Por mucho que el vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, se empeñe en mostrar cordialidad con la Iglesia, los hechos parecen demostrar que la supuesta luna de miel que pretende vender el Ejecutivo de Zapatero es pura farsa.
En la mañana de hoy, la Guardia Civil, por orden del Delegado del Gobierno de Madrid, ha decidido cerrar sine die la entrada de los fieles a la Eucaristía diaria que celebran los monjes en el Valle de los Caídos. . El cierre de una basílica bajo jurisdicción pontificia tiene así lugar mientras el Papa está en territorio español, lo que multiplica la gravedad de la ofensa y de la violación de la libertad religiosa.
El presidente de La Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, Pablo Linares, ha explicado que en la entrada al Valle de los Caídos había este mediodía «más de treinta coches y varios autobuses» que esperaban a acceder al recinto para asistir a la misa diaria que ofician los monjes, pero que los agentes de la Guardia Civil, alegando «órdenes de la Delegación del Gobierno en Madrid», no se lo han permitido.
El acceso al Valle de los Caídos está restringido desde principios de este año cuando Patrimonio Nacional decidió poner en marcha unas obras de restauración en la Piedad de la fachada de la iglesia que, según sostenía, ponían en riesgo a los visitantes, informa La Gaceta.
Hasta nueva orden Según ha indicado Linares, un abogado de la asociación ha preguntado a los guardias civiles si existía «alguna sentencia o resolución administrativa» por la que está prohibido acceder al recinto, a lo que los agentes han respondido negativamente, añadiendo que la situación seguirá igual «hasta nueva orden».
Por ello, Linares considera que la Delegación del Gobierno, al dar la orden a la Guardia Civil de no permitir el acceso al Valle de los Caídos para la misa de los monjes benedictinos, está «saltándose a la torera» la ley, lo que ve como una «provocación» y supone «un recorte de libertades» que «no tiene nada que ver» con la ley de la Memoria Histórica.
La Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos tiene recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid la decisión de mantener cerrado al público el recinto, ya que considera que las obras de restauración se pueden llevar a cabo sin impedir la entrada de visitantes.
Pero lo cierto es que en el Valle de los Caídos no hay una sola obra ni un solo andamiaje que justifique el cierre, ni se ha empezado restauración ni obra de mejora alguna, excusa a la que al principio, y antes de destruir la imagen de la Piedad de la entrada, se aferró el Gobierno.