– ¿Cuál es la comunicación oficial que les ha prohibido celebrar actos de culto?
–Nos han comunicado que con motivo de las obras de restauración de la basílica que tienen intención de realizar no se puede entrar. Dicen que el acceso del ascensor es muy inseguro y sólo permiten que lo usemos la comunidad y los niños.

–¿Tiene riesgo para los fieles, pero para ustedes y los niños no?
–Evidentemente así lo hemos hecho notar ya que estamos expuestos a esa inseguridad parente de la que nos hablan. Estas instalaciones vienen funcionando desde la apertura del valle y nunca ha habido ningún problema. Aun así, nosotros preferimos correr el riesgo del que nos hablan antes que aceptar las consecuencias del cierre total. Consideramos que el riesgo es mínimo y si lo cierran, todo se quedaría sin vida interior.

–Mientras esté cerrado, ¿se está haciendo alguna investigación de restos humanos?
– No está previsto que se aproveche para eso. Está terminada la que se llevó a cabo y a la espera de que se publique el informe que consideren oportuno. Si esto no fuera así, llevaríamos a cabo una investigación.

–¿Esto está suponiendo grandes pérdidas para la hospedería?
–Las consecuencias y los daños son indudables.

–¿Influye en su vida litúrgica?
–No, porque se ha aceptado que podamos celebrar misa para nosotros, pero no pueden asistir los fieles.

–¿Van a continuar celebrando misas de campaña en señal de protesta?
–Las celebraciones no han tenido carácter de protesta, simplemente hemos salido al encuentro de los fieles que no pueden entrar con el objetivo de que pudieran participar en la eucaristía.

–¿Cree que la libertad de culto está siendo conculcada?
–Las actuaciones que se están dando tienen un carácter parecido. Parece que se quiere entorpecer el culto y tratar de limitarlo. Hemos insistido en que el lugar idóneo para las celebraciones litúrgicas es la basílica.