a que cambie de sexo?
-Les digo que por cosas menos graves se pide una segunda opinión; por lo tanto, ampliad el contexto, preguntad a las personas que os aman. Un compañero una vez me dijo: "Me he despertado pensando qué mundo sería si un día ningún niño tuviera cáncer". Le respondí: "Por qué, ¿temes quedarte sin trabajo?". Y él: "No, porque me asombra el hecho de que cada día, cada día, hay personas que nos llaman: sufrimiento y niños enfermos". Y otra compañera: "Realmente no soporto que mueran". Entonces digo: no les causemos a los niños más dolor. Por favor, deteneos.
Traducido por Helena Faccia Serrano.